Tribuna de opinión publicada hoy en el diario digital elplural.com.
Andalucía cuenta, entre otras potencialidades, con un conjunto de recursos naturales, valores paisajísticos, o recursos hídricos, que conforman nuestro medio ambiente, nuestro ingente patrimonio natural, sobre el que tenemos la obligación colectiva de proteger y entregar intacto a las generaciones futuras. El Estatuto de Andalucía consagra el derecho de los andaluces a un “medio ambiente equilibrado, sostenible y saludable”, pero establece la obligación de hacer un uso responsable del mismo para evitar su deterioro y “conservarlo para la generaciones futuras”. También se proclama el derecho de los andaluces al “acceso a la información medioambiental de que disponen los poderes públicos”, con el mismo objetivo central, preservar nuestro entorno vital.
Sobre el conjunto de valores que constituyen el medio ambiente de Andalucía, considerados en el ámbito urbano, se ha desarrollado en nuestra tierra una creciente demanda social y ciudadana para definir y aplicar políticas ambientales claras a nivel local, con el objetivo de poner en práctica estrategias municipales de sostenibilidad. Esta estrategia local es potencialmente generadora de nuevas actividades profesionales y empleo, que de hecho ya constituyen un nuevo yacimiento de empleo real. Un caso muy claro en los últimos meses es de las energías renovables.
Los contenidos de las políticas locales de medio ambiente que se desarrollen en Andalucía han de ajustarse a la realidad de cada ámbito territorial, y han de elaborarse con la participación más amplia posible en su elaboración (ciudadanos y colectivos implicados). Recordemos que en la Carta de las Ciudades Europeas hacia la Sostenibilidad (Carta de Aalborg, 1994) se destacó especialmente el protagonismo de los ciudadanos y la participación de la comunidad en los programas locales de medio ambiente. Además, para la eficacia de la política medioambiental local son imprescindibles acciones permanentes de educación e información ambiental, con el doble objetivo transversal de hacer más ambiental la actuación municipal en su conjunto y más comprometida a la ciudadanía.
Algunos de los ejes estratégicos de una buena política local de medio ambiente a desarrollar en los Ayuntamientos andaluces serían la gestión de los residuos urbanos con el objetivo de la consecución del ciclo integral de los residuos urbanos (por cierto, en mi ciudad, Córdoba, este objetivo está muy desarrollado), la gestión sostenible del agua, o el fomento del transporte público colectivo. Otros objetivos y actuaciones locales a realizar serían las relacionadas con la contribución desde lo local a la aplicación de la normativa sobre calidad del aire, diseño de políticas de eficiencia energética, medidas serias contra la contaminación lumínica y acústica, así como políticas de protección y rehabilitación del patrimonio histórico de las ciudades, como elemento integrante también del medio ambiente urbano.
Importante línea estratégica sería la apuesta por un modelo de urbanismo sostenible, que supone una planificación racional y sostenible de los usos del suelo, es decir, la necesaria y obligada incorporación de la variable ambiental en la planificación del territorio, la aplicación de medidas de apoyo a la rehabilitación de viviendas en los cascos históricos, como alternativa a un crecimiento desmedido de las ciudades, apostando por un modelo de ciudad compacta, evitando la ocupación innecesaria de suelo, o el necesario incremento de los espacios verdes de las ciudades.
Una cuestión esencial para la eficacia de las policías locales de medio ambiente es el organigrama municipal en esta materia. Es imprescindible la creación de Delegaciones Municipales de Medio Ambiente, que incluyan a las empresas y organismos municipales con competencia medioambiental (empresas municipales de residuos, aguas, transporte público, etc), bien estructuradas en la organización interna del Ayuntamiento y del presupuesto municipal, con recursos humanos cualificados suficientes para desarrollar toda esa ingente labor. Complementariamente, también sería muy conveniente que desde las áreas de alcaldía o presidencia se impulsaran políticas de coordinación con fines de sostenibilidad de todas las áreas, organismos y empresas municipales. El medio ambiente ha de ser objetivo global de toda la acción de gobierno municipal.
En toda esta acción local por el medio ambiente, los ciudadanos andaluces tenemos un reto colectivo, la articulación participada y democrática de municipios responsables ambientalmente, con la fundamental implicación de los colectivos comprometidos en la defensa y respeto del medio ambiente. Los intereses privados y empresariales no pueden marcar las estrategias de desarrollo sostenible de los municipios en Andalucía. Hemos de corregir los desastres de los últimos años y mirar con más amplitud de perspectiva. La “economía del ladrillo”, tan nefasta ambientalmente, ha de ser pasado en nuestra tierra.
El Estatuto de Andalucía consagra el derecho de los andaluces a un “medio ambiente equilibrado, sostenible y saludable”, pero establece la obligación de hacer un uso responsable del mismo para evitar su deterioro y “conservarlo para la generaciones futuras”. También se proclama el derecho de los andaluces al “acceso a la información medioambiental de que disponen los poderes públicos”, con el mismo objetivo central, preservar nuestro entorno vital.
En Andalucía no solamente la economía se ha basado en el ladrillo, hace muchos años hablamos en corrillos que Andalucía sería la camarera de Europa. Tanto una cosa como la otra, más la exigencia permanente en casi todos los medios, por no decir todos, plantean una solución a la carta para Andalucía.
