Rafa Rodríguez
2010
En el año de 2010, la crisis siguió en caída libre. La tasa de variación interanual del PIB continuó en negativo, aunque en el último trimestre experimentó una variación positiva del 0,5%. La tasa de pobreza relativa aumentó hasta el 17,6% de la población y, a finales de año, la tasa de paro sobrepasó en España el 20% y en Andalucía el 28%, a pesar de que comenzaba una emigración masiva de jóvenes, principalmente a la UE, para buscar trabajo.
La caída de Irlanda y su petición de rescate había colocado a España en zona de alto riesgo. La deuda pública alcanzó el máximo diferencial histórico con la deuda alemana, lo que provocó un aumento de gasto en el pago de intereses de miles de millones de €.
El Gobierno de Rodríguez Zapatero llevó a cabo una completa mutación de su política económica y social, rompiendo el relato socialdemócrata al adoptar las recetas neoliberales, con lo que dejó al descubierto que el PSOE no tenía respuestas para la crisis ni soluciones para defender el Estado del bienestar en ese contexto, ni siquiera para paliar sus efectos, mientras aumentaba el paro, los desahucios y la precariedad.
La contrarreforma laboral fue el exponente más relevante de este cambio de políticas. Efectuada por el RDL 10/2010, de 16 de junio y por la Ley 35/2010, de 17 de septiembre, modificó unilateralmente los acuerdos firmados entre el gobierno y los agentes sociales en 2006.
El 29 de septiembre de 2010, UGT y CCOO, convocaron, como respuesta, una huelga general, a la que se unen otros sindicatos, contra la reforma laboral y contra la reforma del sistema de pensiones anunciada por el gobierno. La huelga general fue la primera gran movilización consecuencia de la conversión de la crisis económica y política en crisis social. La huelga además inició un desencuentro material y emocional entre la base social del PSOE y el gobierno socialista, ya que los afiliados de los dos grandes sindicatos convocantes votaban mayoritariamente al PSOE.
La movilización tuvo una dimensión europea contra las políticas de recortes y las medidas de austeridad adoptadas por los Gobiernos de la Unión Europea para hacer frente a una crisis económica, que ya suma 23 millones de parados en toda la Unión.
El 28 de junio de 2010, cuatro años después de la presentación del recurso de inconstitucionalidad por el PP, el Tribunal Constitucional (TC) dictó la sentencia contra el Estatuto de Cataluña, declarando inconstitucional, por ocho votos contra dos, 14 artículos y sujetos a la interpretación del TC otros 27 (por seis votos contra cuatro). Además, estimó que carecían de eficacia jurídica las referencias a Cataluña como nación y a la realidad nacional catalana, frustrando de esa forma la vía emprendida por Rodríguez Zapatero de encontrar un consenso territorial sobre Cataluña mediante la reforma del Estatuto de Autonomía.
El 20 de octubre, Pérez Rubalcaba sustituye a María Teresa Fernández de la Vega como vicepresidente primero y portavoz del gobierno, acumulando estos cargos al de ministro del interior.
Las elecciones catalanas del 28 de noviembre dieron la victoria aConvergencia i Unió (CiU) con 62 diputados, aunque no alcanzó la mayoría absoluta; el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) se quedó en 28 escaños, el peor resultado de su historia, con 9 menos que en las elecciones de 2006, mientras que el Partido Popular llegó a los 18 diputados, y pasó a ser la tercera fuerza política en Cataluña. Esquerra Republicana fue otra de las perdedoras, al quedarse con 10 diputados, mientras que ICV también obtuvo 10 diputados. En estas elecciones se derrumba el tripartito de izquierda, al perder 22 escaños de los 70 con que contaba en 2006, y da paso a una nueva dinámica por completo estructurada sobre el eje soberanismo catalán / soberanismo español.
La Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica de Estados Unidos publicó el “Informe del estado del clima” en el que constaba que durante 2010 se habían producido los meses más cálidos de los que se tenía registro desde 1880. En ese contexto se celebró en Cancún la 16ª Cumbre internacional para alcanzar un acuerdo global contra el cambio climático (COP16).
2011
El año 2011 es el año del 15M, de la reforma del artículo 135 de la Constitución a iniciativa del gobierno de Rodríguez Zapatero y el año de la victoria por mayoría absoluta del PP, que va a estar en el gobierno de forma ininterrumpida durante más de 7 años, hasta el triunfo de la moción de censura, presentada por Pedro Sánchez el 1 de junio de 2018. El PSOE con la modificación del 135 marca el principio del final del sistema bipartidista, que se transforma en una primera etapa en un monopartidismo por la mayoría absoluta del PP y su distancia con el resto de partidos, achicando aún más el espacio de identificación institucional. La reducción real del pluralismo político coincidía con los momentos de más dramáticos de la crisis del modelo de crecimiento mediante burbujas especulativas, inmobiliarias y financieras, y de la consiguiente corrupción política.
