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¿Cual será el futuro de más de 300 pueblos olivareros de Andalucía?

Manuel Cala Rodríguez / En Andalucía, ¿Necesitamos reflexionar sobre el futuro de: … más de 300 pueblos olivareros; … más de 250.000 familias que viven del olivar; … las mas de 1,55 millones de hectáreas de olivar; … la cuarta parte de toda la rama agraria andaluza;… más de 800 almazaras; … más de 200 entamadoras; … unas 35 extractoras de orujo; … las casi 600 envasadoras de aceite; .… más de 22 millones de jornales/año; … el trabajo familiar, eventual y fijo;… la dicotomía minifundio-latifundio; … los tipos de olivar; … los umbrales de rentabilidad;… la sostenibilidad del olivar; … liderazgo mundial del olivar andaluz; … la alta dependencia del olivar como motor económico del territorio; … la especial vulnerabilidad ante crisis del sector; … la persistencia de desequilibrios… los territorios del olivar con dificultades; … el riesgo de abandono de los olivares menos productivos; … garantizar el desarrollo sostenible de estos territorios;… su interés socual; …el mantenimiento de la calidad del aceite; … la Ley 5/2011 y sus Instrumentos de Gestión Sostenible; …; ….; la “construcción” de sus territorios de olivar?.

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¿CUAL SERÁ EL FUTURO DE MÁS DE 300 PUEBLOS OLIVAREROS DE ANDALUCÍA?

Extracto para la reflexión

La superficie plantada de olivar en España se acerca a 2,6 millones de hectáreas (ha en adelante): 72% en secano y 28% en regadío. La aceituna con destino a almazara sobrepasa el 94%. La producción media anual de aceite superó 1,2 millones de toneladas entre las campañas 2007/08 – 2012/13, MARM (2013). Para AEMO (2011), el olivar español está cultivado por medio millón de agricultores que llevan su aceituna a 1745 almazaras las cuales venden su aceite, a granel mayoritariamente, a 20 envasadoras/exportadores que se lo sirven a 5 distribuidores. Por tanto, el 80% del aceite de oliva español es ofrecido a 46 millones de consumidores en 5 lineales, espectacular dato a partir del cual se adivina quién decide y cómo lo hace y deshace.

Para la Ley 5/2011 del Olivar (2011) y del Plan Director del Olivar Andaluz (2015), en Andalucía:

– La superficie cultivada ronda los 1,56 millones de ha (Jaén 37%, Córdoba 23%, Granada 12%, …). En secano el 63% y en regadío 37%. La aceituna con destino a almazara supera el 92%.

– Se produce el 40% del aceite y el 20% de la aceituna de mesa del mundo; representa la tercera parte del olivar europeo; es lugar de asiento de más de 800 almazaras, más de 200 entamadoras, unas 35 extractoras de orujo y casi 600 envasadoras de aceite.

– La estructura de la propiedad presenta cierta dicotomía minifundio-latifundio.

– El 43% superficie cultivada tiene pendientes superiores al 15%.

– La densidad media de plantación es de 132 olivos/ha.

– Constituye la principal actividad de más de trescientos pueblos andaluces en los que viven más de doscientas cincuenta mil familias de olivareros.

– El cultivo del olivar genera unos 22 millones jornales/año, distribuidos porcentualmente como sigue: Jaén 35%, Córdoba 21%, Sevilla 20% (influenciado por la aceituna de mesa), Granada 12%, Málaga 8%, Huelva 2%, Cádiz 1%, Almería 1%.

– Los tipos de olivar cultivados son: a) De bajos rendimientos (representan el 6%): ≤775 kg aceituna/ha, cultivado en zonas con malas condiciones edafoclimáticas o altas pendientes. b) De alta pendiente (23%): cultivado en suelos con mejores condiciones agronómicas, con pendiente ≥20%. Debido a la elevada pendiente, no es posible realizar la recolección de la aceituna con medios mecánicos. c) Extensivo con densidad igual o inferior a 150 árboles/ha (47%): cultivado con pendiente <20% y densidad de plantación ≤150 árboles/ha, siendo posible la recolección mecanizada de la aceituna. d) Extensivo de densidad media (7,5%): cultivado con pendiente <20% y densidad de plantación comprendida entre 150 y 180 árboles/ha, siendo posible la recolección mecanizada de la aceituna. e) Intensivo (14%): con densidad de plantación comprendida entre 180 y 325 árboles/ha, situado en zonas llanas. f) Superintensivo (1,5%): con una densidad de plantación >325 árboles/ha, situado en zonas llanas.

