Manuel Machuca. 05/11/2011.
Brasil está creciendo muchísimo. Se nota. La Universidad tiene cada vez más medios, sus investigadores son de primera categoría, se ve en el optimismo que hay con la gente con la que se comparte una conversación. También se notan las inmensas desigualdades que ha habido, y que todavía habrá por mucho tiempo. La pobreza continúa saltando a la vista en muchos lugares, pero un país de emigrantes, tan luchador siempre y tan anárquico también, tiene esas cosas. Los que vinieron aquí lo hicieron para salir de la pobreza de sus países de origen y han luchado por la supervivencia. Brasil es un país de 180 millones de supervivientes que lucha por ser un país.
Brasil crece, a costa de Brasil. Eso es lo que está ocurriendo en los países llamados emergentes. No aprenden de la experiencia depredadora de Europa consigo misma ahora, y con África o América antaño, y persisten en continuar ese modelo antropofágico de explotar sus propios recursos y aprovechar una coyuntura limitada en el tiempo, con recursos finitos, para un crecimiento que va en contra de las necesidades del planeta.
Sí, es muy duro decir eso. Ahora que les toca a ellos, decirles que no es por ahí por donde tienen que ir. Pero están destruyendo sus mayores tesoros ambientales a cambio de producir soja; están sacando de la tierra los últimos recursos de petróleo, gases, minerales; están contaminando y contaminándose de las peores maneras de hacer las cosas del llamado primer mundo.
Dicen que lo peor de las personas que han sufrido abusos es convertirse en un abusador. Creo que lo peor de los países que han sido explotados de forma inmisericorde por otros, como el caso de los países latinoamericanos, es explotarse a sí mismos, convertirse en rehenes de sí mismos. Y mucho me temo que ese crecimiento que ahora hay, puede convertirse en el plazo de unos años, en un triste boomerang sin solución. Ojalá no sea así.
Publicado en: http://manuelmachuca.wordpress.com/2011/11/05/cronicas-de-brasil-ii/