Rafa Rodríguez
4. El PP en el poder: crisis institucional y resistencia (del 22 de mayo de 2011 al 25 de mayo de 2014
Las elecciones municipales y autonómicas, que tuvieron lugar inmediatamente después del 15M, el 22 de mayo de 2011, las ganó el PP por el voto de castigo al gobierno del PSOE. La respuesta de Rodríguez Zapatero, modificando durante ese verano el artículo 135 de la CE, adquiere el simbolismo de la confirmación de que la lectura colectiva que se desprendía de las movilización del 15M era exacta: el PSOE de la “tercera vía”, el que había fundado Felipe González, ya no servía para representar al electorado más dinámico de la izquierda y por lo tanto estaba perdiendo su capacidad de articulación política del Estado.
El 20 de noviembre de 2011 se celebraron elecciones a Cortes Generales. El PP consiguió la mayoría absoluta con 186 escaños (32 más que en 2008) y un 44,63% de los votos frente al PSOE que obtuvo 110 escaños (59 menos que 2008, su peor resultado desde la restauración de la democracia) y un 28,76% de los votos. Izquierda Unida (IU) recuperó el grupo parlamentario obteniendo 11 representantes (9 más que en 2008) con un 6,92% de los votos.
El presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán decidió no adelantar las elecciones y convocar en solitario el 25 de marzo de 2012 por lo que, desde 1996, fue la primera vez que no coincidieron con las elecciones al Parlamento de Andalucía. En las elecciones andaluzas, aunque ganó el PP (50 escaños), la suma de PSOE e IU (47 + 12) permitió un gobierno de izquierda en Andalucía, ayudado por el clima de movilización social al que había contribuido la convocatoria de Huelga General del 29 de marzo. Andalucía se convirtió en un territorio de resistencia a las políticas austericidas y centralistas del PP que tenía un poder casi absoluto al gobernar en el Estado, en las mayoría de las CC.AA. y provincias y en los grandes municipios.
El PP desarrolló una acción de gobierno de una dureza tremenda contra los trabajadores y las clases populares, recortando derechos y libertades y recentralizando el Estado. Los sindicatos volvieron a convocar Huelga General el 14 de noviembre mientras que las elecciones catalanas de 25 de noviembre abrieron un nuevo frente institucional en la crisis al reivindicar el derecho a decidir y la independencia frente al Estado.
Por vez primera IU tenía la oportunidad de demostrar en el Gobierno de Andalucía que podía ser una alternativa de gobierno y por lo tanto una alternativa al PSOE en el liderazgo de la izquierda. Sin embargo la dimisión de Griñán, acosado por el escándalo de los EREs, y la investidura de Susana Díaz van a suponer un cambio radical de tendencia. La nueva presidenta de la Junta tenía un proyecto político claro para el PSOE: sostener la “tercera vía” y escorarse al centro político por lo que las relaciones con IU se volvieron muy conflictivas. Las marchas de la dignidad, que culminan en la manifestación en Madrid del 23 de marzo de 2014, mantuvieron viva la respuesta social contra las políticas del PP.
5. Comienza el proceso de reinstitucinalización: la irrupción de una nueva izquierda
Tres años después del 15M, en las elecciones Europeas del 25 de mayo de 2014, Podemos tiene un gran éxito electoral obteniendo 5 escaños mientras que el Partido Popular, aunque gana las elecciones con 16 escaños, obtiene siete menos que en 2009; el PSOE, la segunda fuerza con 14 eurodiputados, pierde nueve. IU obtiene 6 y UPD 4. La suma de PP y PSOE disminuye en 30 puntos y baja del 50% por primera vez en democracia. El bipartidismo había dejado de ser el sistema político dominante en España y comenzaba un nuevo ciclo electoral de una intensidad desconocida (se van a suceder 6 procesos electorales en dos años) que van a ser capaces de metabolizar el cambio.
Tras las elecciones europeas se van a producir cuatro acontecimientos claves:
a) La dimisión del rey Juan Carlos
b) La dimisión de Perez Rubalcaba como Secretario General del PSOE.
c) Una cadena de detenciones y juicios contra la corrupción que afectan sobre todo al PP
d) La ruptura del gobierno de izquierda a instancia de la Presidenta de la Junta a pesar de que IU acababa de aprobar los presupuestos para 2015 conjuntamente con el PSOE.
Los resultados de las elecciones andaluzas del 22 de marzo, permiten a Susana Díaz ejecutar su proyecto: la opción por una variante de la “tercera vía” que se caracteriza además por la beligerancia contra la izquierda a la que identifica como su adversario real y por su decidida voluntad de ocupar el centro político, buscando como aliado natural a Ciudadanos con los que comparte la misma visión centralista y neoliberal en las políticas económicas.
En las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo una nueva izquierda muy plural gana en las principales ciudades y consiguen formar gobiernos de coalición mediante pactos de las fuerzas de izquierda, cuando suman mayoría, al contrario de lo que había ocurrido en Andalucía donde el PSOE había pactado con la nueva derecha de Ciudadanos. Amplios sectores de la población, que habían perdido el sentimiento de sentirse representados por los partidos tradiciones, encuentran nuevos vehículos para integrarse en la institucionalidad democrática frente a la crisis que se había producido cuando las fuerzas políticas no representaban las posiciones que del conflicto social en esta nueva época.
Las elecciones catalanas del 27 de septiembre, planteadas desde el gobierno de la Generalitat como un referéndum a favor de la independencia, dan una mayoría a los partidos que habían defendido el derecho a decidir pero no provocan una mayoría absoluta independentista. Las dificultades para formar gobierno obligan a la renuncia de Artur Mas y a la investidura de Carles Puigdemont, al mismo tiempo que el triunfo de Ciudadans (de 9 a 25 escaños) lo confirman como un competidor efectivo en el espacio de la derecha, no sólo en el ámbito de Cataluña sino del conjunto del Estado.