Tres provincias andaluzas acaban de superar el 40% de paro según la EPA del primer trimestre de 2013. Ya tenemos en nuestra tierra 1.473.700 personas desempleadas, el 36,87% de la población activa. Sigue el lento y silenciosos genocidio de la esperanza.
En Paralelo 36 Andalucía ya pronosticamos que esto iba a ocurrir, ahora volvemos a insistir en que si todo sigue por la senda del austericidio impuesto por la Comisión Europea, el BCE y el FMI, Andalucía finalizará el año superando el 40% de paro. Las cabezas visibles políticas que comandan este exterminio de la dignidad son Merkel y Rajoy.
Porque lo que ocurre tiene razones ideológicas profundas, están condenando a la mayoría inocente al infierno acusándola de culpable de la situación. Pero no es así. El capitalismo ha contabilizado la escasez de los recursos materiales que le impide su crecimiento, y los capitalistas han decidido apropiarse de todo y mantener su tasa de ganancia recortando derechos laborales y transfiriendo rentas del trabajo al capital. Las derecha que gobierna España representa las élites económicas, da igual la bandera con la que se envuelvan. El Partido Popular ha decidido a las claras no negociar con el Pueblo y obedecer órdenes de la Banca, la iglesia católica y Merkel. Su patria es el poder absoluto y su tablero de juego la corrupción política institucionalizada.
El gobierno andaluz, tras un periodo de ajuste y resistencia para cumplir el marco legal presupuestario y fiscal español, lealtad institucional le llamaban, ha reaccionado en el últimos mes con el decreto ley para paliar el problema de los desahucios y anunciado un plan de lucha contra el hambre infantil. Supone un punto de inflexión esperanzador. Pero a la vista de como van a evolucionar los acontecimientos estas medidas se quedarán cortas para parar la acometida neoliberal. La desigualdad territorial entre Andalucía y el norte se ahondará por un gobierno centralista que condena a Andalucía y connive constitucionalmente con cupos vascos y foros navarros fiscales y discrimina a Andalucía. Si el pueblo alemán vota masivamente a Merkel, como es altamente probable, la condena de Andalucía será mayor.
Andalucía no tiene competencias suficientes para resolver su crisis diferencial, aun teniendo un gobierno que ha girado a la izquierda. No tenemos suficiente capacidad fiscal. Estamos sometidos a las imposiciones presupuestarias y de control de déficit por parte del gobierno de Madrid. Hemos perdido nuestras cajas de ahorros. No tenemos capacidad legislativa en materia de derechos laborales. No tenemos capacidad suficiente para actuar y cambiar el modelo energético, el agrario, el turístico, nos falta capacidad legislativa para afrontar la industrialización sostenible, nos cortan la gran factoría cultural con la subida del IVA. En definitiva tenemos escasez de soberanía y exceso de colonialismo. Los intentos de reconducir la situación por parte del gobierno andaluz son sistemáticamente coartados por el gobierno de Madrid, por la vía legislativa o recurriendo al constitucional. Necesitamos más influencia y más soberanía.
Se hace urgente una ofensiva social y política de toda la izquierda andaluza, de todo el Pueblo andaluz de izquierdas que ponga en el centro la derrota del Partido Popular y el cambio de modelo de Unión Europea. Unidad, unidad, unidad.
Si la derecha sigue ganando en España y en Alemania, llegará el momento en que la izquierda andaluza tenga que plantearse reclamar nuestro “derecho a decidir” el futuro que como Pueblo nos están robando.
«Andaluces, sabedlo: El Estado español desprecia a nuestro país, actual inerte e imbecilizado por el tormento de la larga tragedia, recibe los puntapiés del señor con inconsciencia, mansedumbre e indignidad esclavas. ¡Pobre Andalucía!. ¡Ha perdido la dignidad y el valor que la libertad confiere!. Tiene la repugnante lealtad de un bufón servil, ¡Andalucía adula bajamente al Estado español, a la patria españolista!.
Andaluces cobardes y encanallecidos, sabedlo: Si el Estado español es España, fue España la que vino a arrebataros vuestra tierra nacional sumiéndoos en espantosa miseria: Fue ella quien vino a destruir aquellas arterias complicadas por donde discurría el agua que fecundaba vuestro suelo: fue ella la que arrasó los vergeles que recreaban a nuestros padres: la que castró nuestro espíritu, la que martirizó nuestro genio, la que destruyó nuestra civilización, la que enterró nuestra Historia. Fue ella la que expulsó de nuestro solar a millones de hermanos, dándoles a elegir en dilemas tremendos, entre el destino o el sometimiento a su baja moral: entre la muerte por inanición o la muerte por la espada, Andaluces: Si el Estado Centralista Español fue y es, como dicen sus sostenedores, la España viva, execrad esa sierpe de España. Renegad de ella. Ella apagó ese foco del Andalus cuya memoria es en nosotros, como el recuerdo nostálgico y luminoso de una novia muy amada muerta: cuya resurrección es esperanza de fuego que mantiene encendida nuestra eterna juventud en la peregrinación de nuestros cuerpos ya envejecidos que atisbando la aparición avanzan firmes en su peregrinación por la tierra: Renegad de esa España. Ella no resolverá el problema urgente de vuestra vida. Mantiene esclava vuestra tierra. Os niega el pan. En cuanto al espíritu, España no lo tiene. ¿Cómo podrá infundiros espíritu de vida la que por no tenerlo, lo mató en vosotros?. ¡España, España!… El extranjero lo dice. España es una negación de muerte. Para auscultar en España el latir de un original espíritu, han de venir a buscarlo en el espíritu agonizante y estigmatizado que la dominación de esa España dejara a Andalucía.
¡Qué tristeza! ¡Y aún hay andaluces españolistas!. Andaluces que ante las ansias libertadoras del pueblo catalán, gritan con inconsciencia imbécil! ¡La unidad de la patria!.
Nos dirigimos a vosotros, andaluces de verdad; andaluces de verdad porque es este título expresivo de agobiadores sufrimientos: Andaluces de verdad porque constituís las clases más numerosas de la sociedad andaluza: Andaluces de verdad porque en las clases plutócratas e industriales andaluzas, la sangre de Andalucía no está pura como en las venas nuestras, sino que fue mezclada con la de extraña gente cuyos atavismos étnicos absorvieron la generosidad de la sangre nuestra.
Nos dirigimos a vosotros, andaluces de verdad; noventa y cinco por 100 de la población de Andalucía: jornaleros, colonos, pequeños terratenientes, artesanos, sufrida clase media.
¿Porqué llamáis patria a esa España?. ¿Qué paternales desvelos tenéis a España que agradecer?»