Este especialista realiza un repaso por los aditivos más usados y los posibles efectos de su consumo y abuso. Identificarlos servirá para evitarlos.Miguel de Aguilar Merlo. Médico especialista en endocrinología y nutrición y autor del libro ’Nutrición científica y práctica’.
En la suma de múltiples aditivos reside el peligro. Se estima que un niño consume (entre refrescos, helados, chucherías, etc.) unos 100 aditivos al día. El doctor Eric Millestone, de la Universidad de Sussex, calcula que se consumen unos siete kilos de aditivos por persona al año.
La UE ha clasificado las sustancias añadidas a los alimentos industriales, para que no se oxiden y se conserven mejor, con códigos de letra E. Pero ya hay muchos fabricantes que no los usan. Preferible sería comprar sólo estos últimos. O sólo alimentos frescos. En caso contrario, se puede apuntar el aditivo leído en el envase y si es nocivo, no volver a comprar dicho producto. Entre los miles de añadidos, hagamos un repaso descriptivo de algunos de los más usados y perjudiciales; siempre te lo podrás colgar en la nevera.
COLORANTES. E-100. Los aditivos más perjudiciales.
Se trata de los aditivos más peligrosos. El amarillo se usa en refrescos, bebidas, helados y golosinas de color (E-104, E-110). Su abuso puede provocar hiperactividad e insomnio. El rosado (E-122) de pastelería, helados, golosinas y yogures tiene los mismos efectos y además puede ser cancerígeno. El amaranto (E-123) está prohibido en EE UU; Rusia y Francia lo utilizan en caramelos y pastelería. Puede producir cáncer. El rojo de ciertas salchichas y filetes de carne picada se debe al E-128: cancerígeno confirmado. El rojo E-129 es muy frecuente en refrescos anaranjados y golosinas: podría ser cancerígeno y se estudia su prohibición en numerosos países. El colorante azul (E-130 y 131) provoca problemas de tensión y es potencialmente cancerígeno. El blanco del E-171 puede bloquear la respiración celular de los riñones y el hígado. Al revés que en los vegetales, que cuanto más intenso es su color, más antioxidantes contienen y más sanos resultan, en los productos industriales cuanto más vivo es el color, más perjudicial es su contenido.
POTENCIADORES. E-600. Para sabor intenso, lo natural.
Intensificadores de sabores. Los glutamatos (E-621 a 625) se hallan en sopas de sobre, repostería industrial, patatas fritas, etc. Aumentan el apetito y son uno de los causantes de la epidemia de obesidad.
CONSERVANTES. E-200. ¿Por qué no lo buscas fresco?
Entre los conservantes, los E-200 a 203 son muy usados en mermeladas, y alteran el sistema enzimático con urticaria, dispepsias, etc. Los E-210 a 213 dan problemas de crecimiento y trastornos de conducta. Desde 1995 se cree que provocan además efectos letales en embriones y órganos reproductores. El E-239, presente en ahumados y algunos quesos, es cancerígeno. Está prohibido en Francia. Los E-250 a 252 se encuentran en conservas de carnes, carnes fermentadas y algunos embutidos. Pueden provocar accidentes vasculares peligrosos, bajadas de tensión y cáncer. Tienen, no obstante, una necesidad tecnológica, por su acción inhibidora, sobre todo del Clostridium botulinum, productor del botulismo.
ANTIOXIDANTES. E-300 y E-400: en las bebidas gaseosas.
Los antioxidantes E-310, E-311 y E – 312 son peligrosos para mujeres embarazadas y niños. Además pueden producir problemas hepáticos, renales, alergia, linfomas y cáncer. Los E-320 y 321, por su parte, se utilizan para aromatizar mermeladas no caseras, zumos de piña, leche en polvo, etc. Aumentan el colesterol en sangre, favorecen los tumores hepáticos así como los problemas del sistema nervioso, y son cancerígenos. Hablemos del ácido fosfórico (E- 338) y ortofosfatos (E-339 a 343). El fósforo es un elemento fundamental de nuestro organismo. Como aditivo es acidificante en las bebidas refrescantes, o tipo colas, pero su abuso perjudica la osificación. Beber muchas bebidas gaseosas es perjudicial para la osteoporosis y la osteomalacia. Hay que tener precaución también porque pueden provocar hiperactividad y problemas digestivos.
ESPESANTES. E-400. Mejor evitar los emulsionantes.
Sigamos con los emulsionantes y espesantes. El E-430 y el 431 están prohibidos en EE UU; provocan reacciones cutáneas y cálculos en la vejiga y los riñones. Los E-450 a 452 se encuentran en embutidos, patés y crustáceos frescos y congelados. Pueden provocar hiperactividad, mala asimilación de los minerales y problemas digestivos.
EDULCORANTES. E-900. Una dulzura que resulta artificial.
El aspartamo (E-951) y los ciclamatos (E-952) están presentes en miles de productos, sobre todo en bebidas ‘sin azúcar’ o ‘light’. Precisamente dichos productos suelen tener elementos peligrosos para el hígado, y el azúcar es un protector hepático; al suprimir el azúcar se vuelven más dañinos.