Andalucía tiene que pasar a la ofensiva, tiene que existir como sujeto político en el conflicto territorial que se avecina, para reivindicar un proyecto de igualdad económica y diferencia cultural para todo el estado

Para los andalucistas el compromiso con el medio ambiente no es sólo una cuestión de racionalidad sino también de afectividad y simbolismo por nuestras propias señas de identidad.

Mas no nos entiende porque hablamos el lenguaje de la igualdad y la solidaridad.

El núcleo primario de la confrontación en el imaginario colectivo se libra en torno a la valoración de tres conceptos coincidentes en gran parte: la política, la democracia y lo público.

Incluso para los mercados lo que provoca más desconfianza sobre una economía es que se haya instalado en el paro estructural y no se vislumbre cómo mejorar la situación.

Andalucía necesita fuerza propia que pueda presionar para que el principal objetivo político en España y en la UE sea la lucha contra el paro masivo y no el déficit público.

Una propuesta viable y coherente con posibilidades de ser hegemónica frente al desarrollismo y la privatización que defiende la CEA debe tener el suficiente soporte político.

El transporte de mercancías por ferrocarril es la alternativa al transporte de mercancías por carreteras que genera el mayor porcentaje de C02 que se emite a la atmósfera en el estado español

Andalucía debería aprovechar la ruptura del actual status para configurar una izquierda renovada en la que todos los sectores que se oponen a esta reforma puedan encontrar una alternativa política y electoral al bipartidismo

No sólo hay una alternativa al keynesianismo y al liberalismo sino que los supuestos sobre los que se basan las dos corrientes tradicionales de la ciencia económica ya no se ajustan a la actual realidad social.