Primavera Andaluza expresa su indignación ante las noticias que las y los andaluces hemos podido conocer recientemente, en relación con la investigación de la trama de los expedientes de regulación de empleo fraudulentos, que está siendo investigada en el juzgado de instrucción número 6 de Sevilla.
Nuestra asociación, que nació con la premisa de convertirse en un instrumento útil para la izquierda, el nacionalismo y la ecología política en Andalucía, se muestra perpleja ante los acontecimientos que estamos viviendo en los últimos días, y que vienen a confirmar la sospecha de que un buen puñado de millones, que deberían haberse destinado a la generación de empleo en nuestra tierra, han sido utilizados para el lucro personal con actividades oscuras, lo que está muy lejos de lo que cabría esperar de individuos que ocupaban posiciones de diversa responsabilidad en el organigrama del Gobierno andaluz.
Primavera Andaluza quiere recalcar que, además de la mencionada investigación que deberá esclarecer si se han cometido delitos derivados de la utilización ilegal de dichos expedientes de regulación de empleo, la Junta de Andalucía debe depurar cuanto antes las responsabilidades políticas derivadas de la citada trama, y exige que, ya que el Gobierno andaluz no aprovechó la oportunidad de apartar a los responsables políticos -que son distintos a los responsables penales o administrativos- en el momento en el que debía haberlo hecho, es decir, tras la comisión de investigación que se celebró el pasado verano y que se utilizó políticamente como arma electoral por parte de la derecha y como un mero trámite por parte del partido en el que militaban la mayor parte de los comparecientes e imputados judicialmente, cumpla con su deber y lo haga ahora.
La obligación de un gobierno de izquierdas responsable es, entre otras, la de certificar una escrupulosa transparencia en la gestión de lo público, y en estos momentos en los que se están sucediendo las detenciones y los registros de viviendas y empresas vinculadas a los anteriores gobiernos andaluces, esa transparencia pasa también por separar a los que por acción u omisión consintieron -o no impidieron- la existencia de esta trama corrupta.
La izquierda andaluza, consideramos, debe transformarse en un elemento nuclear de la lucha contra la derecha centralista que está podando los derechos del pueblo andaluz, pero para ello necesita de un rearme democrático profundo en el que las prácticas mafiosas no tengan cabida, en el que la hoja de ruta la marque la situación de emergencia extrema en la una buena parte de la ciudadanía andaluza se encuentran, y no los intereses político-electorales partidarios.
Para ello Primavera Andaluza estima que el Parlamento Andaluz, que tiene una mayoría de progreso, y el Gobierno andaluz tienen que comprender que en el contexto actual es necesaria una actitud muy diferente a la mostrada durante todo el proceso. En un momento en el que la democracia se está viendo emparedada por la apisonadora neoliberal extrema, el mensaje que la izquierda en Andalucía debe transmitir es precisamente el contrario al que se ha estado observando desde que se destapó la trama en general y que tuvo su máximo exponente en la comisión de investigación ya concluida.
Es la izquierda, de la que nuestra organización es y se siente parte, la que debe velar con todo su ímpetu y todo su talento por la regeneración democrática de nuestras instituciones, y tiene el deber y la obligación de señalar con el dedo a los que con su consentimiento o con su indiferencia han permitido que se pervierta la propia democracia de la que tiene que ser garante.
Las personas de Primavera Andaluza apostamos por la cooperación de la ecología política, la izquierda nacionalista andaluza y la izquierda democrática, articulando un frente que frene la ola capitalista que está sumiendo a nuestro pueblo en la mayor crisis social de nuestra historia reciente, pero un frente radical demócrata no puede estar sustentado en organizaciones que, practicando la política del organigrama partidario en el peor de los sentidos, desnaturalice nuestras instituciones de autogobierno y tenga en el pueblo andaluz la excusa para la confrontación estéril y no el sujeto de su ejercicio político.
Andalucía, marzo de 2013