El reto es claro: ¿Cómo hacer que miles de personas participe en en las decisiones y debates políticos sin convertirse en «profesionales de la política» o en frikis «culo di ferro” que no hacen otra cosa en la vida que reunirse? La democracia es costosa en tiempo y atención, muy costosa, sin una agenda y una metodología de decisión y deliberación intencionalmente económica. Miren la democracia ateniense un asunto de hombres libres , ricos, ociosos y con esclavos y mujeres.
Los obstáculos son dos pues : los aparatos profesionalizados y los “culo di ferro”, En estos momentos de crisis de legitimación de los aparatos y las elites parece que la alternativa es la “asamblea eterna”. Pero tal alternativa no solo es falsa sino que también lo es la oposición entre aparatos profesionales de la política y los profesionales de las reuniones. ¡Cuidado¡ Porque cada vez que los aparatos , y las elites, han entrado en cuestión han provocado la emergencia del caos agotador del asamblearismo infinito para demostrar así que no hay democracia posible más allá de ellos . Y la verdad es que después de sufrir durante años a la asamblea eterna. Acaba uno deseando una “buena ejecutiva” que le ponga punto final a aquel debate de “siquiatrizados unidos”. Lo que decía Marx “es preferible un final terrible que un terror sin fin”.
Algo de eso vemos en la estrategia de ahora , en esto días, de alguno de los aparatos para las elecciones municipales . Una especie de el “look out” de la patronal de la izquierda de la izquierda. ¿No quieren democracia real? ¿No quieren participación? Pues ala , ahí tenéis; a la plaza a reunirse os vamos a indigestar de participación”. Mucha gente puede caer en esa trampa, los “frikis reunidos” han acuden al primer silbato y ya nos abruman con miles de citas, email y de debates de procedimiento, donde la realidad social, por supuesto no existe. Esta gente convierte a la política en un actividad exclusiva, y excluyente, una especie de hobby de aficionados a las reuniones, como a los que le gusta el Ala Delta pero más aburrido.
La democracia participativa no puede ser un asunto de “santos” (abnegados militantes todo altruismo) ni de aburridos frikis ( vampiros del tiempo de los demás). Los “santos “ son necesarios pero en pequeñas dosis , como el alcohol, y a tiempo parcial como los fijos discontinuos de la administración andaluza. Los aburridos no son necesarios pero sin son inevitables , la dosis en este caso deben de ser aun más moderadas. La participación ha de ser una cosa de la gente, de las inmensas mayorías que son las que sufren la colonización y explotación de las inmensas minorías.
Podemos, felizmente no ha caído en esa trampa, que esta colocada para ellos y ellas y condicionan cualquier apoyo a candidaturas municipales a la democracia.
“Industria, Sancho, industria” gritaba Alonso Quijano , pues eso “industria” sin la cual la democracia es una práctica de minorías no siempre bien seleccionadas. La industria ya esta se llama democracia digital y diseño institucional. Tenemos que debatir y elegir una agenda y un método . Y lo tenemos que hacer entre todos y todas por eso no es posible hacerlo en modos que por su consumo intensivo de tiempo y su ineficiencia en los resultados ,excluyen a las mayorías y en muchos casos a los mejores, a la personas más integradas en la vida social , a las que tienen un vida personal mas rica . Por eso debemos elegir la agenda y a los gestores de la agenda. Esos gestores no puede ser profesionales , tienen que ser trasparente y sometidos a control, deben de rotar cada cierto tiempo, deben ser revocables. Las formas de elección de esos gestores ha de ser múltiples y deben de poder participar miles de personas no implicadas en ningún aparato; deben de ser múltiples, entre estas el sorteo. En fin hay que evitar el aparato y el agotamiento, son simbióticos.