En las 18 operaciones irregulares se citan a 38 empresas, 36 de ellas relacionadas con el sector del ladrillo. Estas son algunas de las anomalías.
– Falta de control interno. «Lo verdaderamente preocupante» para el Banco de España no fue detectar la arriesgada política crediticia de Cajasur, sino «las deficiencias cualitativas de control interno y de gestión». El supervisor da cuenta de varios casos como la aprobación (el 16 de enero de 2004) de hasta 10 operaciones de financiación por la vía de urgencia con varias inmobiliarias. El 12 de julio de 2005, la comisión ejecutiva de Cajasur aprobó también por urgencia operaciones otorgadas a Gedeco Sur, S. A. por 14 millones de euros y de siete millones a Producción e Inversión Urbana, S. L. «a pesar de que el consejo de administración había acordado suspender la aprobación de operaciones por ese conducto».
– Concesión de créditos a empresas sin solvencia. El pliego pone algunos «ejemplos» de esta práctica. Así, empresas como Arenal 2001, S. L., Andria Inversiones Inmobiliarias y Sermansur S. A. tenían «una insuficiente solvencia en relación con la elevada financiación obtenida de la caja». Y en el caso de Sermansur S. A., de «nula solvencia». Dice el supervisor que «lo informes de tasación ofrecían unos valores de mercado basados en expectativas urbanísticas que nada tenían que ver con el valor hipotecario».
– Oídos sordos al Departamento de Seguimiento de Riesgos.
Esta área tenía la misión de clasificar esos riesgos. Emitió informes el 12 de abril de 2005 proponiendo la reclasificación a subestándar (el penúltimo escalón antes de considerarse como fallido) de todos los riesgos de la caja concedidos a Norapex S. A. Lo mismo propuso el 10 de mayo de 2005 para Gestión de Suelos Aljibejo, S. L. No se le hizo caso.
– La caja asumía el 100% de riesgo. El supervisor detalla algunas operaciones «financiadas por la caja sin sujeción a límite formal alguno». Entre ellas destaca la compra de terrenos en Guillena por Servicios Inmobiliarios Tremon, S. L. y
Atlantis Servicios Inmobiliarios S. L. vendidos luego a Construcciones y Obras Tremsur S. A.
– Plazos de amortización ampliados. Da cuenta el Banco de España de que Cajasur incumplía sus propias normas de plazo máximo de amortización de cuatro años. Cita los casos de la compra de terrenos por Chalets, Piscinas y Complementos S. L. y por Sermansur S. A. Los vencimientos se alargaban hasta 20 años.
– Operaciones de dudoso encaje con los intereses de Cajasur. Cita la adquisición en 2006 del paquete accionarial de una inmobiliaria que compartía con el grupo Rafael Gómez. La operación «no se apoyó en estudios económicos que demostraran la idoneidad de la compra, las ventas frente a otras alternativas o la rentabilidad mínima que la caja debía preservar».
– Deficiente información del consejo de administración.
El órgano de gobierno adoptó «decisiones inversoras sin recabar información trascendental para conocer las consecuencias perjudiciales que las mismas implicaban para la entidad». Entre algunos casos citados figura la renovación al Grupo Prasa de un préstamo hipotecario por 48,4 millones en el que los informes del perito y del analista «que habrían de fundar esta decisión inversora del Consejo de Administración eran de idéntica fecha (26 de septiembre de 2005) que la sesión del consejo en la que se acordó (a tan solo cuatro días de su vencimiento) la renovación del préstamo».
Otra operación de la que ni el consejo del grupo de empresas de la entidad ni el de Cajasur «habían sido adecuadamente informados» es la ocurrida el 27 de septiembre de 2006. La empresa Sermansur S. A. (coparticipada al 50% por Cajasur y por Gestiones y Servicios Inmobiliarios en Andalucía S. L., del grupo González Iglesias) compra dos fincas en Dos Hermanas por 4,8 millones. El vendedor es Gestiones y Servicios que la había adquirido ese mismo día a Palmari S. L. del grupo González Iglesias, que a su vez la había comprado el mismo día por 2,2 millones.