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El 7 de noviembre nos vemos en Madrid

Manuela Martínez / En marzo de 2007, puede decirse que la igualdad formal da un paso de gigante en España de la mano del Gobierno de Zapatero, con la aprobación de la Ley Orgánica 3/2007 para la igualdad efectiva de mujeres y hombres.

¿Qué ha pasado con la igualdad real durante todo este tiempo? Basta mirar a nuestro alrededor para encontrar respuestas.

En el ámbito laboral, sin ir más lejos, la desigualdad sigue siendo la característica que aun define el empleo de las mujeres. Desigualdad en las oportunidades de incorporación y permanencia en el mercado laboral, en el salario, en las condiciones de trabajo, en la promoción, en el acceso a determinadas ocupaciones o en la formación continua. Y es que, pese a los avances en materia normativa, la reforma laboral y el bloqueo de la ley de dependencia, han dado alas a los condicionantes que juegan en contra de la igualdad real, muy especialmente a dos que están íntimamente relacionados: todavía quedan muchos empresarios que considera que las mujeres son menos productivas que los hombres porque entienden que su prioridad es la maternidad y la vida familiar y, por otro lado, buena parte de las responsabilidades familiares continúan siendo asumidas por las mujeres, lo que les obliga a aceptar empleos temporales o a tiempo parcial y, en el peor de los casos, a abandonar el empleo, temporal o definitivamente, para dedicarse al cuidado de sus familiares dependientes.

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Pero, sin duda, la máxima expresión de la desigualdad real es la violencia de género. Y no basta con una ley orgánica para acabar con esta lacra social. Es necesario un Pacto de Estado. Toda la sociedad debe involucrarse porque toda la sociedad, en mayor o menor medida, es cómplice del entramado de discriminación que está en la raíz de la violencia machista.

Lo explica muy bien Ana de Miguel en un libro que recomiendo: Neoliberalismo sexual. Vivimos en sociedades “formalmente igualitarias”, pero que siguen reproduciendo pactos que alimentan una posición desigual de mujeres y hombres. Unos pactos cuya manifestación más terrible continúa siendo la violencia que la mitad femenina, por el simple hecho de serlo, corre el riesgo de sufrir en algún momento de su vida.

De hecho, debería indignarnos el silencio cómplice ante las situaciones de discriminación que soportan las mujeres en todas las etapas de su vida y, más aún, la escasa contundencia o la ausencia de reacción ante los asesinatos machistas que se suceden en cada rincón de nuestra geografía.

Hemos empezado el mes de noviembre con un asesinato más que añadir a la lista negra de un año negro. El de una mujer apaleada “presuntamente” por su pareja. Después de un julio negro, un octubre negro, 39 asesinadas en lo que va de año, casi el mismo número de huérfanos de madre, 5 casos en investigación…

¿Alguien duda de que no basta con denunciar o llamar al 016 para erradicar la violencia machista? Cierto que son instrumentos preventivos que debemos utilizar ante cualquier signo de maltrato, pero no nos podemos quedar sólo en eso porque no es suficiente. Se necesita una respuesta integral mediante actuaciones en el ámbito familiar, educativo, laboral e institucional.

Una respuesta integral que casa mal con el recorte presupuestario en igualdad de las mujeres durante el Gobierno de Rajoy, que ha sido de casi un 21 por ciento. O con el hecho de que en el proyecto de PGE2016 las partidas destinadas a igualdad y violencia de género sólo representen el 0,01 por ciento del total.

Tampoco ayuda que el Gobierno de Rajoy haga oídos sordos a las recomendaciones que el Parlamento Europeo aprobó en junio para impulsar la igualdad de género en la Unión Europea.

No obstante, para combatir la violencia de género, la familia y el sistema educativo tienen un papel determinante, en la medida en que se transmitan modelos sanos de relaciones interpersonales que favorezcan la igualdad y el respeto entre chicos y chicas.

También los medios de comunicación deberían asumir un papel más activo en la lucha contra la violencia de género. Camuflar el asesinato machista en un crimen pasional, utilizar violencia doméstica por violencia de género o muerte por asesinato, invitan poco a reflexionar sobre la desigualdad y la discriminación que sufren las mujeres y, menos aún, a combatirlas.

UGT continuará exigiendo más recursos para combatir esta lacra y reclamando que el apoyo a las víctimas de violencia pase a ser una prioridad para el Gobierno; reivindicando el trabajo coordinado de los interlocutores sociales y el Gobierno para mejorar la actuación de las empresas, tanto en la contratación como en la vigilancia y control del respeto a los derechos laborales de las trabajadoras víctimas de violencia de género; además de poner todos los esfuerzos, a través de la negociación colectiva, para luchar eficazmente contra un problema frente al que toda la sociedad debe actuar.

Lógicamente, UGT apoya y se suma a la protesta contra las violencias machistas convocada por el movimiento feminista el próximo 7 de noviembre en Madrid. Una manifestación de carácter nacional para exigir un Pacto de Estado ya.

A las mujeres nos sobran los motivos para salir a la calle el 7 de noviembre y a los hombres también. Por eso dejo aquí un fragmento de la llamada a la participación de los hombres que hace Octavio Salazar, profesor titular de Derecho Constitucional en la Universidad de Córdoba:

“La marcha del 7N debería servirnos, además, para aprehender definitivamente que todas y todos necesitamos del feminismo como llave para romper definitivamente con un modelo de sociedad que nos sigue marcando como desiguales por razón de nuestro sexo. En este sentido, me gustaría pensar que ese próximo sábado de noviembre será el punto de partida para una revolución que, a diferencia de las que se sucedieron a lo largo de la historia, no acabe olvidando a las mujeres sino que, al contrario, las sitúe en primera línea. Una revolución que necesita que nosotros mismos nos rebelemos contra el sujeto viril que nos aprisiona y que, insisto, o será feminista o no será.”

¡Nos vemos en Madrid!

#YoVoy7N

@Manuela_MJ

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