El discurso del Rey
Nadie espere un análisis exhaustivo del discurso que hace unas horas pronunció Felipe VI. Para nada, estos días los esfuerzos se centran en otros menesteres, como ha expresado el propio monarca en la parte más emocionante de su discurso, aquella en la que dice que no nos quiere entretener mucho, que estamos las familias reunidas y no es plan interferir…Y digo yo, sabrá el monarca actual las peleas que se montan en muchas familias por estas fechas? Porque si lo supiera, a lo mejor se planteaba interferir de verdad, o a lo mejor no ¿quién sabe? De hecho, hay quien piensa que el rey habla en esta fecha porque la gente está feliz esperando el banquete del año y así consigue una imagen asociada al bienestar de la gente. Pensándolo bien, si no fuera así, quizá escogería el día que despiden o desahucian a alguien, que es durante todo el año menos el 24 de diciembre, que está prohibido, bueno, no sé si está prohibido, pero que las cartas de despido no se hacen en estos días ni los agentes judiciales van a las casas a desahuciar a nadie en navidad, lo cual ya sería el colmo, aunque también podría ser interpretado, como una celebración literal del portal de Belén, que la verdad, es muy parecido a un desahucio con presencia real incluida.
Yo sé (no soy un ingenuo), que la gente se aburre con los discursos del rey, por lo menos en este país. Que siempre dice lo mismo, o casi. Que sería más divertido escuchar los de otros reyes cada año, que se intercambiaran los discursos entre los monarcas, solo buscando el entretenimiento, sin más razón que esa. Supongo que no sería muy útil, pero tampoco es que lo sean mucho los actuales. Al menos nos entretendríamos. Imagínense al monarca norcoreano (se llama Kim Jong-un, hijo de Kim Jong-Il y nieto de Kim Il-sung. Seguro, acabo de mirarlo) hablándonos a nosotros y nosotras. El susto sería bueno, pero no nos aburriríamos y la charla de las familias podría transcurrir por derroteros más pacíficos. Francamente, yo preferiría a Barak Obama y así tomamos un último traguito antes de lo que viene detrás. Me dicen que no puede ser, porque Obama es un presidente de una República y esto es monarquía y no es compatible. Bien. Que lo de Corea tampoco, que es una república también, aunque hay discusión porque es una presidencia hereditaria…da igual, hay muchos donde elegir. Pero no era de esto de lo que yo quería hablar, sino de la emoción que siento cuando veo al rey decir lo mismo un año tras otro (lo cual explicaría que nunca se equivoque hablando, se lo sabe de otras veces), soltando lo que le escriben sin protestar, con esas palabras tan aburridas ( me han dicho que las palabras que puede utilizar no son más de cien y que están puestas en un cuaderno comprado en la FNAC) como correctas…En verdad, tiene que ser difícil mantener la calma en esas circunstancias, sin poder sacar los pies del plato (un rey no puede hacerlo).
También sé que hay gente para todo. Sin ir más lejos, el otro día un catedrático publicó un artículo en el que aseguraba que “La Monarquía es el problema”, lo cual es de muy mala educación porque F-6 no puede contestar a eso. No puede, pero sería más entretenido si lo hiciera, ¿o no? Me malicio yo que no le interesa entrar en polémicas de este tipo. Que muchas familias lo han pasado mal con la crisis, eso lo ha dicho. Que ya van mejorando, también. Que ha visto a mucha gente con muchos problemas en sus viajes a lo largo y ancho de este país…también. En algunos momentos he desconectado y no sé si ha hablado de la unidad de España, pero casi seguro que sí lo ha hecho, porque ese tema está yendo demasiado lejos y los reyes no suelen dejar que las cosas vayan demasiado lejos en sus países. Cuando yo era chico estuve en la O.J.E. (la organización juvenil española). No es que esté muy orgulloso de esa parte de mi vida, pero me llevaban a la playa con nueve o diez años y te daban discursos muy bonitos. El lema de la O.J.E. era “Vale quien sirve” y allí me explicaron lo que quería decir. Al que daba los mejores discursos lo llamábamos el abuelito-consigna. Venía a decir, mas o menos, que solo si servimos (a la patria, claro), valemos. Si no servimos, no valemos y mientras más sirvamos más valemos. Eso es en resumen, que de eso hace cincuenta años, pero hoy me ha saltado al nivel consciente gracias al discurso del rey, al que siempre le estaré agradecido por haberme acercado a un recuerdo de la infancia. No es que los discursos fueran iguales, no. El rey habla despacito, pausado y sin gritar, solo le falta rimar, mientras que el abuelito consigna chillaba para que se enteraran los últimos de la fila. Pero hay algo en común y no sé que es.
Tampoco es que yo sea muy monárquico, la verdad. Recuerdo que una vez me metieron en la cárcel porque no quise retirar una bandera republicana que habíamos puesto en una plaza. Pero cuando salí libre y sin cargos, solo había esperando tres personas. No sé si eso tendrá que ver con que el rey haga los discursos el día del banquete anual, pero a lo mejor sí. De hecho, yo les diría a los que andan atareados con el tema republicano que prueben a poner el día de la república el 24 de diciembre, a ver qué pasa. No se pierde nada por probar, los discursos no serían tan aburridos y las familias no se pelearían por tonterías en las cenas de navidad. A lo mejor me he pasado, no sé. Pero sería bonito escuchar el discurso de los republicanos ese día, sin necesidad de tener que hablar del discurso del rey, que suele ser aburrido porque se lo sabe de memoria.
Antonio L. Girón
Que lástima don Antonio que parece no ha escuchado o leído el mensaje de su Rey con atención ni seriedad.
Usted si que escribe frases esterotipadas y críticas que me parecen muy superficiales.
He escuchado y visto la manera de actuar de El Rey de Holanda, el Rey de Bélgica y vuesrtro Rey.
El contenido del mensaje de vuestro Rey ha ido más allá del mensaje de Navidad y su presentación perfecta.
Sería bueno que cuando criticas un mensaje bien elaborado lo haga de la misma manera.
Si la Monarquía en este Siglo es lo mejor para los Países Europeos es otra discusión. Mientras tanto vuestro Monarca es una persona con una preparación exclente y que vale la pena escuchar y seguir. Especialmente en un mundo tan difícil y en donde la izquierda está tan fragmentada y en donde el populismo supera el equilibrio necesario para resilver problemas con la seriedad que se requiere
Feliz Año don Antonio