En la tomas decisiones públicas y en las privadas que adoptan los individuos intervienen un conjunto de motivaciones aparentemente irracionales que distorsionan la racionalidad de las mismas y condicionan de forma oculta los resultados. Entre estas motivaciones irracionales que condicionan nuestra decisiones se encuentran aquellas que tienen que ver con el momento del día, con la luminosidad del ambiente o con el grado de saturación y cansancio que tiene el sujeto que toma las decisiones. Sabemos por distintos estudios empíricos que la mayoría de los crímenes de género en España se cometen en un franja horaria que va desde las 15 a las 20 horas o que los jueces dictan resoluciones más severas en la tarde que a primera hora de la mañana y que los profesores suelen suspender más al final de un largo ciclo ininterrumpido de correcciones que al principio. Los torturadores saben desde que existe la luz eléctrica que mantener a un detenido sometido a una iluminación artificial permanente , y mejor si es cegadora, acaba torciendo la voluntad.
No parece pues muy racional que te condenen a más años de prisión por la tarde que por la mañana o que te suspendan si esta entre los últimos exámenes del montón que si estas al principio. Una motivación de las decisiones de este tipo es irracional e inadmisible; ¿Se imagina a un juez aduciendo en la motivación de la resolución la hora como fundamentos jurídico? No se puede decir, ni aducir y a buen seguro el juez o el profesor lo ignoran pero los datos nos dicen que ocurre. Ignorar estos datos es la mayor irracionalidad que podemos cometer. No hay nada más irracional que no reconocer la presencia de la irracionalidad.
¿Pero es irracional el dispositivo que dispara tales motivaciones? No, el reloj biológico que gobiernan los llamado ciclos circardianos nos sirven para adecuar nuestro organismo, o el de cualquier otro animal, con los ritmos de la naturaleza por medio de la luminosidad ambiental . El organismo recargado por el sueño y por la luz dispara la producción de hormonas y neurotransmisores en general que hacen que las decisiones tomadas en esos momentos matutinos sean mas propensas al equilibro y la cooperación altruista que tomadas por la tarde con menos luz y menos reservas caloríficas. Durante la caida de l día el cansancio y la falta progresiva de luminosidad promueven en nuestro organismos cuerpo una sensación de riesgo y vulnerabilidad que es mas proclive a conductas y decisiones agresivas y punitivas.
El dispositivo es pues racional pero lo que resulta irracional su inserción en la motivaciones de argumentación en una situación determinada e inapropiada. En vez de negar estos condicionantes que provienen de los límites de nuestros propios recursos cognitivos, lo racional es reconocerlos , saberlos identificar y adecuar nuestras decisiones a estos determinantes. Saber cuales son las condiciones en que la toma de decisiones puede ser mas justa y equilibrada es la habilidad reflexiva que puede salvar los escollos mas indeseables y así producir unas situaciones óptimas para la toma de decisiones.
El capitalismo cognitivo, por medio de los dispositivos de mercadotécnia, ha explotado muy eficazmente este tipo de motivaciones ocultas de toma de decisiones en el mercado, incluido el mercado político. El simple desvelamiento de esto dispositivos motivacionales aparentemente irracionales, nos permite pensar críticamente sobre las perversiones de nuestra decisiones y volver a recuera la soberanía, siempre limitada, sobre nuestros decisiones. o motivaciones ocultas irracionales para desarrollar nuestra agresividad. La mayoría delas decisiones que toemmso en el merco hoy en día están mas gobernadas por estas motivaciones ocultas estimuladas institucionalmente, que por cálculo racionales coherentes. Resulta desalentador escuchar la queja contra la sociedad de mercado por su fría racionalidad calculadora cuando en realidad nunca la sociedad ha estado gobernada por unas motivaciones más calientes e irracionales.
La cronobiología es un disciplina científica que estudia los ritmos biológicos en los seres vivos en general. Por medio de esta podemos conocer esas limitaciones cognitivas y cuales son las interacciones indeseables que se pueden dar con la racionalidad. Puede haber pues una inducción racional de estas motivaciones que favorezcan la toma de decisiones más racionales y razonables posibles. Es la cronobiología, en este caos que nos sirven de ejemplo, la que nos explica como sincronizar biorritmos y decisiones, racionalidad y luminosidad y así reducir el margen de error e irracionalidad.
En otras ocasiones ya hemos hablado de como la tercera guerra ( la primera fue contra el mito y la religión, la segunda contra el idealismo dualista) en la que estamos inmersos se libra contra las trampas que nos tiende nuestros propios recursos cognitivos, contra la irracionalidad que habita dentro de nuestras decisiones racionales. Por ello una epistemología naturalista de la teoría de la elección racional pueden ayudarnos con el inestimable auxilios de la biología evolutiva y las neurociencias; para deshacer el hechizo de las decisiones racionales motivadas irracionalmente. Una epistemología naturalista de ese tipo se presenta hoy como una arma de combate político de primera magnitud contra las ilusiones del capitalismo cognitivo.