Mario Ortega./ El electorado ha sacrificado la racionalidad por la fe. Como en la famosa novela de Joseph Conrad, la última legislatura ha supuesto un viaje tenebroso hasta entrar directamente en el mismísimo corazón de las tinieblas. “El horror, el horror.”
Con un comportamiento casi sadomasoquista, a la búsqueda del placer, se ha entregado el látigo de las futuras políticas a quien más duramente va a manejarlo.
Si la izquierda no me sirve o hace lo que la derecha haría, voto a la derecha. Mejor una moneda buena que una falsa, así han caido electoralmente las socialdemocracias francesa, alemana y británica en la última década. Pero el contexto actual es aún más duro para la socialdemocracia española, 5 millones de personas desempleadas es la herencia de ignorar las claves de la actual crisis y, no menos, de una falta de liderazgo europeo de confrontación frente al eje Merkel-Sarkozy.
La rotunda caída socialista, por el contrario, no ha supuesto la posibilidad de gobernar con alianzas de izquierdas, el crecimiento de IU es manifiesto, al igual que el de ICV (este último proporcionalmente mucho mayor).
UpyD crece con contundencia en Madrid, provincia españolista donde las haya, y obtiene su diputado por Valencia, donde también se mantiene un fuerte carácter españolista. Un tipo de voto de carácter difuso que se encuentra muy cómodo con los triunfos de la selección española y las banderas rojigualdas colgando de los balcones. España es hoy más UpyD.
No volveré a insistir sobre el injusto sistema electoral que favorece a las opciones que concentran el voto en algunas circunscripciones.
EQUO hace marca, pero no obtiene su deseado diputado por Madrid. Ahora tendrá que gestionar la visibilidad de sus propuestas en el congreso con el diputado por Valencia fruto de la alianza con Compromís, la tarea tendrá una enorme dificultad, y, tal vez fracase. Tampoco será fácil gestionar las relaciones con ICV, socia, al igual que EQUO, del Partido Verde Europeo.
En Andalucía la nueva marca EQUO rompe el bajísimo techo de Los Verdes de Andalucía en las generales de 2008, que se situaba entorno al 0,31%, para alcanzar un porcentaje en torno al 0,81%, con Sevilla en un 1,06%. Lo dicho, hace un poco de marca pero el trabajo está por hacer.
También en Andalucía el PA, que ha hecho un esfuerzo evolutivo encomiable hacia posiciones ecoandalucistas de izquierdas, choca con su pasado y pierde peso político en virtud de un voto útil “por el cambio” desplazado hacia el Partido Popular y/o UPyD, ganando, el primero, por primera vez en Andalucía con tremenda contundencia.
En estas elecciones ha perdido la democracia, que ya de facto estaba muy herida, pasamos del bipartidismo a un monopartidismo galopante. Quienes ganan tienen una enorme semejanza con las posiciones berlusconianas (menos histriónicas, pero igual de hipócritas, católicas, apostólicas y romanas). Se avecina la miseria de la caridad, frente a la justicia de la solidaridad.
Hasta aquí mi foto finish electoral, como veis no he enfocado otras diversidades territoriales, para no complicar hoy el asunto.
Aventuro algunos empujones hacia la reproducción del modelo italiano de confrontación con el populismo. Dos días antes del 20N, el viejo Anguita dijo que IU debía hacer un llamamiento por un frente común de la izquierda. ¿Está hablando de un OLIVO a la española? Ese frente podría llamarse irónicamente “Aceitunas la Española”, en cuyo centro podríamos situar la anchoa del aparato de dominio comunista.
IU crece de prestado, sobre la tremenda caída del PSOE, unos 3,5 puntos porcentuales. La dinámica frentista antepone el objetivo de derrotar a la derecha por suma de votos al objetivo, que personalmente considero más importante y menos transitorio, de reconstrucción de los marcos ideológicos comunes que, desde la diversidad, promuevan una verdadera sociedad civil reflexiva e implicada en la política.
