Para los andalucistas el compromiso con el medio ambiente no es sólo una cuestión de racionalidad sino también de afectividad y simbolismo porque nuestro territorio, la conservación de los paisajes andaluces, la protección de nuestro medio ambiente y de nuestra estética, constituyen nuestras propias señas de identidad.
Somos conscientes de que ninguna actividad humana, incluida la económica, puede obviar las limitaciones físicas y biológicas del territorio. Precisamente la ignorancia de estos límites por parte del capitalismo, suponiendo que se puede mantener un crecimiento infinito en un mundo finito, está en la base de la crisis global que padecemos.
Por ello, ninguna respuesta a la actual crisis estructural del sistema no resulta satisfactoria si sólo contempla los elementos internos y olvida las limitaciones externas a las que la economía ha de sujetarse (energía, materias primas, etc.)
Resulta ilusorio suponer que, aún aplacando el marasmo financiero, se pueda poner en marcha de nuevo la “rueda virtuosa” de la producción-consumo-empleo sin darnos cuenta de que esa dinámica es lo que se encuentra en cuestión por ser origen de múltiples contradicciones.
El problema reside en que el actual modelo de desarrollo concibe el bienestar como el crecimiento engañoso del PIB, a costa del derroche continuo y el daño, muchas veces irreversible, a los ecosistemas. Un modelo que en un planeta cada vez más poblado y con pretensiones consumistas occidentales es imposible de mantener ya a medio plazo. Proponemos un cambio del sistema a través de un proceso de transición que restaure el equilibrio metabólico del planeta. Este cambio del sistema no sólo es un contenido esencial de nuestro programa electoral sino que constituye un verdadero reto para la democracia, porque es una cuestión de resultados a largo plazo, de ámbito mundial y al margen de las reglas del mercado.
Tanto el PP como el PSOE han convertido a las elecciones es una especie de tómbola de promesas infantiles de muy corto recorrido, aunque en esta coyuntura les resulte extraordinariamente difícil seguir con este método que tan buenos resultados les ha proporcionado. Todos los estudios y encuestas sociológicas ponen de manifiesto que la opinión pública mundial en general y andaluza en particular es conciente de la necesidad de operar un cambio radical para conseguir un progreso sostenible, sobre todo a partir de las manifestaciones patentes del calentamiento del planeta y del cambio climático No reformar las estructuras productivas y las pautas de consumo para actuar contra el cambio climático sería criminal.
La clave del cambio de modelo consiste en integrar los costes medioambientales en la economía. Lo llamamos ecointegración. El capital físico es un factor productivo que hay que cualificar y reponer como cualquier otro. Los precios deben decir la verdad ambiental. Dilapidar los recursos naturales, y desequilibrar el clima global, no puede seguir siendo gratis.
Los patrones de producción, distribución y consumo actuales, heredados del tipo de industrialización de alto impacto ambiental, son la prueba más evidente del fracaso del modelo neoliberal. Sin embargo son los que el PSOE y el PP han impulsado en Andalucía y en España, lo que ha supuesto no sólo una irresponsabilidad sino un ataque sin precedente a nuestra tierra, de consecuencias a veces irreversibles y, en todo caso, muy duraderas. Sus políticas, aunque disfrazada de palabrería demagógica sobre la sostenibilidad, han producido una catástrofe medio ambiental y territorial, esquilmando el litoral, amenazando la supervivencia del medio rural, degradando la biodiversidad, contribuyendo a la desertización, contaminación de ríos y derroche en el consumo de agua y sobre todo condicionando y lastrando nuestro modelo productivo.
Por ello, los andalucistas presentamos este Programa como una propuesta estratégica para preparar la transición hacia otro modelo de producción y consumo que respete los límites del metabolismo de la naturaleza; hacia otro modelo de progreso que asegure el presente y el futuro de Andalucía, como contribución a nuestra tierra y a la sostenibilidad del Planeta.