Editorial P36 / 24-09-12. El presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, comparece mañana 25 de septiembre en la comisión parlamentaria para el esclarecimiento político del caso de los Expedientes de Regulación de Empleo, en los que se incluyó a personas que no tenían ningún vínculo laboral con las empresas en crisis que se acogían a fondos públicos para paliar la dramática situación sobrevenida de sus trabajadores y trabajadoras.
En la trama se encuentran imputados algunos personajes y un Director General de Trabajo, su chófer y un puñado de personas, entre ellas algún directivo de la aseguradora contratada para gestionar el pago de las indemnizaciones: El Director General fue acusado además por su chófer (a su vez acusado de mover los sobres) de gastar dinero público en sexo, alcohol y drogas.
El asunto colea desde hace meses en la prensa andaluza y José Antonio Griñán está bajo sospecha dado que fue Consejero de Economía tras los momentos álgidos de la trama de corrupción, después de que José Antonio Viera, ex-Secretario General del PSOE de Sevilla, como Consejero de Empleo firmara el convenio marco en 2001 que originó el fondo para empresas en crisis dotado con 647 millones y que se prorrogó “de manera tácita” dado que caducaba en 2003. Es el llamado por la prensa “fondo de reptiles”.
Por otro lado un ex-Director General de Idea (Agencia de Innovación y Desarrollo de la Junta de Andalucía) dice que se limitó a pagar las ayudas en tanto que los expedientes se tramitaban y permanecían en Empleo, una consecuencia del convenio marco firmado por el ex-consejeros José Antonio Viera y Antonio Fernández.
La cuestión es si el presidente Griñán, cuando fue Consejero de Economía conocía la trama corrupta o no a través de los informes, y si conocía los informes de los funcionarios de la intervención general de la Junta de Andalucía que avisaban de las grietas que el procedimiento de los ERE tenía para colar a intrusos, cosa que se hizo en el 3,06% de los casos analizados.
Griñan tiene que despejar cualquier duda sobre lo que conocía o pudo conocer; tiene que hablar con toda claridad y transparencia, está en juego la credibilidad de la propia institución de la Junta de Andalucía. Y si el actual Presidente de la Junta de Andalucía sabía por activa o por pasiva lo que estaba ocurriendo debe dimitir.
Son tiempos en los que el partido Popular tiene en su agenda la destrucción de nuestras instituciones políticas y de nuestro autogobierno con la apisonadora neoliberal que maneja de forma extrema.
En este contexto el mensaje de la izquierda debe ser justamente el contrario que se está trasmitiendo por ahora en la comisión de investigación de los ERE. La izquierda tiene que hacer una apuesta potente por la regeneración democrática, no caben las medias tintas. La comisión tiene el deber de señalar las responsabilidades políticas, caiga quien caiga, ya que para las responsabilidades penales están los jueces y los tribunales de justicia.
Es hora de acabar con el clientelismo y la corrupción. Es hora de promover una reforma de la administración pública andaluza que acabe con la ambigüedad en la tramitación de los procedimientos de gasto a través de entes no sometidos al derecho administrativo. El poder debe ser democrático y político y las garantías deben estar en la ley y en los procedimientos administrativos que no deben dejar resquicios para la falta de control.
Necesitamos una total ejemplaridad del presidente Griñán. Andalucía lo necesita ante el acoso de la derecha nacional católica y neoliberal del Partido Popular que quiere poner a nuestra tierra de rodillas ante el gobierno central y los “mercados”.
Andalucía se juega mucho. El pasado 25 de marzo la mayoría de los y las andaluzas marcaron con toda claridad la necesidad de otro rumbo político, esperemos que al actual gobierno no lo haya olvidado.
Queremos verdad, transparencia y rectificación.