Público.07/08/2011.»Los días en que el endeudado Tío Sam podía malgastar sin límite los préstamos que le concedían en el extranjero han terminado». Así, con sarcasmo y cierta condescendencia, se refirió ayer China a la rebaja de la deuda de EEUU. Una actitud que trata de enmascarar el terror que ha provocado en Pekín el anuncio de Standard & Poor’s. No es para menos: China es el mayor tenedor mundial de deuda estadounidense con 1,2 billones de dólares (800.000 millones de euros).
Tan en serio se ha tomado China la amenaza de un default estadounidense, que no ha tardado en proponer una solución drástica: eliminar el dólar como moneda de referencia para reservas mundiales. «Hay que introducir una supervisión internacional sobre el asunto de los dólares americanos. Una divisa global de reservas nueva, estable y segura podría ser una buena opción para evitar que un solo país provoque una catástrofe«, dijo el Gobierno chino a través de un editorial en la agencia de noticias Xinhua.
Que dé garantías
El texto no propone qué moneda debería sustituir al dólar: el yuan no es una opción porque antes debería ser convertible y a Pekín tampoco le interesa volver al patrón oro. Sin embargo, sí exige a EEUU que «garantice la seguridad de los activos en dólares de China» y «aborde sus problemas estructurales de deuda».
«Los días en que el Tío Sam podía gastar al límite se han terminado»
Para Xinhua, la raíz del problema es la «miope disputa política» de Washington, quien con su «adicción a la deuda» y su egoísmo arrastra a los otros países al agujero. «EEUU debe acabar con la vieja práctica de dejar que su política electoral tome como rehén a la economía mundial y terminen siendo los hondos bolsillos de los países con superávit quienes compensen su perenne déficit», advierte con dureza el artículo.
China se juega mucho en esta crisis. Consciente de que no es bueno poner todos los huevos en una misma cesta, Pekín ha empezado a repartir sus reservas de deuda en otros mercados (Europa básicamente), aunque tal vez sea demasiado tarde. Su apuesta masiva por el paraíso de la triple A americana en la última década ha acabado convirtiéndose en una trampa: si el valor de los bonos se desploma,
el tsunami para las arcas chinas podría ser devastador; y si China decidiera desprenderse de parte de esos activos, el dólar se depreciaría tan considerablemente que pondría en peligro la divisa china, el yuan, y con ello todo su sistema económico.
Días atrás, la agencia de rating china Dagong fue la primera en rebajar la calidad de la deuda estadounidense a causa de las luchas partidistas en el Congreso sobre la subida del techo de la deuda, lo que, para Dagong, «refleja la incapacidad del Gobierno para solucionar el problema».