Mario Ortega./ Reconozco a la ecología política como un sustrato ideológico esencial para contribuir a la reactivación ideológica de la izquierda andaluza y promover la construcción de un nuevo proyecto emancipador desde las bases analíticas del paradigma ecológico.
La ecología política ha demostrado su capacidad de predicción de las consecuencias del modelo económico y de consumo sobre el que se ha sustentado la acción política de la socialdemocracia, de la izquierda comunista y, ni que decir tiene, de la derecha neoliberal. La crisis sistémica y civilizatoria (crisis de límites y crisis democrática) había sido pronosticada con mucha anticipación.
Los resultados de las elecciones autonómicas en Andalucía han demostrado la imposibilidad para EQUO, continuidad de Los Verdes de Andalucía como referente de la ecología política en nuestra tierra, de situar en la agenda política y en el imaginario del electorado la necesidad de un nuevo modelo socioeconómico que ponga en el centro los objetivos de la equidad y la justicia social sobre la base de la economía verde y la sostenibilidad ambiental.
Esto ha ocurrido a pesar que la socialdemocracia andaluza estaba siendo cuestionada por la mayoría del cuerpo electoral que le ha sido fiel durante 30 años, a pesar de una Izquierda Unida convertida en los últimos años en mera muleta de gobierno del PSOE en las diputaciones andaluzas y plegada a los requerimientos del automantenimiento de sus cargos y de la hegemonía del PCE, y tras unas elecciones generales en las que el PSOE perdió cuatro millones de votos en todo el estado español, y más de seiscientos mil en las elecciones Andaluzas.
En uno de los contextos socioeconómicos más duros de la etapa democrática, desde el logro colectivo de nuestro autogobierno en 1981 en pie de igualdad con las comunidades políticas llamadas históricas, las andaluzas y los andaluces no han identificado al proyecto continuador de la ecología como un movimiento político claramente identificado con los valores de izquierdas progresistas, que son mayoritarios en nuestra tierra, y con la defensa de Andalucía como territorio que demanda igualdad ante el resto de comunidades históricas.
Tras los resultados de las elecciones autonómicas del 25 de marzo todo indica que Andalucía va a ser gobernada por la coalición PSOE-IU.
En Andalucía se prevé un escenario de confrontación institucional con el gobierno central y de confrontación radical con los agentes económicos de la derecha neoliberal, en el que las organizaciones sindicales de clase ocuparán un papel central y protagonista. Un escenario en el que no podemos demorar por más tiempo impulsar la transformación de la izquierda andaluza hacia una nueva izquierda verde con una fuerte identidad política territorial, que tensione al futuro gobierno andaluz hacia políticas enmarcadas en el Green New Deal.
En dicho escenario se van a manifestar tres líneas de intervención política sobre las que hay que definirse con claridad y contundencia:
Contra la recentralización del estado de las autonomía debemos como poco demandar:
1. El empoderamiento de Andalucía y sus instituciones de autogobierno.
2. El derecho de Andalucía a recibir financiación del Estado y europea en función de los diferenciales de paro, desigualdad, territorio y población.
3. El derecho de Andalucía a ser una comunidad política que actúe directamente ante la Unión Europea.
4. La desaparición de las diputaciones provinciales y la organización territorial de Andalucía sobre las comarcalización.
Contra la pérdida de derechos laborales, sociales y económicos de las personas y los colectivos que soportan más desigualdad debemos demandar al menos:
1. Un nuevo modelo de relaciones laborales equilibrado con el capital que empodere a la clase trabajadora.
2. El desarrollo del precepto recogido en el estatuto de Autonomía de Andalucía para dotar a la ciudadanía andaluza de una Renta Básica de subsistencia.
3. El mantenimiento de una sanidad y educación pública de calidad sin privatizaciones y sin cargas adicionales para la población.
