Durán i Lleida, diputado nacional de CiU, insigne representante de la burguesía periférica en el Congreso de los Diputados acaba de declarar que las diputadas y diputados han de mantener sus privilegios de protección social en forma de pensiones y emolumentos aventajadas, diciendo que no se puede consentir que los políticos se conviertan en “funcionarios y pobres”, y lo relaciona con su independencia y autonomía de funcionamiento, mantiene que nuestros representantes han de mantener toda la amplia gama de beneficios sociales y salarariales que ya tienen acumulados. Con tan sólo siete años de ejercicio parlamentario ya generan la posibilidad de la máxima pensión.
En este tema los dos grandes partidos nacionales (Partido Socialista y Partido Popular) no discrepan. Los ex presidentes compatibilizan su pensión vitalicia con nuevos empleos muy bien remuneradas en grandes compañías energéticas. Tanto Aznar López como González Márquez.
Mientras tanto, más de cuatro millones de personas sufren el desempleo, se recortan las ya escasas prestaciones para las personas a las que finaliza su prestación por desempleo. Se está estudiando una ampliación de nuestro período de cotización como aportación solidaria de los que tenemos la fortuna de trabajar al sistema general de la seguridad social. Todas esta medidas, y otras que se han aplicado anteriormente en el mismo sentido de restricción de derechos derivados del Estado Social, contrastan con el blindaje que los partidos mayoritarios con el apoyo como hemos comentado de la derecha regionalista han decidido sobre sus emolumentos y privilegios.
Ayer el Congreso de los Diputados rechazó una propuesta no de ley presentada por el diputado de IU Gaspar Llamazares para endurecer el régimen de compatibilidades de pensiones como ex presidentes o ex diputados con nuevas actividades profesionales o mercantiles. La rechazaron PSOE, PP y CiU.
Mientras tanto, una ciudadanía perpleja asiste, asistimos, a un espectáculo triste, observamos como sí se ponen de acuerdo las “grandes fuerzas políticas” en estos temas que tanto le afectan personal y materialmente. Así no se construye ilusión democrática, justo todo lo contrario.
Se trata, a mi parecer, de uno de los grandes problemas de nuestra «democracia», el haber creado toda una clase política profesionalizada. Las consecuencias se dejan ver a todos los niveles, empezando por nuestro gobierno municipal en el que ya observamos esa falta de calidad democrática. La política bipartidista se pone de acuerdo, e Izquierda Unida, que tanto debería criticarla, no sólo con los discursos de Cayo Lara sino también con el ejemplo, hace… «lo que hace» en el Ayuntamiento de Córdoba.
Coincido en que son necesarias alternativas políticas, hoy más que nunca, que los ciudadanos asistimos desesperanzados a la firma de un pacto social entre gobierno y sindicatos que recorta… ¡y de qué forma! nuestros derechos. ¿Quién me representa ahora?, ¿quién nos representa? Que no se fomente la ciudadanía pasiva, que tengamos una alternativa para ir a las urnas y seguir luchando. Y ojalá que la tengamos.
Salud.
El Sr. Duran Lleida que pasa por ser (el más) inteligente de los politicos actuales, demuestra que no solo es un clasista con su comentario si no que, ademas, su inteligencia esta puesta a favor de sus intereses: nacionalista catalan excluyente e identitario (recientes declaraciones lo avalan) y partidario de la acción politica solo para notables, ricos o aristocratas.
Es bueno que sepamos en donde reside su inteligencia: en sus intereses de clase y de nación.