Contra el decretazo ambiental

EditorialP36.22/10/2010.

El  denominado  decreto de parques naturales. vulnera directamente  la Ley del Patrimonio Natural, el Estatuto  de Andalucía  y la  Constitución   española. El único objetivo que tiene este  decreto es  favorecer  el desarrollo urbanístico dentro de los espacios naturales protegidos de Andalucía.

El borrador de la  norma  posibilita  que los proyectos urbanísticos de los municipios deroguen  a los Planes de Ordenación de Recursos Naturales (PORN). El decreto recoge un total de 323 medidas dirigidas teóricamente  a  reducir trámites  burocráticos. Por el contrario entendemos que tales medidas comportan una reducción de los niveles de protección de los parques y un  aumento  de las actividades con un alto coste  e impacto ambiental y social.

El gobierno de la Junta de Andalucía, muestra  con este decreto  una enorme  debilidad   ante las presiones y chantajes de un lobby de alcaldes encabezados por el  socialista  alcalde de Alcalá de los Gazules pero al que  también se suman  acaldes del PP  y de IU.  Bajo el falso argumento de que los espacios naturales protegidos son un freno al desarrollo de los municipios, se pretende dar un enorme paso atrás en una política de protección  de espacios naturales de la cual Andalucía ha sido pionera.

En los espacios naturales  protegidos se ha venido desarrollando, con un ritmo mucho más lento de lo necesario y deseado, una economía incipiente  de aprovechamiento sostenible del monte, de turismo rural sostenible , o de fomento de la agricultora y la ganadería ecológica que prefiguran un modelo endógeno y ecológico del medio rural andaluz. Este modelo  emergente puede verse seriamente dañado por el decretazo. Contra este decretazo se  han manifestado Greenpeace, el defensor del Pueblo, Ecologista en Acción, los agricultores y ganaderos ecológicos  y muchos vecinos de  los municipios de los parques

El decretazo ambiental  es un síntoma  del desconcierto  y de la involución del gobierno de Griñan  ante la crisis, Sin ideas ni alternativas,  se aferran al último tren del ladrillo para urbanizar hasta los parques naturales.Parques y   bosques  andaluces  deben ser , como decía  el lema del Pacto Andaluz por la Naturaleza; lugares  de vida y de trabajo  y  no nuevos paraisos   para  “malayos” y “ballenas blancas”.