La crisis económica continuó agudizándose: la tasa de paro sube hasta el 22,5 en España y 31% en Andalucía, y el precio del petróleo rebasa los 100$. El PIB sigue cayendo a pesar de estar con signo negativo (- 1,8%), y la desigualdad creciendo: el índice de Gini alcanza el 31,2 y la población en situación de pobreza relativa aumenta hasta el 17,8%, mientras que la población española residente en el extranjero crece un 8,2% en un año y alcanza los 1,7 millones de personas. Los asesinatos machistas de mujeres aumentan hasta llegar a un terrible techo: 85 mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas en ese año.
En 2011 se generaliza un movimiento internacional de reacción contra la crisis, una revolución democratizadora que tuvo como punta de lanza a la primavera árabe, en un contexto de triunfo del ciclo progresista en Latinoamérica.
En España el 15M tomó las plazas de cientos de ciudades. El proceso de cambio comenzó cuando se generalizó la idea de que era una minoría privilegiada la que había roto y traicionado el contrato de convivencia. El 15M quiso cambiar las reglas para que la democracia pudiera frente al capital. La gente joven lideró el movimiento de los que se sentían excluidos de la comunidad política. Hace poco, en Paralelo 36, lo recordaba Roberto del Tío, de esta forma: “Corría el año 2011 y la crisis golpeaba con especial crudeza, como nunca. Perder el trabajo o cerrar una pequeña empresa significaba, casi de golpe, verte en una situación de marginación social, con el agravante de que la potente maquinaria informativa que se hacía eco de los mensajes del gobierno trasladaba la responsabilidad de su suerte a quien lo perdía todo de golpe. “Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades” o “Hay que trabajar más y cobrar menos. El 15M se convirtió así en un movimiento impugnatorio sobre la condición de los representantes políticos como tales, que no reaccionaban a una situación en la que eran señalados por la corrupción, por una parte, y por el paro, los desahucios, el aumento de la pobreza y la precariedad de aquel entonces, por otra.”. Al calor del 15M surge la PAH que en junio de 2011 evita el primer desahucio en Madrid
El 22 de mayo se celebran las elecciones municipales y autonómicas que gana el PP por el voto de castigo generalizado al gobierno del PSOE. En efecto, en apenas tres años el PSOE se había dejado cuatro millones de votos, de los cuales sólo una pequeña parte fue recogida por IU y otra por UPyD. La mitad de aquellos votos perdidos, dos millones, seguían en la abstención.
En abril, Rodríguez Zapatero renuncia a volver a presentarse como presidente del gobierno y el 27 de mayo, Pérez Rubalcaba es propuesto por el Comité Federal del PSOE como candidato a la presidencia del gobierno para las próximas elecciones generales.
Durante el verano de 2011, Rodríguez Zapatero modifica, con el acuerdo del PP, el artículo 135 de la Constitución, evidenciando que no estaba preparado para gestionar esta crisis. Su primer reflejo fue negarla. Cuando la evidencia ya se hizo completa aplicó las recetas keynesianas de forma poco rigurosa. En un tercer giro se plegó a la lógica neoliberal y en un alarde de arrogancia modificó implícitamente el consenso que presidía la Constitución, que define a nuestro sistema económico como “economía social de mercado”, al cambiarla por una “economía liberal de mercado” en la que se ata al Estado de pies y manos, priorizando el pago de la deuda frente a cualquier otro gasto incluido los sociales. Así, de una tacada, Zapatero está a punto de convertir la doctrina económica de la derecha en doctrina de todos los españoles, al constitucionalizarla.
En octubre ETA anunció que ponía fin al uso político de la violencia y el terror. Por fin la democracia, la sociedad española y la vasca en particular habíamos ganado la lucha contra el terror y conquistado la paz, expulsando a ETA del escenario político.
Las elecciones generales del 20 de noviembre dan la mayoría absoluta al PP, con 186 diputados y el 44,65% de los votos (10.871.176) frente al PSOE con 110 diputados y el 28,76% (7.003.511). IU saca 11 diputados y 1.686.040 votos (6,92%), evidenciando que, a pesar de su crecimiento respecto a las anteriores elecciones, no era una alternativa que recogiera los votos que el PSOE perdía por la izquierda, ni los votos del movimiento 15M.
El año del accidente de la central nuclear de Fukushima (marzo 2011) se celebró en Durban el COP17 sin apenas resultados. Los científicos del IPCC recomendaban, para evitar un cambio climático catastrófico, empezar a reducir emisiones en esta misma década, pero en Durban se puso una fecha demasiado tardía a la reducción de emisiones: 2020. La falta de voluntad de los gobiernos era tan escandalosa que sólo un puñado de ellos decidieron seguir adelante con un segundo período del Protocolo de Kioto, hasta ese momento la única herramienta vinculante de reducción de emisiones. Los acuerdos de Durban mantenían vivo el proceso de negociación, pero no avanzaba en la solución para salvar el clima de la catástrofe hacia la que nos dirigimos.
(*) Obra de José Iranzo Almonacid (serie de escultores europeos contemporáneos)