Según COAG (2011): El trabajo familiar representa el 47% del total, el eventual el 48%, y el asalariado fijo el 5%. En las explotaciones con menos de 20 ha se genera el 94% del empleo. El olivar tradicional genera entre 12 y 18 jornales/ha, en sus modalidades mecanizable y no mecanizable. El superintensivo, sólo 6 jornales/ha, ya que las tareas de recolección son mecánicas y sin apoyo. En Andalucía, el 1,5% de los perceptores recibe el 29% de las ayudas directas, mientras el 98,5% restante se reparte el 71%. Los olivicultores y almazaras de las zonas olivareras tradicionales, generan 2760 millones de € anuales, el 30% de la Renta Agraria Andaluza, y más de 14 millones de jornales.

Un estudio elaborado por AEMO (2011)2, prevé que los umbrales de rentabilidad del olivar español, en un escenario de precios en origen con un horizonte temporal hasta el 2011, se encuentren en la horquilla de 1,90 y 2,20 €/kg. Desglosados porcentualmente en 4 tipos de cultivos, sus costes medios serían serían los siguientes: a) Tradicional no mecanizable (24%) 2,70 €/kg de aceite producido; b) Tradicional mecanizable (52%) 2,30 €/kg; c) Intensivo (24%) 1,65 €/kg; d) Superintensivo (2%) 1,60 €/kg.

La exposición de motivos de la referida Ley del Olivar, entre otros aspectos, recoge:

  • El olivar es el agrosistema más representativo y simbólico de Andalucía, y desde los poderes públicos y el conjunto de la sociedad andaluza es considerado como estratégico.
  • Ha sido fuente de inspiración de nuestros artistas, además de seña de identidad de muchos de los grandes movimientos sociales que se han desarrollado en nuestra región.
  • Desde un punto de vista económico mantiene un claro liderazgo mundial, resultando ser un elemento imprescindible de cohesión social y territorial, además, de un alto valor ambiental.
  • El riesgo de abandono de los olivares menos productivos pone de manifiesto la relevancia de las funciones no comerciales de este sector.
  • Existe una demanda social, contrastada en numerosos estudios y en las últimas reformas de la PAC, para que el olivar genere bienes y servicios públicos, de utilidad no solo para los agricultores, sino también para el conjunto de la sociedad rural y para los habitantes del medio urbano.
  • Los poderes públicos deben emprender acciones para garantizar el desarrollo sostenible de estos territorios, teniendo en cuenta su carácter multifuncional y poniendo en valor los productos y servicios que ofrecen.

Su objeto es el de establecer el marco para el mantenimiento y mejora del cultivo del olivar en Andalucía, el desarrollo sostenible de sus territorios y el fomento de la calidad y promoción de sus productos.

Los principios en los que se inspira la Ley son los de:

I. Cultivo racional y sostenible del olivar como recurso agrícola fundamental de Andalucía y soporte económico y social del medio rural.

II. Interés compartido público-privado en el mantenimiento del cultivo y en el desarrollo de la cadena de valor derivada de él.

III. Mantenimiento de las rentas en el medio rural olivarero, mediante la utilización, en su caso, asimétrica de los apoyos públicos.

IV. Adaptación al progreso técnico proporcionado por el desarrollo e implantación de los avances obtenidos por la investigación y la innovación en el sector.

V. Interés histórico-cultural y social del cultivo del olivar y de sus productos derivados en Andalucía.

VI. Mantenimiento de la calidad del aceite, la aceituna de mesa y sus productos derivados en todo el proceso de cultivo, transformación y comercialización.

VII. Interés social

Utiliza los siguientes Instrumentos de Gestión Sostenible: Contratos Territoriales de Zona Rural; Contratos Territoriales de Explotación; Sistema de información y Apoyo a la Toma de Decisiones; Consejo Andaluz del Olivar; y un Plan Director del Olivar.

