En mi anterior columna de opinión mantenía que en nuestro país no abundan precisamente los índices de calidad democrática real y efectiva. En esta segunda parte de la reflexión vengo a proponer una serie de medidas políticas, constitucionales y legales para reforzar la calidad de nuestra Democracia, con el objetivo de caminar hacia el poder directo de la ciudadanía, de la radical democracia:
I. Listas abiertas en todas las convocatorias electorales.
II. Convocatorias electorales separadas en todos los ámbitos territoriales (Europeas, Generales, Autonómicas y Locales), para favorecer los debates propios sobre las propuestas electorales programáticas.
III. Tolerancia cero contra la corrupción política: reforzar las medidas administrativas y penales con este grave problema que amenaza al sistema democrático.
IV. Reforzar las medidas legales contra el transfuguismo político, ampliando los supuestos que integran ese concepto político. Este problema provoca en el ciudadano la sensación de que los políticos sólo van a mantener el poder, con independencia del partido en que estén en cada momento.
V. Incrementar las consultas en referéndum sobre temas importantes, en todos los niveles territoriales del Estado (Administración General, Autonomías y Muncipios).
VI. Limitación a dos de los mandatos políticos representativos con el objetivo de la regeneración democrática de los actores de la vida pública.
VII. Reforma constitucional y legal del sistema electoral para evitar las graves injusticias del actual: si la soberanía nacional es única, que también lo sea la circunscripción electoral. Reparto proporcional puro de los escaños en función de los votos recibidos.
VIII. Debates electorales plurales en los medios de comunicación: que no sólo estén presentes los dos grandes partidos.
IX. Medidas de austeridad para los emolumentos que actualmente perciben diputados, senadores, etc. E incluso la reducción importante del número de esos representantes (no considero necesarios 350 diputados y 263 senadores para representar a la soberanía nacional).
X. Incrementar los poderes del Ayuntamiento, como entidad democrática base, más cercana al ciudadano, y por tanto más susceptible de control y de implementación de cauces para el ejercicio directo de la democracia.
Hoy se publica en elplural.com
En Andalucía son muy necesarias medidas como las que se proponen en este artículo.
Buen resumen de las aspiraciones de cualquier buen demócrata.
Faltaría, en mi opinión y además, vigilancia por un Alto Tribunal sobre el cumplimiento de objetivos propuestos en las campañas electorales, como condición sine qua non poderse presentar en las próximas al o a los partidos que hayan estado gobernando.