Andalucía pasa hambre a todos los niveles, en la pirámide de los valores actuales europeos somos los últimos y sin contar con los que emigraron. Seguimos basando nuestra solución en un poder democrático que nos ha vendido, esclavizado, deteriorado, subsidiado, a cambio de un voto cautivo y este poder democrático ha fracasado. Porque era el hijo de una ideología caduca, antinatural, que ha gobernado Andalucía durante siglos y posiblemente, sino nos oponemos, nos arrastre en su decadencia, hacia el final de la humanidad, de la naturaleza, de los valores humanos, de la convivencia, etc. Ahora nos quieren endosar las renovables, el «medio ambiente equilibrado, sostenible y saludable», el ecologismo, los….., las… .
Los andaluces y Andalucía necesitamos hacer un cambio nosotros mismos, en manos de este poder ni el aire que respiramos es saludable, el alimento está contaminado, la riqueza es de unos pocos, las decisiones las toma uno, el trabajo es por compasión, la gran empresa es el funcionariado, nuestro territorio tiene bases militares de otros países, se proyecta en función del consumismo, se gobierna en función de unos votos, nos someten por la izquierda y la derecha y una lista interminable de injusticias contra la humanidad y la naturaleza.
¿Cuando vamos a abrir la mente y desechar artículos de prensa que nos quieren aborregar y someternos a unas mentiras tan profundas?
Los andaluces no vamos a articular medidas para corregir los usos y abusos contra Andalucía. Lo haremos cuando seamos capaces de pensar en libertad y para tener libertad hay que tener dignidad humana y para tener dignidad hay que tener conciencia de lo que somos y hacia donde queremos ir.
Lo primero, iniciativa solidaria en proyectos autóctonos que combatan directamente la desigualdad, la acumulación de riqueza, la pobreza, la contaminación del suelo, la contaminación atmosférica, la utilización insostenible de los recursos, la apropiación de bienes comunales para beneficio propio, la educación dirigida, la alimentación desequilibrada etc y que se acometa con veracidad un propósito, una Andalucía Libre.
Lo segundo es sacudirse el subsidio, la subvención, la sumisión, el voto cautivo, el impuesto mercenario, la ideología que nos jerarquiza… para evitar la pobreza.
Lo tercero es la dignificación por conciencia de los valores andaluces en todas sus facetas.
Lo cuarto, acabar de una vez por todas con los exterminios de los andaluces, antes los llamados moriscos, después los emigrantes, ahora el agotamiento de las conciencias y más.
Así tendríamos una larga lista, pero Andalucía, no es una moneda de cambio para los intereses de los regímenes políticos de turno, que han fabricado un planeta a su imagen y semejanza, con dioses incluidos.
Ahora después de siglos de injusticias sociales, que han ido barriendo de la faz de la tierra culturas, naciones, razas, plantas, animales, cultivos, mujeres, hombres, niños, voy a creerme y creernos que utilizar las palabras medio ambiente, sostenibilidad, ecologismo, van a cambiar sus intenciones.
Sostenibilidad sería emplear la riqueza que nos expropian para armas, bases militares, violencia institucional, etc en proyectos muy concretos, como agricultura ecológica, para anular el paro, la pobreza, la desigualdad y no lo han realizado, todo lo contrario.
Miro las energías renovables y leo IBERDROLA , ¿es andaluza? ¿es para los andaluces? ¿su rentabilidad es para los andaluces? . Y ocupan zonas de agricultura tradicional andaluza que los sucesivos gobiernos han ayudado a la despoblación, empobrecimiento del suelo, emigración etc para hincar el diente y acrecentar la zanja entre la pobreza y la opulencia.
Seamos sensatos, reciclan por rentabilidad suya, no por conciencia. “Cuidan” el medio ambiente para lavarse la cara, no por conciencia. Hablan de sostenibilidad y no saben su significado.
Al menos en P36, lugar de encuentro de ideas, pensamientos, intercambio, debemos ser honestos todos. Andalucía se lo merece, lo que no se merece es dar crédito a unos elementos que han fracasado y no nos queda mucho tiempo para reaccionar, ya no se trata de las próximas elecciones, del próximo candidato, de un partido de derechas, izquierdas, andalucista. Está en juego la propia Andalucía, ¿no basta con saber que ni siquiera se ha cumplido el famoso 151? y hemos tenido otro “estatuto “, varias modernidades, varios planes y seguimos en la cola.
Con la riqueza de nuestros recursos nos basta, articular una formula para sacar de donde está Andalucía es el reto. Ahí precisamente está el debate, podemos ver, leer, escribir, pensar, divulgar, etc palabras, artículos, pensamientos e incluso poner en los altares a nuestros mártires y héroes, extender fechas con significados profundos, pero mientras Andalucía no sea consciente de su pobreza, de su decadencia, de su desgobierno, de su presente más inmediato como territorio, nación, estado, nos llevaran al huerto a comer uvas.
Soy un simple andaluz, cansado de vagar, estoy harto izquierdas, derechas, nacionalistas, se me mueren mis padres y mis hermanos y mis otros hermanos, fuera de su entorno natural. Mis antepasados dejaron un poso muy importante de sabiduría de mis padres. Saben hacer algo que es vital para Andalucía, cuidar los árboles, las plantas, las acequias, los ríos, las veredas, las semillas, el pan, el aceite, la sierra, el monte, el llano, reciclar la basura, aprovechar los recursos y dar amor a raudales y enseñar la libertad con mayúscula, ser solidarios, la no violencia y un etc muy largo de actitudes andaluzas sostenibles, que se acaban si no ponemos remedio. Lo único que le reprocho a mi padre es no haber combatido con ferocidad la injustita del señorico de turno, pero me hizo ver y saber donde está el señorico y cuales son sus intenciones, se vista como se vista y hable como hable.