CCOO apela a la responsabilidad social de la Real Academia de la Lengua (RAE) para que apueste por el reconocimiento del papel impulsor de las guías y recomendaciones para un uso no sexista del lenguaje, y le pide que no se atrinchere en hábitos «asentados» que frenan el avance de la igualdad efectiva de mujeres y hombres.
Carta abierta de Carmen Bravo Sueskun (secretaria Confederal de la Mujer de CCOO) a Ignacio Bosque (de la Real Academia Española, catedrático de Lengua Española de la Universidad Complutense de Madrid, ponente de la Nueva gramática de la lengua española y autor del informe Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer.
La lectura de su informe me suscita algunos comentarios y precisiones que deseo hacerle llegar:
En CCOO, con el término guías agrupamos una serie de publicaciones que recogen recomendaciones y alternativas para evitar que el lenguaje sea un instrumento generador de sexismo y consiguientemente de discriminación. Usted señala que se ha producido una «numerosa producción» en los últimos años, aunque es más preciso hablar de décadas -desde finales de los ochenta-, recomendaciones elaboradas en España y fuera de España, por los organismos citados en su Informe y otros muchos; tanta unanimidad en las actuaciones debería mover a la reflexión a la RAE, y a usted. El conocimiento de la aparición de las numerosas publicaciones para la utilización de un lenguaje no sexista, debiera servir para reconocer una tendencia imparable de la comunidad hispanohablante y debiera vincular a la Academia a promover la utilización de un lenguaje no sexista; no sólo para dar mayor visibilidad a las mujeres a través del lenguaje, sino para no ocultar el componente dual y relacional del género social: mujeres y hombres. Sus posturas refractarias alejan a esta institución de una demanda emergente de nuestra comunidad hablante y de la mayor parte de los organismos públicos y privados que quieren contribuir activamente al logro de la igualdad efectiva entre mujeres y hombres, como tal abundancia de guías y recomendaciones testifica.
Usted no cree pertinente que se pueda tratar de lenguaje sin ser «profesional», pero al parecer se puede tratar de igualdad de género sin tener en cuenta los fundamentos teóricos de la «teoría de género» o la legislación correspondiente. Si «el uso genérico del masculino para designar a los dos sexos está muy asentado», como usted dice, lo está, entre otras razones, por el sesgo androcéntrico de las instituciones y de quienes son responsables de la vigilancia del buen uso de la lengua.
Desde Comisiones Obreras promovemos un uso de la lengua más inclusivo desde el punto de vista del género y más igualitario desde la práctica democrática del lenguaje. Nuestra apuesta por un lenguaje inclusivo de género no carece de fundamentos lingüísticos, ni de objetivos sociales (lograr una sociedad más igualitaria).
Desde CCOO conocemos la exigencia que una parte importante de la comunidad hablante, fundamentalmente de las mujeres pero también de los hombres, nos hace llegar: el genérico masculino no les sirve y no les representa, con ese uso genérico, ni a ellas ni a ellos. Carmen Bravo Sueskun (secretaria Confederal de la Mujer de CCOO)