El nacionalismo andalucista es un nacionalismo muy singular ya que pone el énfasis en la sociedad y no en el estado, incluso desde su primera formulación por Blas Infante lo que le da a su pensamiento un carácter contemporáneo.
El pensamiento andalucista conecta conceptos tales como sociedad, cultura, territorio, identidad o nación en su naturaleza histórica y sociológica, desde una comprensión radicalmente democrática de los derechos, opuesta al nacionalismo esencialista, normativo y estatalista.
Desde un punto de vista histórico y sociológico considera que los ecosistemas sociales (las sociedades), y las identidades colectivas que producen, han construido a lo largo de los siglos la materia básica para la organización de la vida humana hasta la revolución industrial que supuso un cambio decisivo: la hegemonía de los mecanismos económicos y políticos sobre los sociales. La revolución industrial significó, junto con la revolución neolítica, la mayor transformación de la vida de las personas sobre el planeta. Modificó las estructuras profundas de las sociedades: los sistemas de vida humana y su relación con el ecosistema terrestre. Una de estas transformaciones profundas fue la escisión entre ámbitos sociales que estaban muy enlazados: la sociedad, la economía, el poder y la naturaleza. El trabajo, por ejemplo, dejó de estar organizado institucionalmente en el seno de la familia para convertirse en una mercancía sujeto a la ley de oferta y demanda. De esta desestructuración trae causa que el paro se convierta en un mecanismo económico del nuevo sistema, el capitalismo.
Paralelamente a esta escisión comenzó el nacimiento de ciencias sociales autónomas que tienen por objeto el estudio de parcelas de la realidad social. Entre ellas la economía que se ha convertido en la ciencia social que lidera a las demás proporcionando marcos cognitivos y conceptos de forma transversal.
Es en este contexto donde nacen las ideologías contemporáneas que marcan el siglo XIX y XX hasta esta nueva realidad que significa la globalización capitalista. La globalización está disolviendo a las sociedades al banalizar los materiales básicos sobre la que se han construido sus singularidades y su diferencias: el tiempo y el espacio. El individualismo, el consumismo, la homogenización de los valores culturales, la jerarquización territorial y deterioro medioambiental son algunos de los efectos de la globalización que contaminan los ecosistemas culturales. El capitalismo es un formidable mecanismo de erosión social: primero disgrega a la sociedad y luego la disuelve.
Bauman ha utilizado la metáfora de modernidad líquida. para describir cómo la época de la globalización está produciendo la desintegración de los lazos sociales de la sociedad industrial compartimentada mediante la fuerza expansiva del mercado que afecta tanto a las relaciones laborales como a las sociales (en sentido estricto, es decir comunicacionales, culturales y sentimentales).
El andalucismo es una ideología de resistencia a este proceso de disolución, que defiende la existencia de la sociedad (de las sociedades) ligada a un territorio como una realidad autónoma de la economía o de la política, desde la época industrial, y lucha por defender la identidad social que produce como el mecanismo mas importante de apoderamiento y de realización de las personas (cooperación evolutiva) frente a los poderes oligárquicos económicos (no democráticos) de la globalización.
No solo la identidad nacional (de nación: lugar de nacimiento) se opone a la globalización frivola y unicista, también el pensamiento igualitario, radical y democratico, de profunda renovación y superación de la crisis en un orden humanitarista y socializador.
Bien por tus reflexiones andalucistas y sigamos sumando a la izquierda conceptos y actitudes inclusivas.