El resultado de estas elecciones demuestra, en mi opinión, que:
- La corrupción, el clientelismo, la banalidad, la falta de horizonte (y/o programa) político expreso, la memoria, las alianzas contrafácticas, no influyen de manera determinante en el electorado que vota.
- Los partidos en el poder solo pagan la traición a su electorado cuando esta tiene consecuencias carnales. Aznar antes, al desvelarse de forma abrupta las consecuencias de la guerra de Irak y la mentira de última hora. Y ahora Zapatero que prometió el pleno empleo y nos dejó cinco millones de parados, y una buena batería de reformas antisociales.
- Las redes sociales no son todavía, ni de lejos, determinantes en un proceso electoral.
- España no tiene una fuerte sociedad civil que articule amplios espacios de reflexión y motivación de la acción política. El 15M, hoy, no ha dado frutos.
- Las hijas y los hijos de la generación de la transición no han tomado las riendas de su destino. Tal vez es que ni siquiera puedan hacerlo aritméticamente, nuestra pirámide poblacional está invertida, en general hay dos camisetas de quita y pon, cuando una se ensucia, se echa a lavar y se toma la otra.
- Los ejes de decisión de voto siguen siendo derecha/izquierda y bandera contra bandera.
- El espacio electoral de la ecología política, si existe, está subsumido en un lugar que no decide voto suficiente.
Reconstruir uno o unos espacios políticos de tradición ilustrada en Andalucía y en España, con y más allá de la socialdemocracia, va a ser una tarea ardua. No creo, como antes del 20N, que esta obra pueda hacerse ahora sumando siglas y reuniendo vanguardias.
La potencialidad de un cambio del electorado hacia posiciones no reaccionarias, no simplistas y más analíticas pasa por el ejemplo en la acción. Si queremos más democracia, practiquémosla en todos los ámbitos que podamos, si queremos transparencia, apliquémosla. Si pregonamos la eficiencia y la austeridad, no caigamos en dispendios a la búsqueda de votos (a la banca, nada de nada). Hablo de las formas.
En cuanto al fondo, sí creo que pueden buscarse alianzas estratégicas entre organizaciones políticas diferentes con tácticas diferenciadas (las personas cuentan, los matices y las prioridades políticas son importantes).
Andalucismo, izquierda, ecología política y socialdemocracia podrían tener horizontes y líneas de fuerza comunes. La oposición real va a estar en la calle cuando el gota a gota de las políticas ultraliberales se siga aplicando. No tendremos capacidad de cambio, si no actuamos sobre el modelo de democracia que vivimos.
Por eso creo que debemos buscar confluencias en:
- Demanda de reforma de la ley electoral.
- Reforma constitucional de competencias y modo de elección de la cámara alta.
- Beligerancia contra los desequilibrios fiscales del concierto vasco y la solicitud de pacto fiscal catalán (este tema particularmente importante para Andalucía).
- Ni un paso atrás en la leyes que consolidan derechos civiles, de género, matrimonio homosexual, dependencia, aborto.
- Ni un paso atrás en la desactivación del Estado de las autonomías.
- Más Europa, pidiendo una Constitución europea que otorgue el poder al parlamento Europeo.
- Control político directo del Banco Central Europeo por el parlamento europeo.
- Demanda de una Banca Pública Territorializada
- Fin de las Diputaciones, y creación de instituciones comarcales de elección directa.
Hablo de líneas fuerza para generar el marco común que venza a la derecha, al otro lado nos vamos a encontrar, queramos o no con los límites sistémicos.
Por su parte, la ecología política pretendía una salida a la crisis lo menos dañina posible y socialmente viable. Parece que no va a ser posible, su capacidad de influencia política sigue siendo baja. La salida será dura y por la fuerza de los límites físicos. Nada como el capitalismo especulativo para sacar partido de la escasez. El problema será cuando tras la escasez venga la nada.
Tras decir esto, no nos llaméis agorereros, los pronósticos se han cumplido y se seguirán cumpliendo.
