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Convergencia del andalucismo y del ecologismo para transformar la izquierda. (1. La crisis de la socialdemocracia.)

arco iris

La socialdemocracia ha sido (es) la opción hegemónica de la izquierda política, entendiendo por tal la oferta electoral que es reconocida en ese eje de confrontación (derecha – izquierda) por el electorado. Sin embargo, una consecuencia paradójica de esta crisis es que la socialdemocracia ha carecido de alternativa frente a ella y ha entrado en una crisis de identidad.

Es paradójico porque precisamente quien aparece como causante directo de la crisis es la ideología neoliberal y desreguladora, que ha sido el paradigma que identificaba a la derecha con la que competía la socialdemocracia. ¿Qué ha pasado para que la opción política causante de la crisis lidere la alternativa dominante para salir de ella y la socialdemocracia carezca de discurso propio en esta coyuntura decisiva?

La respuesta está en que la socialdemocracia había aceptado las premisas básicas del sistema (equilibrio, crecimiento, eficiencia, Estado Nación, desigualdad, redistribución, etc.) y cuando éste entra en crisis sistémica carece de alternativa sobre la que construir una salida “de izquierdas” diferente a la que imponen los mercados. Es más, la socialdemocracia, cuando rompe con el marxismo, adopta como paradigma económico, el keynesianismo, que es la variante “social” de la economía clásica. Cuando estalla la crisis, la primera reacción por ejemplo de Zapatero es aplicar, de forma más o menos atolondrada (porque introduce al mismo tiempo la lógica electoralista) las recetas keynesianas aumentando el déficit público para incentivar la demanda agregada (el keynesianismo es una economía que da prioridad a la demanda). El resultado fue que no disminuyó el paro y que además el Estado, al endeudarse rápidamente, perdió autonomía sobre los mercados (que son los propietarios de la deuda pública). A partir de entonces ha tenido que ir administrando como ha podido las soluciones de la derecha, hasta que se ha visto obligado a anunciar que no se presentaba para frenar la sangría de votos.

¿Por qué hoy no funcionan las recetas de Keynes cuando funcionaron en los años treinta frente a la crisis de 1929?. Porque este mundo no tiene nada que ver con aquel y cuando cambian los contextos cambia todo. Por solo citar algunos elementos: la globalización ha hecho interdependiente la economía que, a su vez, está dominada por el sector financiero; la crisis ambiental ha convertido a esta crisis en una crisis multifuncional, es decir, que cuando se estimula la demanda se agrava la escasez de recursos y el cambio climático; ya no hay la solidaridad entre los Estados capitalistas que provocaba el miedo al bloque socialista; etc.

La huida hacia delante que emprendió el capitalismo a principio de los años setenta ha provocado tal deterioro social y económico que solo desde una perspectiva de superación del mismo es posible construir una alternativa al programa de la derecha. Superación desde los valores intrínsicos de la democracia (a pesar de las limitaciones del actual modelo), lo que implica por una parte un programa político de transición y por otra un trade off (una negociación, un equilibrio) entre presente y futuro, entre intereses territoriales competitivos, entre perspectiva y representación.

Pero lo fundamental es liberarse de la lógica del sistema, considerarlo un producto histórico (además altamente inestable), admitir que hay vida después del capitalismo, es más que la vida solo será posible si salimos del capitalismo. No hay salida dentro de este sistema que ha convertido a la economía real en un apéndice de la economía financiera virtual; que niega la existencia de los límites físicos del planeta; que anula a las sociedades mediante la anomia homogeneizadora, que manipula los instintos de felicidad para convertirlos en instrumentos para el consumismo; que altera el contenido sustantivo de la democracia y que ha llevado a la desigualdad a sus máximos históricos.

La socialdemocracia sufre el síndrome de Estocolmo. En esta nueva época no es posible ya ser de izquierdas y reverenciar al sistema. Hace falta construir otro paradigma diferente al paradigma socialdemócrata secuestrado y subordinado por la lógica del capitalismo.

2 Comentarios

  1. La cuestión sigue estando en la alternativa, en todos los niveles. Y en los ritmos. Es decir, el programa basado en el cambio de paradigma y la estrategia que le acompaña. El problema es acertar, porque si la socialdemocracia falla y su desplome más o menos «controlado» no encuentra una alternativa a su izquierda a través de nuevos parámetros, lo que venga puede ser terrible.

  2. ANDALUSÍ LIBERTARIO

    Sufrimos como andaluces una alienación y colonización tan brutales que la primera pregunta que deberíamos hacernos es… ¿¿¿EXISTIMOS???

    http://www.kaosenlared.net/noticia/andalucia-prohibido-existir

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