EditorialP36.31/12/2010.
El hidrogeólogo norteamericano Luna B. Leopold, en su conocida obra A View of the River View, dejo claro dos consideraciones sobre la naturaleza de los ríos: la primera era que un rio es un organismo vivo integral , ecológicamente cohesionado y que ha de ser visto como un todo orgánico. La segunda consideración afectaba al territorio y era que los ríos adoptan en el espacio el despliegue que mayor probabilidad de eficiencia energética le ofresca. La intervención sobre cualquier parte del rio afecta pues a todo el río. Y cuanto más grave sea la intervención más grave será la afectación a la totalidad del rio. Las desvíos, regulación, canalización o dragados de un río tienden a reducir el nivel óptimo de eficiencia del rio y por ello comportan daños y riesgos para este y su entorno. El empeño de la vieja ingeniería de destruir esa maravilla de la eficiencia adaptativa que son los meandros, es un ejemplo de incomprensión de los principios enunciados por Leopold.
Los gestores del Puerto de Sevilla parecen que también han leído a Leopold, pero al revés, Están empeñado en convencernos que una intervención tan grave como el dragado del río no tendrá impacto ni en el entorno (Doñana, arrozales) en el rio mismo (estuario, pesquerías, fauna ). Siguen creyendo que un río es un canal mal diseñado que requiere de ingeniería que lo mejore. Es la misma visión que aplicada la monte ven en las bosques simples fábricas de madera
El dragado del rio Guadalquivir implica una serie de daños y riesgos muy graves, como ha dejado claro el informe de la comisión científica, para mucho de sus tramos, para el estuario y para la supervivencia del Parque Nacional de Doñana. Muchas actividades económicas y sociales se verán en peligro por culpa de una obra que pretende, con la escusa de ampliar el puerto de Sevilla, volver de nuevo por la senda de los pelotazos urbanísticos y del ladrillo a costa de todo.
Sevilla es uno de los destinos turísticos más imporate de Europa y tiene asegurada vías de acceso tan potentes como el avión, las autovías y autopistas y la primera línea de AVE de España. En su entorno, entre una hora y dos , están puertos tan importantes como Cádiz, Huelva, Algeciras o Málaga. ¿Cuál es la necesidad que pretende cubrir este dragado?
La perdida de biodiversidad y de suelos que una intervención de este tipo provocaría hay que sopesarla en el contexto del cambio climático y de las repercusiones previstas para el sur mediterráneo. Los daños económicos y sociales de las economías rivereñas serán importantes. El enfrentamiento entre territorios también. La pérdida de biodiversidad , algo irreparable. Y todo esto lo quieren hacer con fondos públicos europeos. Pues ya sabemos; en Bruselas es donde hay que estropearles la jugada. La misma jugada de siempre, el mismo cuento de siempre…los puestos de trabajo , las inversiones. Pero como dijera León Felipe: “se (sabemos) todos los cuentos”.