Paralelo 36 Andalucia Espacio de pensamiento y acción política
Luis Angel Hierro.La última ofensiva ideológica asociada a la presión de los mercados especulativos se está centrando en intentar imponer el copago en los servicios sanitarios públicos. Con esta nueva presión se pretende hacer que los ciudadanos españoles tengan que pagar una parte de los servicios sanitarios porque al parecer su financiación es insostenible.
Según la OCDE
http://www.oecd-ilibrary.org/social-issues-migration-health/total-expenditure-on-health_20758480-table1
España dedica un porcentaje menor del PIB al gasto en salud que la mayor parte de los países desarrollados. Por tanto nuestro sistema está dentro de unos parámetros de sostenibilidad o insostenibilidad similares al resto o incluso mejores.
Lo anterior no implica que el sistema no necesite mejoras y elementos de control del gasto. No obstante cualquier visión apocalíptica es simplemente una insidia.
¿Qué medidas de control del gasto son eficaces? Los especialistas en la materia se inclinan por medidas que afecten a la oferta de servicios y a la demanda, pero no a la del paciente sino a la del que verdaderamente la genera, el médico. El médico es quien define las pruebas clínicas, las derivaciones a otros médicos y los tratamientos.
En efecto el copago es ineficaz para controlar el gasto ya que el paciente sólo genera la primera demanda, la asistencia al medico de cabecera o a urgencias, a partir de ahí toda la demanda la producen los médicos que lo atienden, que por supuesto no serían los que pagaran. Es decir, si se establece el copago no es para desincentivar el uso de los servicios médicos sino para hacer que una parte del coste en lugar de recaer sobre los impuestos generales recaiga sobre el paciente.
En realidad el copago no es más que establecer un nuevo impuesto para financiar la sanidad. Un impuesto injusto porque paga más el más enfermo y porque dificulta el uso de los servicios médicos de los más pobres. En lugar de poner ese nuevo impuesto injusto por qué no hacemos que paguen los que ahora están disfrutando de una fiscalidad nula o irrisoria (sicav, patrimonio, incrementos patrimoniales, transacciones financieras, … ).
Según la OCDE
http://www.oecd-ilibrary.org/social-issues-migration-health/total-expenditure-on-health_20758480-table1
España dedica un porcentaje menor del PIB al gasto en salud que la mayor parte de los países desarrollados. Por tanto nuestro sistema está dentro de unos parámetros de sostenibilidad o insostenibilidad similares al resto o incluso mejores.
Lo anterior no implica que el sistema no necesite mejoras y elementos de control del gasto. No obstante cualquier visión apocalíptica es simplemente una insidia.
¿Qué medidas de control del gasto son eficaces? Los especialistas en la materia se inclinan por medidas que afecten a la oferta de servicios y a la demanda, pero no a la del paciente sino a la del que verdaderamente la genera, el médico. El médico es quien define las pruebas clínicas, las derivaciones a otros médicos y los tratamientos.
En efecto el copago es ineficaz para controlar el gasto ya que el paciente sólo genera la primera demanda, la asistencia al medico de cabecera o a urgencias, a partir de ahí toda la demanda la producen los médicos que lo atienden, que por supuesto no serían los que pagaran. Es decir, si se establece el copago no es para desincentivar el uso de los servicios médicos sino para hacer que una parte del coste en lugar de recaer sobre los impuestos generales recaiga sobre el paciente.
En realidad el copago no es más que establecer un nuevo impuesto para financiar la sanidad. Un impuesto injusto porque paga más el más enfermo y porque dificulta el uso de los servicios médicos de los más pobres. En lugar de poner ese nuevo impuesto injusto por qué no hacemos que paguen los que ahora están disfrutando de una fiscalidad nula o irrisoria (sicav, patrimonio, incrementos patrimoniales, transacciones financieras, … ).
Luis Angel Hierro es Profesor Titular de Economía Pública de la Universidad de Sevilla y exdiputado socialista.