Del Documento de Diagnóstico y Prospectiva sobre: El Futuro de las Zonas Olivareras (2011), elaborado en las V Jornadas Técnicas Andaluzas sobre Sostenibilidad en el Medio Rural, celebradas en Bujalance (Córdoba), se concluye:

  1. La coyuntura de precios bajos del aceite no cubren los costes de producción en muchos casos.
  2. La Ley 5/2011, del Olivar de Andalucía, es “cortoplacista”, ya que fija un marco temporal de solo 6 años.
  3. La necesidad de continuidad de las ayudas públicas al cultivo.
  4. Sólo se discuten diferentes opciones de redistribución o mejora de las subvenciones.
  5. La falta de una valoración clara del contexto de multicrisis en la que estamos instalados (económica, financiera, energética, de movimientos migratorios y población, de valores,… y ecológica), en su caso, limitará la continuidad y cuantía de las ayudas públicas al olivar.
  6. La reclamación de medidas que permitan la regularización o el reequilibrio del mercado de aceite.
  7. La falta de atención a que el cultivo del olivar continúe su expansión por territorios distintos de los tradicionales (particularmente el intensivo y superintensivo).
  8. La valoración insuficiente sobre la incorporación de los nuevos actores (distintos también de los tradicionales), a la producción y comercialización del aceite.
  9. La ausencia de autocrítica, en cuanto al distanciamiento de los objetivos ambientales y de fijación de población en las zonas rurales, los cuales suelen ser enarbolados para justificar las ayudas públicas.
  10. El mantenimiento de los precios del aceite en una horquilla no muy diferente de la actual.
  11. La necesidad de adaptar el cultivo, allá donde sea posible, a los sistemas superintensivos e intensivos; el resto le será muy difícil sobrevivir sin ayudas.
  12. El olivar libre de ligaduras evolucioná hacia el cultivo intensivo, sin necesidad de subvenciones públicas, pero con menos requerimientos de mano de obra.
  13. El fracaso objetivo de “fijación de población”: solo el 4,7% del empleo que genera es fijo.
  14. La liberación de suelo y potencial humano para emplearse en otras actividades productivas (aceites de alto valor añadido, externalidades ambientales, singularidades territoriales,…).
  15. La identificación y apuesta de potencialidades de las zonas con desventajas naturales para el cultivo de olivar.
  16. El adolecimiento de memoria económica.
  17. El uso excesivo de vocablos tales como “sostenibilidad”, “ecología”, “cambio climático” se están convirtiendo en “supercherías” del siglo XXI lo que pudiera acarrear cierta peligrosidad.
  18. Aunque contempla aspectos del territorio del olivar, es una ley focalizada al cultivo del olivar, y a la transformación y comercialización de sus productos.
  19. No es una ley que contemple de manera integral el futuro de los territorios del olivar.
  20. ¿Merece crítica la Ley del Olivar?: si bien se aprecia un buen nivel técnico, apenas concreta, por lo que casi cualquier resultado pudiera ser factible en su aplicación práctica .

Para intentar solucionar problemas estructurales y coyunturales del sector, en el 20111, el entonces Ministerio de Agricultura y Medio Rural y Marino, se planteó como líneas de trabajo: concentración de oferta, almacenamiento privado, exportación, calidad y mejora de las políticas de distribución.

Algunas posibles claves para la “construcción” del futuro, podrían estar relacionadas con:

a) Existencia de una alta dependencia del olivar como motor económico del territorio, lo que le confiere especial vulnerabilidad ante crisis del sector.

b) Territorios del olivar con dificultades.

c) Falta de proyectos alternativos que conjuguen otros aspectos y no solo los económicos.

d) Persistencia de desequilibrios, entre otros, por: factores internos al sector; diferencias entre tipos de explotación (tamaño, perfil de la persona titular, intensividad,…); tejido industrial asociado y grado de asociacionismo; factores externos (red infraestructuras y servicios, perfil demográfico, desarrollo de otros sectores económicos, mercado laboral, volumen de apoyo público, etc.).

e) Limitación casi única del enfoque de la multifuncionalidad a la fase agraria. Parece aconsejable incorporarla al conjunto de la cadena de producción y comercialización para construir territorios, pues una de las funciones que más afecta al desarrollo del medio rural con olivar es la de ser generadora de rentas procedentes de la transformación y venta de sus productos.

f) Existencia de dificultades en la coordinación sobre el territorio de la ejecución de políticas gestionadas por diferentes Administraciones.

g) Patrimonio cultural y natural asociados al olivar, toda vez que al encontrarse infrautilizado, se desaprovecha buena parte de su potencialidad para diversificar actividades económicas generadoras de ingresos y empleos en los territorios del olivar.

h) Carencia de mecanismos efectivos, para que los beneficios que genera el territorio reviertan en el mismo.

i) Escasez de enfoques dinámicos e innovadores en el sector.

j) Denominaciones de Origen Protegidas. Actúan como garantes productivos del origen y calidad, así como elementos dinamizadores del entorno rural, habida cuenta de su aportación histórica en materia de desarrollo rural y valoración del patrimonio oleícola en sus demarcaciones.

