Rafa Rodríguez
1. Federalismo o bilateralismo
La valoración positiva por la restauración del diálogo entre el Estado central y la Generalitat no puede ocultar la preocupación porque, una vez constatadas el fracaso de las vías unilaterales que llevan directamente al enfrentamiento, tanto la del soberanismo catalán como la de la derecha liderada por Ciudadanos, el consenso se sitúe en aceptar un cambio en el modelo territorial y pasemos de un modelo multilateral como el actual a un modelo en los que haya dos niveles en función de las identidades territoriales medidas por la fuerza de la representación política de los partidos nacionalistas subestatales.
En principio el diálogo bilateral no tiene por qué ser alternativa de la multilateralidad y así lo ha interpretado el Tribunal Constitucional al pronunciarse sobre el artículo 183 del Estatuto de Autonomía de Cataluña, sino un complemento de la multilateralidad.
Sin embargo, es posible que el soberanismo catalán y vasco persiga un modelo confederal, es decir una relación bilateral exclusiva con el Estado, que rompa con el multilateralismo y, por lo tanto, acentúe la desigualdad en la distribución de recursos.
Pensamos que es sería un grave error porque simplemente desplazaría el conflicto hacia los demás territorios y desestabilizaría la capacidad redistributiva del Estado, haciendo prácticamente inviable el Estado social.
Andalucía, como como sujeto político constitucional, debe contrapesar la posible deriva de que España se divida entre un sistema confederal para Cataluña y Pas Vasco y una recentralización en el resto del Estado, volviéndose a una situación anterior al 28 de febrero, cuando Andalucía conquistó su autonomía e hizo posible una dinámica federalista que se vio paralizada por la defensa del statu quo en los sucesivos gobiernos en el Estado y en la Junta de Andalucía
Ahora bien, si los únicos actores territoriales que generan presión son el soberanismo catalán y el soberanismo vasco, sobre todo tras el acuerdo entre PNV y EH. Bildu para una relación confederal con el Estado en la ponencia de autogobierno del Parlamento vasco, el riego de una salida asimétrica al conflicto en Cataluña aumenta día a día.
La solución a las tensiones territoriales solo puede venir del avance hacia un modelo federal que de satisfacción a los diversos sentimientos nacionales, establezca autogobiernos efectivos con capacidad de activar las potencialidades de cada territorio y construya una institucionalidad central que sea respetuosa con los Estados federados pero que tenga capacidad de redistribuir los recursos mediante la participación en sus decisiones estratégicas de los Estados federados. Además el principio federal debe ser el principio que oriente y de coherencia la posición de España en la Unión Europea.
2. Andalucía debe incorporarse como actor relevante en el diálogo territorial
Andalucía fue determinante, durante la transición democrática, para hacer evolucionar al Estado hacia un modelo multilateral aunque tras la dimisión de Rafael Escuredo los distintos gobiernos de la Junta han optado por mantener el statu quo y neutralizar cualquier reivindicación de más autogobierno y de avanzar hacia un modelo plenamente federal, posición que ha llegado a su extremo con el gobierno de Susana Díaz.
La ausencia política de Andalucía en el debate territorial supone un factor de desequilibrio porque somos el territorio donde la defensa del federalismo ha sido más importante ya que ha supuesto la conexión histórica entre los sentimientos andalucistas y la cultura de izquierda.
Esta ausencia es aún más incongruente dado que somos uno de los territorios que más sufrimos la desigualdad y que por lo tanto más motivos tenemos para reivindicar un cambio en la organización territorial del Estado que aumente tanto nuestros niveles de autogobierno como establezca mecanismos efectivos de redistribución de los recursos.
Andalucía tiene que activarse con urgencia para impedir que se imponga la dinámica de bilateralidad frente a la dinámica federal:
- Andalucía también necesita más autogobierno incluso como exigencia legal para el desarrollo completo del Estatuto de 2007 que apenas ha tenido virtualidad para ampliar nuestras competencias, por lo que hay que reivindicar desde la creación de una policía autonómica, cuya ausencia supone una posición de desventaja frente a la inseguridad ciudadana, la capacidad para combatir la violencia de género o los problemas de mafias de la droga en Campo de Gibraltar, y, de forma prioritaria, las competencias correspondientes al servicio de transporte de viajeros por ferrocarril de cercanías (tal como se hizo con Cataluña mediante el RD 2034/2009).
- Consideramos inaplazable la participación de la Administración andaluza en los órganos y empresas de titularidad estatal que afectan a nuestra tierra tal como el Banco de España, la Agencia Estatal Tributaria, AENA, etc.
- Activar la Comisión Mixta de Asuntos Económicos y Fiscales Estado – Comunidad Autónoma de Andalucía, en su artículo 184, con funciones tan relevantes como estudiar las inversiones que el Estado realizará en la Comunidad Autónoma de Andalucía y que ha celebrado solo seis reuniones, (los días 9 de abril de 2007, 12 de noviembre de 2007, 18 de septiembre de 2008, 16 de marzo de 2009, 29 de marzo de 2011 y 16 de septiembre de 2011) y que desde 2011 no ha vuelto a reunirse. Es decir hace cerca de 7 años que no te reúne.
- Reivindicamos que se convocase la conferencia de presidentes autonómicos para ser informados de la reunión con Torra, ya que es el órgano multilateral más importante que existe junto con la Comisión General para las CCAA del Senado.
- También es necesario la activación de la Comisión para la Reforma Constitucional.
(*) Imagen de Edmundo de Waal