Mario Ortega / Podemos Andalucía tiene abierto un proceso de debate estratégico y orgánico para afrontar los tiempos venideros. Aparecen documentos e ideas, aparecen alianzas entre grupos de personas para defender sus posiciones. Aparecen grupos que se organizan para plantear candidaturas a los órganos de poder.
Es, esperamos, una lucha por las ideas y el poder en buena lid. ¿Hay política sin la cuestión del poder? No, no la hay. El asunto es si el poder es un fin en sí mismo para grupos o individuos o un medio para alcanzar ideales democráticos colectivos. Las reglas del juego tiene mucho que ver con esto último.
Es, desde luego, el momento. Lo era antes de la carnicería en el PSOE, a la vista de que el ciclo de irrupción rápida de una verdadera fuerza de cambio en beneficio de los derechos democráticos de las mayorías se estaba cerrando.
Ahora, después del sábado 1 de octubre de 2016, el día de autos en el PSOE, más si cabe dada la centralidad que el PSOE andaluz ha adquirido para lenvantar diques contra la sustitución de las políticas neoliberales y contra la articulación de una España federal con acuerdo entre las partes (una cuestión que seguirá siendo central en los tiempos venideros).
En esos dos espacios de contienda, el de los derechos y el de las soberanías, tiene Andalucía una tarea fundamental para la elaboración de una propuesta cooperativa interterritorial sin subordinaciones forzadas.
La tierra cuya identidad cultural es la identidad exterior de España y sus naciones, y cuya identidad política, consolidada entre las fechas históricas del 4 de diciembre de 1977 y el 28 de febrero de 1981, es la de las luchas por la igualdad y los derechos, ha de ser la clave de bóveda de la ruptura con el régimen del 78 y la construcción de un nuevo proyecto de Estado capaz de garantizar los derechos de las mayorías en condiciones de igualdad, cualquiera que sea la tierra que las personas pisen. Así como para confrontar con la Europa neoliberal, en alianza con otras soberanías territoriales de acá y de allá y con los movimientos de cambio, por una Europa democrática.
Justo aquí, en Andalucía, es donde está la roca más dura. El PSOE-A aún es fuerte, y está imponiendo una idea de futuro de España que nada tiene que ver con las aspiraciones de Andalucía, justo aquí es donde hay que darle la batalla decisiva.
Estoy seguro que ese proyecto federal y plurinacional que reconozca las mutuas soberanías y garantice la igualdad de derechos es el único viable para que España siga existiendo.
Espero, deseo, que el debate abierto en Podemos Andalucía de cara al congreso de noviembre, sea un debate de ideas, en buena lid, y del que, después, se desprendan las cuestiones del poder.
Ese debate tiene, creo, el don de la oportunidad. Es ahora, es ya.
Bienvenida la II Asamblea de Podemos Andalucía.
@MarioOrtega