La memoria histórica es muy importante. Conocer el pasado, lo que ocurrió, los análisis desde diversas perspectivas, permiten abrir claros de luz. No es fácil inventar, crear, recomponer, abrir nuevos espacios de intervención política. Como ya dije en un post anterior, el pensamiento crítico estaba enquistado en lugares recónditos. Entre tanto la criminalización y desprecio hacia la juventud crecía y crecía.
Recordaba en un post anterior Francisco Garrido, al calor de los acontecimientos de 15M, que el 23 de junio de 1968, el general De Gaulle ganó con el 60% de los votos las elecciones anticipadas que había convocado tras las revueltas de mayo de ese mismo año. Antes de mayo del 68, en las elecciones presidenciales de 1965, la derecha de orden francesa, liderada por el general arrolló. He consultado la wikipedia. El conflicto social y por las libertades civiles estalló en mayo del 68. De Goulle, se vio obligado a convocar un referendun sobre las regiones francesas para aumentar su legitimidad en el poder, perdió. Mayo del 68 produjo una catarsis que influyó en la agenda política de los partidos démocráticos de toda Europa.
Aventuro que el 15M es un ensayo general. La generación que ha vivido la etapa especulativa y consumista española, bajo la envoltura brillante de celofán, alejada del interés por la política, está rellenando el vacío antipolítico. Todo el interés de la derecha, del bipartidismo, era desactivar el pensamiento crítico, no hay más que hacer un repaso de la evolución en la programación de las televisiones, particularmente de las públicas, por su relación directa con el poder político, para observar cómo los eslóganes de unos y otros: Andalucía imparable y España va bien, imponían su sentido metafórico paralizante.
La imagen de una juventud de botellona, videoconsola, marcha noctura, y vanalidad sin más, construída por el poder éconómico que controla los mass media, ha reventado en las narices del poder político.
La simpatía despertada en una gran parte de la población de más edad se debe a la memoria de esta población, al reconocimiento explícito de que hay momentos en que la generación que va a asumir su futuro debe tomar la calle. Hasta aquí hemos llegado, vamos a construir nuestra propia agenda de intervención. Otras generaciones lo hiceron antes, esto es lo que quiero recordar, ahí no hay ninguna novedad. Quienes crean que están descubriendo la aspirina se equivocan.
Hasta ahora, las formas de reivindicación, en redes sociales o en la calle, eran de causa. Actuaciones localizadas y temáticas del poder político que chocan con otras perspectivas o intereses provocaban luchas temáticas. Ahora, por contra, se está a la búsqueda de un nuevo marco de interpretación de la realidad y de una nueva respuesta política integral.
La camiseta política que la generación que vota se puso tras las transición está sudada y ajada. Quienes se han asentado en la ignoracia, o no se la cambian, o la cambian por el cambio votando a uno de los dos partidos que ejercen el bipartidismo.
Esto no va a seguir así mucho tiempo. Gobierne quien gobierne se va a enfrentar a una crisis de límites, de escasez de recursos, con una población mundial endiabladamente grande. Se va a enfrentar al déficit presupuestario municipal, al déficit autonómico y estatal. ¿Cómo gestionar esto desde los presupuestos productivistas, capitalistas o comunistas, y de pleno dominio de los mercados? Imposible. El crecimiento infinito es imposible en un planeta finito.
Una nueva genración está descubriendo el poder de la política, del debate, del análisis de los problemas colectivos. El 15M es un ensayo general, se apagará la luz de las escena. La derecha de toda la vida arrasará electoralmente. Entonces, se encontrará de frente con la crisis sistémica: con la crisis ecológica, de límites. La afrontará con más vueltas de tuerca, más privatizaciones, menos enseñanza y sanidad pública, más recortes sociales, menos atención a las desigualdades, recortes salariales, más basura en los contratos, menos respeto por los derechos civiles, menos laicismo, más orden.
Tras el ensayo general del 15M, entre tanto nos aprietan con toda la legitimidad de los votos de su mayoría aplastante, toca construir una agenda política para el futuro, para el momento del estreno de la obra ensayada. El momento de la verdadera emergencia política.