A continuación se enumeran una docena de estrategias para el futuro del sector. Las actuaciones relacionadas con cada una de ellas se pueden consultar en el reseñado Plan Director del Olivar Andaluz (2015)4.

Explotaciones: 1) Medidas estructurales necesarias para la mejora del olivar tradicional y de la calidad de los aceites y de la aceituna de mesa. 2) Mejora de la productividad de las explotaciones de olivar, potenciando el olivar tradicional, especialmente del ubicado en zonas con desventajas naturales específicas. 3) Medidas para favorecer la biodiversidad y la calidad paisajística de los olivares. 4) Medidas para promover la contribución del olivar a la sostenibilidad ambiental y a la lucha contra el cambio climático, adaptando, en su caso, las técnicas de cultivo. 5) Elaboración de un código de buenas prácticas de gestión de las explotaciones de olivar.

Industrias y Mercados: 6) Establecimiento de mecanismos de coordinación público-privada. 7) Vertebración sectorial. 8) Mejora de la cadena de valor para añadir más rentabilidad a los primeros eslabones, incrementando la capacidad de negociación a través de estrategias que favorezcan la creación de plataformas de concentración de la oferta por los productores. 9) Sistemas de aseguramiento de la calidad de las producciones y de garantías para los consumidores, con especial atención a los procedimientos de obtención, al etiquetado opcional, a las certificaciones y al origen de las mismas, y de manera que desde los ámbitos de la producción y la comercialización se ofrezca a los consumidores una información veraz, suficiente y comprensible sobre las características de estos productos.

Investigación + Desarrollo + Innovación + Formación + Transferencia Tecnológica: 10) Enfocada principalmente a la mejora de la rentabilidad, competitividad y sostenibilidad económica, social y ambiental del mismo.

Construcción del Territorio: 11) Mantenimiento e impulso del patrimonio olivarero de Andalucía. 12) Gestión de los territorios del olivar.

… puesta en práctica de la primera y única Ley para un solo cultivo….. ; muchas preguntas sin apenas respuestas para un futuro incierto de muchos municipios y familias andaluzas, así como del agrosistema, con un alto valor ambiental, más estratégico, representativo y simbólico de esta comunidad, imprescindible para su cohesión social y territorial; y ….

Espero y deseo que este humilde extracto sirva para dar entrada a la reflexión sobre el futuro de los pueblos olivareros de Andalucía. Quizás convenga recordar que solo el valor de la producción de aceite de oliva y de la aceituna de mesa percibido por los olivicultores supone aproximadamente el 24% de la producción en valor de la rama agraria andaluza.

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1. MARM (2013). Encuesta sobre Superficies y Rendimientos de Cultivos (ESYRCE 2012). Secretaría General Técnica, Subdirección General de Estadística, Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Madrid.

2. AEMO (2011), Documento de Diagnóstico y Prospectiva Sobre: El Futuro de las Zonas Olivareras. V Jornadas Técnicas Andaluzas sobre Sostenibilidad en el Medio Rural: El futuro de las zonas olivareras, Bujalance (Córdoba).

3. LEY DEL OLIVAR (2011), LEY 5/2011, de 6 de octubre, del olivar de Andalucía, publicada en el BOJA nº 205, de 19 de octubre de 2011.

4. PLAN DIRECTOR DEL OLIVAR ANDALUZ (2013), publicado en el Decreto 103/2015, de 10 de marzo, por el que se aprueba el Plan Director del Olivar, BOJA nº 54 de 19 de marzo de 2015.

5. COAG (2011), Documento de Diagnóstico y Prospectiva Sobre: El Futuro de las Zonas Olivareras. V Jornadas Técnicas Andaluzas sobre Sostenibilidad en el Medio Rural: El futuro de las zonas olivareras, Bujalance (Córdoba).

Manuel Cala Rodríguez, julio 2015

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