Francisco Garrido.
El CNS (Consejo de Seguridad Nuclear) es pronuclear. Esto es algo así, para que nos entendamos, como si el Ministerio del Interior fuera prorobo, los bomberos estuvieran dirigidos por un club de pirómanos, y los colegios médicos fueran pro infecciones. El CSN es le máximo órgano publico de control y supervisión de la seguridad de las centrales nucleares españolas. Un organismo de estas características tiene que ser completamente independiente del lobby nuclear y de las empresas que están detrás de este. El CSN obviamente no lo es. Los miembros, a distintos niveles, del CSN suelen estar vinculados profesional y económicamente con las compañías eléctricas, los bancos y con los centro de investigación y departamentos universitarios pronucleares El CSN se ha dedicado sistemáticamente a obstaculizar y tergiversar la información proveniente de las centrales nucleares. O sea que el árbitro está comprao…
La actual presidenta del Foro Nuclear, María Teresa Domínguez , a la que verán en esto días mucho por las TV restándole importancia a lo sucedido en Japón.; ha sido presidenta del CRS y ahora es una propagandistas mas de las bondades radioactivas de las nucleares. Poner a la señora Maria Teresa Domínguez a presidir el CSR era como poner la conde Drácula de portero de un banco de sangre. De tenor de esta presidenta ha sido todos los presidentes del CRS . Joan Herrera y yo mismo, tratamos en la legislatura en que ZP decía que era el “más antinuclear del gobierno de realizar una modificación profunda y extensa del CSN. El objetivo era convertirlo en un órgano público de control de la legalidad y la seguridad de las centrales nucleares. Fue imposible. Ni el PSOE pero tampoco CIU, el PNV o PP lo quisieron.
En estos días de la crisis nuclear de japonesa el CSR tienen como hoja de ruta laboral mentir, mentir mucho, todo lo se pueda. Hablaran (mentirán) como expertos y dirán aquello que siempre se dice instantes previos a la catástrofes: “no pasa nada” . Me recuerdan esto expertos al chiste de aquel del que se arrojó de un decimo piso y a la altura del quinto, en plena caída libre, alguien, desde una ventana, le pregunta: “¿Cómo va?”. El suicida responde, con fina ironía, “ de momento bien”. Advertidos quedan.