Boaventura de Sousa Santos – 24/08/2011.
No pongo en duda que hay un futuro para la izquierda, pero su futuro no será una continuación lineal de su pasado. Definir lo que pasado y futuro tienen en común es equivalente a responder a la pregunta: ¿qué queda?. La izquierda es un conjunto de posiciones políticas que comparten el ideal de que todos los seres humanos tienen el mismo valor, y este valor es lo más alto. Este ideal se pone en cuestión cuando hay relaciones sociales de desigualdad de poder, es decir, de dominación. En este caso, algunas personas o grupos usan a otros grupos o personas para sus propios fines. El capitalismo no es la única fuente de dominio, pero si es la más es importante.
Las diferentes concepciones de este ideal ha llevado a las diferentes divisiones. Las distintas respuestas frente a las siguientes preguntas, marcan la división. ¿El capitalismo puede ser reformado con el fin de mejorar la situación de los dominados,o esto sólo es posible más allá del capitalismo? ¿La lucha social debe ser dirigida por una clase (clase trabajadora) o por diferentes clases o grupos sociales? ¿Esta lucha ¡debe llevarse a cabo dentro de las instituciones democráticas o fuera de ellas? ¿El Estado es en sí mismo, una relación de dominación, o pueden ser movilizado para combatir las relaciones de dominación?
Las respuestas frente a estas preguntas han dado lugar a violentas
divisiones. En nombre de la izquierda se han cometido una atrocidad contra la izquierda, pero en su conjunto, la izquierda dominó el siglo XX (a pesar del nazismo, el fascismo y el colonialismo) y el mundo se convirtió en más libre y gracias a ella. Las distintas izquierdas del siglo XX terminaron con la caída del Muro de Berlín. Los últimos treinta años han sido, por un lado, una gestión de las ruinas y de la inercia, y en segundo lugar, el surgimiento de nuevas luchas contra la dominación, con otros actores y lenguas que la izquierda no podía entender.
Sin embargo, libre de la izquierda, el capitalismo comenzó a mostrar su vocación anti-social. Y así regresó la urgente necesidad de reconstruir la izquierda para evitar la barbarie. ¿Cómo empezar? La aceptación de las siguientes ideas.
En primer lugar, el mundo se ha diversificado y esta pluralidad se trasladó a interior de cada país. La comprensión del mundo es mucho más amplia que la comprensión occidental del mundo, no hay interculturalidad sino internacionalismo.
En segundo lugar, el capitalismo ve la democracia como un instrumento de acumulación, si es necesario, se reduce a la irrelevancia, y encontrará otra herramienta más eficiente, prescindiendo de ella (el caso de China). La defensa de la democracia de alta intensidad es la gran bandera de la izquierda.
Tercero. El capitalismo, es amoral y no entiende el concepto de dignidad
humana, la defensa de ésta tiene que ser en lucha contra el capitalismo y no con el capitalismo (en el capitalismo, incluso las limosnas sólo existen como relaciones públicas).
En cuarto lugar, la experiencia mundial muestra que hay un montón de realidades no capitalistas, guiadas por la reciprocidad y la cooperación, a la espera de ser valoradas y reconocidas como modelos para el futuro.
En quinto lugar, el siglo pasado reveló que la relación del ser humano con la naturaleza es una relación de dominación contra la que debemos luchar, el crecimiento económico no es infinito.
En sexto lugar, la propiedad privada es sólo una forma de bien social, si uno de los varias formas de propiedad y todas están protegidos, no ocurre así con los bienes comunes de la humanidad (tales como agua y aire).
En séptimo lugar, el siglo corto de la izquierda fue suficiente para crear un espíritu igualitario que se interpone entre los seres humanos en todas las encuestas, este es un patrimonio que se han dejado desperdiciar.
En octavo lugar, el capitalismo necesita de otras formas de dominación como el racismo y el sexismo y todas esas formas de dominación deberían ser combatidas.
En noveno lugar, el Estado es un extraño animal, mitad ángel, mitad monstruo. Pero sin este extraño animal, muchos otros monstruos que vagarian, insaciables en busca de los ángeles indefensos. Menos Estado nunca: menos gobierno, nunca.
Con estas ideas compartidas todos seguirán siendo de izquierda, pero no es probable que se mated0n unos a otros y será posible unirse para detener la barbarie por venir.
Traducción P36.