Marcos Quijada / Comencemos por lo esencial: Montoro debe dimitir. Si según él las Autonomías no generan confianza en los mercados y para que ésta exista hace falta unión del Estado y de las Autonomías, la propuesta realizada la semana pasada de déficit para el próximo año de las comunidades es cuanto menos incendiaria e impropia de quien debe conseguir el consenso.
El mismo ministro que ponía en cuestión las verdaderas cifras del déficit andaluz, que hablaba injustificadamente de “facturas en los cajones” que luego no existían o que amenazaba con la intervención de Andalucía, es el que ha gestado el mayor golpe –del Estado- contra la autonomía andaluza obligándole a un recorte superior a los dos mil setecientos millones, cuando a Cataluña se le regalan más de cuatro mil quinientos millones o a Valencia más de seiscientos, comunidades éstas cuyos enormes déficits, a diferencia de Andalucía, hablan por sí solos. A quien ha formado parte de las cajas de ahorros que nos cuestan a todos los españoles miles de millones de euros y más endeudado está, se le permite un endeudamiento mayor que a quien ha cumplido con sus cuentas. ¿Cómo se le explica esto a los mercados, o es que se está destapando la gran mentira y las autonomías no son el problema?
No puede ser incluida esta propuesta en la serie de “medidas que irremediablemente tenemos que tomar, aunque no nos gusten”, como le hemos escuchado ante los recortes. Hablemos claro, esta medida es una irresponsabilidad política del PP contra Andalucía y su gobierno y en favor de los graneros de votos de la derecha, como son Cataluña, Madrid y Valencia. No es una “imposición de los mercados”, es anular la decisión democrática del pueblo andaluz y usurpar el poder que el PP no consiguió en las urnas. Es la acción totalitaria de un ministro y la acción irresponsable de quien permite endeudarse más a quien menos responsable ha sido con las cuentas públicas. No es lógico.
Recortar otros más de dos mil setecientos millones supone no sólo recortar en sanidad, en educación, en política social o dejar en el saco de la banca el dinero que debiéramos emplear en la reactivación productiva y en el empleo, es mucho más. Es la conformación de una España desequilibrada e insolidaria que caminará a doble velocidad, donde Andalucía, pagando más que nadie, formará el vagón de cola. Frente a esto el gobierno andaluz debiera recordar el 28F y volver a decirle a su pueblo “andaluces levantaos” que esta gente no nos quieren.
Extraído de EL CORREO DE ANDALUCÍA