01/07/2011.Griñan, en un alarde de “imaginación desbordante”, ha decidido ponerle en el parlamento andaluz una sillita al 15-M. Propone la creación del escaño 110, destinado a las iniciativas legislativas populares. Miles de ciudadanos y ciudadanas piden cambios de las leyes políticas y al presidente del gobierno andaluz no se le ocurre otra cosa que proponer cambios en el mobiliario. Definitivamente el PSOE no se entera de lo que está ocurriendo en la calle. Permanecen anclados en la persistente creencia de que todo se resuelve con cambios de imagen, con mejorar la foto o con meros gestos simbólicos.
Nada de cambiar el sistema electoral, nade abrir las listas, nada de modificar las leonina legislación sobre las iniciativas legislativas populares o los referéndum, nada de democracia digital, nada de rotatividad y limitación de mandatos, nada de transparencia contra la corrupción; nada de cambios reales, sólo cosmética política. Pero los tiempos está cambiando y el hartazgo de la “política ficción” propia de la “sociedad del espectáculo” es hoy más fuerte que nunca.
A muchos les ha sorprendido la supuesta moderación de las reivindicaciones políticas del 15-M. Pero lo cierto es que la irrealidad del sistema político y económico es tan fuerte que hoy no hay nada más radical que la realidad misma. El diferencial entre lo que se dice y lo se hace es tan brutalmente notorio que pedir que se cumpla lo que se vota es una potente bomba en el corazón del sistema bipartidista. No es casualidad que el lema del 15-m sea “democracia real”. O que uno de los gritos más coreados en las manifestaciones y concentraciones haya sido el de “Lo llaman democracia y no lo es”. El avance de un milímetro de democracia real es hoy mucho más convincente que mil gestos y proclamas, tan grandilocuentes como falsas.
Antes de la irrupción de la crisis la falta de legitimación del sistema político era ya escandalosa. Después de la aparición de la crisis, con sus secuelas de desempleo y empobrecimiento, esta falta de legitimación se vuelve hiriente e insoportable. Casi nadie se percata de lo mal (o de lo bien) que funciona el sistema sanitario hasta que no cae enfermo. La suma de la crisis política (deslegitimación) con la crisis económica (bancarrota) no se ruelve con gesto demagógicos. El 15-M pudiera muy bien haber respondido a la propuesta del escaño 110 con aquellos versos finales de León Felipe que dicen: “Yo no sé muchas cosas, es verdad, pero me han dormido con todos los cuentos…y se todos los cuentos”
Meteros la sillita donde os quepa…