Decálogo para vencer a la derecha y transformar la izquierda en Andalucía (2 de 2)

Propongo, con el exclusivo objeto de abrir el debate, un decálogo para vencer a la derecha y transformar la izquierda en Andalucía:

1. Hay que avanzar en la fusión ideológica entre andalucismo, ecologismo, izquierda, feminismo y democracia ya que son construcciones perfectamente complementarias que lejos de contradecirse se potencian mutuamente como se está demostrando a lo largo de los cerca de 1.500 artículos publicados en P36.

2. Hay que construir un proyecto compartido viable y alternativo al sistema, que no es cuestionado ni por el PSOE ni por el PP a pesar de su inviabilidad ya incluso a corto plazo.

3. Hay que poner en común una estrategia de transición que haga compatible ideas, intereses y emociones colectivas en este espacio (Andalucía) y en este tiempo. Esta estrategia tiene que encontrar el equilibrio entre la defensa de los intereses de Andalucía y la defensa de los bienes comunes globales; entre la satisfacción de las necesidades inmediatas de la población y sus necesidades a medio y largo plazo; entre las motivaciones racionales y las emotivas. Esto es precisamente el aspecto mas creativo de la política como proceso de decisión colectiva.

4. Hay que potenciar las organizaciones políticas que tienen una identidad propia y una funcionalidad específica sin perjuicio de construir plataformas más amplias, al menos de carácter electoral. Ambas tareas son sinérgicas como en el caso del andalucismo porque nuestra vocación es provocar un movimiento social, no ser exclusivamente un instrumento para conseguir cuotas de poder. La amplitud de esta plataforma estará en función de nuestras propias fuerzas y de las amenazas para Andalucía. Este punto es fundamental ya que es obvio que ninguna ideología va a desaparecer de la contienda electoral y que o cooperamos o sustituiremos al enemigo principal por el adversario más cercano.

5. Digo al menos de carácter electoral porque la flexibilidad de contenidos y la amplitud organizativa debe servir para conectar a mucha gente que no se siente cómoda actualmente en un partido. Debe servir para ofrecer una alternativa de conectividad a los electores.

6. Es necesario que seamos visibles para poder ser representativos. Para ello es imprescindible tener la dimensión suficiente que permita disponer de los medios económicos mínimos para competir en la arena política y electoral. Las interrelaciones entre poderes económicos y democracia no solo son “externas” al sistema democrático (grupos de presión, intereses coincidentes, etc.) sino que también son internas ya que los medios de comunicación son en si mismo empresas que se mueven en su propio beneficio. Se trata del mayor condicionante que hay que afrontar pero que es insoslayable en las sociedades masivas.

7. Hay que cambiar la relación política entre organizaciones políticas y ciudadanía que ha impuesto el desarrollismo. Las organizaciones políticas progresistas tienen un papel sociabilizador imprescindible frente a los valores que transmite la publicidad a través de los medios de comunicación: la formación y la participación solo es posible mediante organizaciones amplias que permitan una división interna del trabajo.

8. Además, la transición que debemos liderar no se agota en lo estrictamente político. Es necesario la creación de modos de producción, consumo y convivencia alternativos. El cambio social pivota sobre una polaridad: nuevas formas de producir, consumir y vivir de acuerdo con la realidad de esta nueva época provocará una nueva conciencia social retroalimentada mediante una nueva representatividad política.

9. Todo ello solo puede producirse en el contexto de una nueva actitud social: una sociedad movilizada, activa frente a la situación de empobrecimiento, recorte de los derechos, riesgo e incertidumbre que valore la participación pública y la vida comunitaria frente a los valores individualistas y consumistas que solo provocan el desapoderamiento de la sociedad, la búsqueda de beneficio de los especuladores y la frustración.

10. Está claro también que todos tenemos que poner alguna restricción para la cooperación. No se trata de unir sin contenido o a la defensiva sino de compartir un proyecto común. Desde mi punto de vista el andalucismo solo debería poner una: la plena soberanía andaluza de todo tipo de organización o plataforma que agrupe al proyecto del tercer espacio: la obediencia 100% Andalucía.