Muy buen articulo, pero me precunto aprenderemos, podremos ir hacia una convergenca de los grupos andalcuistas, ecologistas , y socialistas fuera del PSOE hacia una plataforma comun para las elecciones autonómicas con el objetivo de volver a tener voz en el parlamento, o los egoismo particulares lo impedira.
Dicen que ni un burro tropieza dos veces en la misma piedra, el autodenominado «izquierdista español» lo haría doscientas y ni aún así aprendería. Demonizan o solapan, salvo en Euskadi y Catalunya los hipócritas, el derecho a la autodeterminación y aún así posan de «progresistas» engañando a cada vez menos pardillos. Marginan a una izquierda soberanista y cada vez, por tanto, estarán más lejos de una soberanía de la izquierda.
Este año se cumplen 400 años de la culminación de la deportación de más trescientos mil andalusíes, motejados despectivamente como «moriscos», en un proceso genocida que comenzaría en 1609. A pesar de que en 1492, cumpliéndose el 500 aniversario del exterminio de los judíos vieron reconocidos sus derechos con la nacionalidad. Ante una herida un siglo más reciente ¿habéis visto a la mayor parte de los presuntos «izquierdistas españoles» solidarizarse? Muchos de sus descendientes llevan sus mismos apellidos y ¿les importa un comino…?
También se cumplen 75 años del comienzo de la Guerra (in-)Civil. Sabemos hoy que un sector del movimiento libertario (el Cómite de Milicias Antifascistas de Catalunya) se reunieron en el verano de 1936 en Barcelona con el Comité de Acción Marroquí con el fin de que la República diese la independencia al Protectorado del Rif (ver: http://fal.cnt.es/tienda/?q=node/120 ), lo cual hubiese terminado con el «alzamiento» del los militares golpistas africanistas e impedido el baño de sangre posterior. ¿Hizo caso aquel gobierno republicano de las legítimas aspiraciones de los marroquíes? En absoluto, al contrario que los astutos golpistas que si les prometieron la emancipación si le apoyaban. ¿Y puede haber alguien entonces que se extrañe de que la columna vertebral del ejercito fascista la constituyesen soldados moros, veteranos de probada eficacia, sin los cuales hubiese sido practicamente imposible su victoria final?
Pero toda esa cuestión de nacionalismos no es nada que haga perder el sueño a la inmaculada pureza ideológica del «izquierdismo español», muy seguro de aquel dogma de fe acerca de que «la patria del obrero es su clase» o sea que se sienten invitados a ser los traidores sin escrúpulo de cualquier construcción nacional. Sin embargo nos preguntamos ¿esos infatuados «izquierdistas» lo son más por ejemplo que Andreu Nin? Porque uno de los mismísimos grandes teóricos de la Izquierda, señala claramente que las luchas de clase deben acompañar las luchas nacionales y la autodeternminación. (ver http://revoltaglobal.cat/article2138.html ).
En suma y ya para terminar, para hacerle el juego a la «izquierda» rojiparda del naZionalcatolici$mo expañol farandulero no son menester alforjas. Como han ido de «españoles» la mayoría de la ciudadanía les ha dejado meridianamente claro a que imperativos obedece eso: la iglesia, el ejército o los intereses de la patronal o la banca. Como han ido de «izquierdistas españoles» han terminado por parecerse, en el colmo del esperpento, a Dionisio Ridruejo, «progresista» cañí de las FET y de las JONS.
La mayor parte de la ciudadanía ha detectado a los FALSOS ESPAÑOLES y han preferido -siquiera como escarmiento-, «prietas las filas e impasible el ademán» al rojigualdo original. Mas no hay hecatombe que arredre al jumento «izquierdista español» en Andalucía. En las Autonómicas de marzo le volveremos a oir rebuznar. Hubiésemos preferido un canto del cisne con una mínima dignidad; pero entre rucios sanchopancescos con ínfulas de «castellano viejo» ya se sabe que es imposible…