Diabéticos por encima de sus posibilidades

Francisco Garrido |  Soy diabético (hasta el nombre es feo) y ayer fui a comprar la dosis de insulina mensual. Sin estas dosis, sencillamente me muero. Soy lo que se llama un “crónico”.¡18 euros¡. El precio se ha duplicado sobre el que pagaba hace solo unos días, el mes anterior.

Por lo visto los diabéticos somos uno de los grupos responsables del agujero de Bankia y de la fiebre del ladrillo; y claro, lo tenemos que pagar. ¿Qué relación hay entre el exceso de glucosa (o el déficit de insulina, según se vea) y la crisis es un misterio macroeconómico digno de rigorosas investigaciones? ¿Qué dirán de esto lo de FEDEA?

Nos han enseñado que en la economía de mercado cada uno asume las responsabilidades y riesgos en virtud del mérito y el acierto. ¿Por qué los enfermos crónicos o los parados tienen que pagar los deméritos y los desaciertos de banqueros y especuladores inmobiliarios? Otro tema de investigación, esta vez para la ética económica. No si al final los recortes van a ser un estímulo indirecto al I+D.

Afortunadamente puedo pagar esos 18 euros pero que pasa con los que no puedan. Se habló de instaurar la llamadas “facturas sombra” (donde se informaba al paciente de los costes de su tratamiento) pero lo que se ha impuesto han sido “la sombra de las facturas” que va a deteriorar la salud y la calidad de vida y disparar la mortalidad como ha ocurrido ya en Portugal o Grecia.

Canallas con retórica econométrica y criminales de revestimiento académico dan un supuesto soporte científico a estas acciones de guerra contra la población civil y los más débiles. Nos dicen que son ajustes necesarios para un sistema sanitario que es insostenible. Cuando lo realmente insostenible, lo que no se ha sostenido y ahora tenemos que levantarlo entre todos, era el sistema bancario y el ladrillo. El terrorismo intelectual de farsantes como Xavier Sala o Mas-Colell, Michele Boldrín y otros, es tan dañino. “Pensamiento tóxico” neoliberal, mentiras y seudoestadísticas al servicio del robo y la desigualdad.

Pensándolo bien, los diabéticos y los crónicos en general, somos un ejemplo de esas “gentes que han vivido por encima de sus posibilidades”. Pues sencillamente nuestras posibilidades no nos daban para vivir. Pero debido a la ciencia, que sintetizó la insulina y a la sociedad que forjó un sistema público de salud, hemos podido vivir por encima de nuestras posibilidades. Muchas gracias fue bonito mientras duró.