Sin duda alguna, el principal problema que sufre la sociedad española es el desempleo y las consecuencias sociales y familiares que conlleva. Los resultados de la EPA correspondiente al último trimestre de 2012 ha certificado que esta crisis económica global, este fracaso absoluto del sistema económico imperante está dejando sin trabajo y sin esperanza a una buena parte de la ciudadanía.
Nuestros jóvenes se ven obligados a despilfarrar su formación y abandonar sus territorios con destino fuera de nuestras fronteras para trabajos en muchos casos por debajo de la cualificación académica y profesional adquirida en nuestro país. Y otros sectores de la población caen en el obstracismo laboral y el abandono social en muchos casos, a lo que se añade el recorte de servicios sociales y de empleo por parte del Gobierno de nuestro país.
Con esta perspectiva social y ciudadana, los Ayuntamientos, en su faceta de prestación de servicios públicos de apoyo a las personas desempleadas y a los emprendedores, tendría que ser cada vez más necesarios, y son la administración cercana a la que acude la persona sin trabajo. Quizá sea el servicio público municipal más necesario en el momento tan difícil que vivimos en materia de empleo. Un servicio, desde mi punto de vista, a mantener en momentos de crisis.
La ciudadanía exige a los ayuntamientos nuevas funciones, nuevas responsabilidades como administración inmediata en el territorio, como entidad pública que palpa la realidad de manera directa y permanente. Los Ayuntamientos no deben ser ajenos a la grave situación social y económica que vive la ciudadanía. La permanente destrucción masiva de puestos de trabajo impone una obligación principal también para las entidades locales, para el fomento de la actividad económica, para la facilitación de la implantación de nuevas inversiones empresariales, así como para la formación y cualificación de los recursos humanos (talleres de empleo, escuelas taller para jóvenes, programas de información y orientación a las personas sin trabajo, apoyo a empresas para sus procesos de búsqueda de recursos humanos en el territorio, etc.).
El municipio, en estos momentos difíciles, tiene la oportunidad de convertirse en un espacio institucional para el fomento del empleo, en un facilitador para el progreso económico y social del territorio, para el dinamismo empresarial, para la formación de las personas desempleadas, y para su inserción laboral. Posiblemente en el nivel local pueden empezar a generarse soluciones en el territorio concreto que contribuirán a la gestión del problema global, a encontrar soluciones al problema.
Los representantes del poder local han reclamado históricamente competencias para las entidades locales en materia de promoción del desarrollo económico local, y más recursos financieros al respecto. En este histórico momento, en una situación de crisis generalizada de consecuencias desconocidas, las autoridades locales pueden y posiblemente deben convertirse en sujetos activos importantes para dinamizar los mercados de trabajo territoriales, contactando directamente con el tejido empresarial para conocer sus necesidades reales, y facilitarle sus nuevos proyectos de generación de empleo en el municipio. De hecho, en Andalucía, según dispone el artículo noveno del Ley 5/2010, de Autonomía Local de Andalucía, establece como competencia propia para los municipios el “fomento del desarrollo económico y social en el marco de la planificación autonómica”.
Estimo importante trabajar desde la institución local para conseguir que los mercados de trabajo locales sean cada vez más transparentes, hacer circular la información, socializar y democratizar la generación de nuevos empleos, que todas y todos tengan a su disposición las opciones de trabajo que surjan en el ámbito local. En este objetivo, también es crucial esa colaboración entre la institución local y la red de entidades que trabajan por la inserción laboral de los desempleados y desempleadas.
La clave es trabajar en red, y hacer circular la información en la red, hacer la información más accesible, comunicar bien por el bien de todos. Entre todos podemos ayudar a dar soluciones al problema del desempleo. También el principio democrático es importante en este objetivo social y económico, con voluntad de aunar esfuerzos, de unidad de todos para afrontar con éxito la inserción laboral de las personas que sufren este grave problema, el desempleo. En lo local este objetivo se puede conseguir con más eficacia.