Antonio Aguilera / Las felicitaciones navideñas que incluyen deseos de prosperidad, que ansían que esta situación se acabe y que recuperemos la senda de la holgura para volver a los años dorados de hace poco, me ponen especialmente nervioso.
Me ponen nervioso porque me da por valorar si hemos aprendido, si estamos aprendiendo algo del punto de inflexión en el que estamos viviendo.
Cuando un empresario añora el crecimiento, la rentabilidad, las curvas de esos gráficos que apuntan todas hacia arriba, me acuerdo de la hoguera de las vanidades de Wolfe y del gen de la ambición, relativamente inconsciente que el radicalmercantilismo ha sembrado en nosotros.
Y en otro plano, me causa honda preocupación el borrón del plano público, político y económico que han sufrido cuestiones como la conservación, las energías renovables, el desarrollo sostenible.
Hasta hace muy poco se nos llenaba la boca, y todos nos volvíamos un poco cómplices cuando hablábamos que España es un país dependiente energéticamente de la energía externa y que había que dar un vuelco a eso con las energías renovables. Decíamos que era un país privilegiado en naturaleza, en espacios naturales y se desarrollaron importantes medidas de conservación de enclaves y especies. Discutíamos de un desarrollo de sectores económicos vinculados al desarrollo sostenible, lo que se ha dado en llamar economía verde y animábamos a miles de jóvenes a implicarse y emprender en actividades ecológicas, en ecoturismo, en gestión forestal, en acuicultura natural…
De un tiempo a esta parte, como si de un lujo se tratase, cuestiones tan vitales como las anteriores se han evaporado del mapa de prioridades y preocupaciones de casi todos. En Madrid ha desaparecido el ministerio de medio ambiente, en Andalucía ha desaparecido la consejería, y he perdido ya la cuenta de los municipios en que el área ha quedado en el segundo renglón de la tarjeta del concejal.
Las modificaciones de la normativa sobre energías renovables está llevando a las empresas del sector al cierre o al otro extremo del mundo. Por primera vez desde que se conoce el sector de ecológicos amenaza con contraerse. Los programas de conservación de especies se están apagando y sus responsables saliendo por la puerta de atrás, los dirigentes de los espacios naturales protegidos afrontan con estoicidad una gestión en las más absolutas de las soledades y precariedades.
Me preocupa el próximo año, porque va a ser un año especialmente duro, claro, pero también porque temo que no hayamos aprendido nada, que no estemos asimilando nada, que no hayamos entendido que el modelo no era el adecuado, a nivel global, a nivel local. No podemos pretender quererlo todo, tenerlo todo, acapararlo todo, acabar con todo.
O adoptamos un modelo de responsabilidad, de equidad para con nosotros mismos, nuestros más cercanos, para los más alejados, incluso para los que habrán de llegar, o estaremos entrando en la historia de la especie humana pero para mal.
Porque adoptar una política de uso y consumo responsable de energía, de alimentos, de productos de consumo y de inversión no es un lujo, es una necesidad. Que la energía que utilicemos proceda de fuentes renovables no es un lujo es una necesidad. Que los productos que tomamos sean producidos bajo criterios de gestión de la biodiversidad, sostenibilidad, salubridad y cercanía debiera ser una obligación. Que conservemos espacios geográficos en su estado natural, debiera ser imperativo para todos.
No es ninguna tontería que sigamos agotando los recursos naturales por encima de su nivel de reposición. Esto los agricultores lo entienden bien cuando tienen que hacer más profundo el pozo, y los pescadores cuando cada vez tienen que ir más lejos y calar más veces las redes.
Los momentos duros, como está siendo el 2.012 parecen que son los idóneos, paradójicamente para aprender, hagámoslo, porque si no aprendemos, decaemos.
El problema no reside tan sólo en el decaer, sino en que estemos al borde de un colapso irreversible y salvo migrar ya nunca haya para nosotros un mañana…
http://www.youtube.com/watch?v=G5lwlbwpjCg