Defendemos como absoluta prioridad un programa de higiene democrática: reforma de la ley electoral para hacer la representación más proporcional y a los electores con más capacidad de decisión, elecciones separadas, limitación de mandatos, iniciativa popular para consulta de referéndum, limitación de sueldos en Administraciones y Entidades Públicas, una ley que ponga reglas en la contratación de empresas públicas, reforma de la justicia, Administración única, evaluadores independientes de los objetivos programados, limitación de la publicidad institucional y que los medios de comunicación públicos se comporten de acuerdo con los valores constitucionales de neutralidad y servicio público.
El bipartidismo está ahogando la democracia como lo demuestra la reciente reforma constitucional hecha a espaldas de la ciudadanía, de los territorios y de los demás partidos lo que ha supuesta una peligrosa deslegitimación de la propia constitución. Es necesario abrir el sistema político para que todos podamos participar, establecer mecanismos para activar la ciudadanía, una democracia más pluralista y eliminar las barreras legales y materiales que han hecho de la democracia sólo una cosa de dos: la reforma de la Ley electoral será por lo tanto una prioridad para los andalucistas
La democracia es el oxígeno para Andalucía. Hay que limpiar el aire viciado que respiramos. Hay que devolver a la democracia unas reglas de juego justas para que la participación de los ciudadanos y ciudadanas sea efectiva.
Defendemos los valores que a lo largo de la historia contemporánea han venido aportando legitimidad y profundización a la democracia: participación real y transparencia y sentido ético de la vida pública. Nos comprometemos a defender la profundización en la democracia sobre la base de un modelo social, cultural y económico, eminentemente participativo, transparente y cercano, que aspire a alcanzar el máximo nivel de implicación de la ciudadanía en cuanto al control de los poderes públicos y la presencia activa en la toma de decisiones. De este modo, lograremos mayores niveles de democracia real y directa, con la finalidad de devolver a la ciudadanía la ilusión por la participación en la vida política.