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Como en la liga de los galácticos, donde el hecho deportivo es para muchos una mera excusa para realizar negocios millonarios, la visita del Papa Benedicto XVI de este fin de semana, trascenderá lo religioso y será contada por algunos en millones de euros de negocio directo o indirecto. En ese sentido, el evento mediatico y todo el expectaculo en torno a las ceremonias religiosas que se realizarán en Santiago y Barcelona, será una oportunidad para algunos de acabar el año con un buen impulso en la cuenta de resultados y tal vez compensar meses anteriores con beneficios a la baja o inexistentes. Hasta aqui, nada que objetar. El respeto a todas las opciones religiosas y a los eventos e iniciativas que organicen es una de las garantias teóricas de nuestra constitución. El detalle, no menor en este caso, es que el coste de estos actos, va a ser pagado en su mayor parte con fondos públicos en un pais declarado aconfesional por esa misma Constitución y con contribuyentes, cristianos, musulmanes, judios, laicos o ateos. En otras palabras, usted, y yo vamos a pagar en estos actos y los que se celebraran el año que vienen en Madrid, unos 30 millones de Euros de actos pastorales para la difusión de una determinada religión, sea cual sea nuestra fé.

Seria fácil argumentar que estos gastos deberian pagarlos exclusivamente los organizadores y sus fieles, seria justo sugerir otros destinos mas «sociales» y necesarios para estos fondos públicos. Y de hecho, muchas organizaciones y colectivos lo estan haciendo estos dias.

Pero, tras escuchar a altos cargos de la Conferencia Episcopal, valorando los actos a lso que nos referimos como un «negocio» con importantes beneficios en términos económicos, me permito, con todo el respeto hacia los creyentes, continuar con el símil futbolístico del principio y sugerir una estrategia de marketing a los asesores del Vaticano y la Conferencia Episcopal española, que consistiria en utilizar, como ya lo hiciera otro celebre Cristiano ( Ronaldo, me refiero) con su famoso CR9, las siglas iniciales del nombre papal, ( B16 ), para potenciar una imágen de marca mucho mas actual y reconocible entre el público de nuestro tiempo.

De paso, (tambien es una sugerencia para actualizar y contextualizar su discurso a la época en la que vivimos), podrian renunciar a su discurso homofobo, a su retrograda concepción de la sexualidad humana, a su insensibilidad, prejuicios e irresponsabilidad frente a enfermedades incurables, renunciando al progreso cientifico al oponerse a la investigación con celulas madre, o al uso de medidas higienico-sanitarias como los preservativos, o al derecho de las personas a decidir sobre la forma en la que desean vivir y morir, sin hablar del lujo, el fasto y derroche con el que vive su Jerarquia, o la actitud de opacidad que demuestran frente a casos de pederastia o violaciones en su propia casa.

Es solo una sugerencia.

 Juan Manuel Mancebo Fuertes

jmanceb@gmail.com

www.bobastro2.blogspot.com