4. Una reforma fiscal sobre los principios redistributivos de la ecología, la equidad y la justicia social.
5. Una nueva política económica que rompa con el modelo especulativo de la construcción y del turismo insostenible y nos lleve al modelo ecológico de la economía verde.
6. Una banca pública y ética andaluza.
Contra el retroceso en materia de derechos civiles:
1. El reconocimiento institucional de Andalucía como comunidad política mestiza que reconoce el valor de la diversidad y la multiculturalidad.*
2. El reconocimiento institucional de la identidad cultural andaluza y sus manifestaciones, poniendo en valor la factoría cultural andaluza.*
3. El apoyo institucional a las universidades públicas andaluzas y sus grupos de investigación ampliando su dotación presupuestaria hasta equipararlos con la media de la Unión Europea.
4. La defensa sin ambages del derecho a la libertad sexual y a su aplicación legislativa práctica con todas sus consecuencias.
5. La obligación de las instituciones de mantener y ampliar las políticas de igualdad de género.
6. El mantenimiento y mejora de los derechos adquiridos en materia de muerte digna, interrupción voluntaria del embarazo, protección de la infancia, defensa de los consumidores, inmigración y lucha contera la exclusión y la pobreza.
Y todo ello habrá que hacerlo conjuntamente con los agentes progresistas, ecologistas y feministas de la sociedad civil, con la cooperación con otras organizaciones políticas que compartan los objetivos centrales de esta lucha política, y que exijan a su vez reformas democráticas que acaben con la impunidad judicial de la corrupción, transparencia en las instituciones, modelos participativos de democracia, y que demanden más Europa constitucional con el empoderamiento del parlamento europeo y menos Europa de los mercados.
* Son dos ideas que recogí en el foro La Identidad Política y Cultural de Andalucía en los inicios del siglo XXI, organizado por el FORO PERMANENTE ANDALUCÍA A DEBATE PARA EL INTERCAMBIO DE IDEAS, fundamentalmente de la ponencia de Francisco Garrido: Andalucía como comunidad política: una visión constructivista y republicana.
Ilustración obra de Luis Gordillo, Cronó-grafo.
Me parecería oportuno incluir el desarrollo de la ley de Dependencia.
Este artículo es impecable.
Hay que tener en cuenta, además, que si por una parte estamos sufriendo los estragos de la explosión de la burbuja inmobiliaria, hay otra burbuja mayor que está por explotar y que nadie quiere ver: la burbuja del petróleo. No se cuanto tiene que subir el precio del petróleo para que estalle esa burbuja. Y cuando eso ocurra nos enfrentaremos a una situación a un peor que esta. Esta situación solo se podrá evitar apostando por las energía renovables, el decrecimiento económico y otras políticas en esta línea.
En materia de derechos civiles, no hay que olvidar el derecho a la intimidad y secreto postal, hoy ampliamente vulnerado por los estados que monitorean cada letra que escribimos y cada web que leemos en internet.
Estimado José María Palencia: por si acaso no me he explicado bien en el texto, te comento que en absoluto pienso que EQUO debe disolverse en la «la Izquierda Unidad,» no es eso, no es eso. :)
Como expone Mario «La ecología política ha demostrado su capacidad de predicción de las consecuencias del modelo económico y de consumo sobre el que se ha sustentado la acción política de la usocialdemocracia, de la izquierda comunista y, ni que decir tiene, de la derecha neoliberal.». Creo que Un partido como EQUO ha fallado porque con una existencia de 1 año se ha enfrentado a partidos con mas de 100 años de política, discurso y finalidades…por tanto además de seguir situado a la izquierda es imprescindible que siga abogando por su filosofía del decrecimiento, de la economía sostenible, del trabajar menos para vivir mejor, de los empleos verdes, del menos es más…etc……pues solo así logrará sobrevivir manteniendo su identidad sin acabar disolviéndose en la Izquierda Unida.
Me parece muy oportuno abrir este debate tanto por sus presupuestos como por sus propuestas