En su informe anual Panorama Económico Mundial el FMI advirtió que el riesgo de una interrupción en el suministro a gran escala que haga aumentar el precio del petróleo a niveles de US$150 el barril y la posibilidad de que la crisis de deuda soberana de Europa se propague hacia las economías más importantes constituyen las principales amenazas para la recuperación global. A esto se suma el impacto de la suba del petróleo en el precio de los alimentos que podría alimentar una nueva escalada de conflictos y estallidos sociales a escala global.
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Los países más ricos necesitan reducir sus abultados e insostenibles presupuestos, reducir sus elevadas cargas de deudas y cultivar un crecimiento más fuerte. Las naciones emergentes necesitan permitir que sus monedas se aprecien e impulsen la demanda interna, precisa el FMI.
De acuerdo con el organismo, en las últimas semanas, los temores en gran parte se han dirigido hacia los aumentos en los precios de los alimentos y los combustibles.
El déficit en la oferta ha surgido en medio de la creciente demanda desde los mercados emergentes, debido al impacto de las malas condiciones climáticas sobre las cosechas en varias naciones productoras clave, en tanto la agitación política en Medio Oriente y África del Norte han aumentado el riesgo de una interrupción en el suministro de crudo.
Las revueltas populares en África y Medio Oriente reviven el fantasma de la escalada global en los precios de los alimentos y del petróleo que el mundo padeció hace tres años.
En el actual escenario, la confluencia de la suba del precio del petróleo y de los alimentos, combinados con la especulación financiera y los conflictos políticos y militares en las zonas calientes del planeta (como África y Medio Oriente) alimenta un cóctel explosivo cuyo desenlace a nivel planetario nadie puede prever o estimar.
En un primer capítulo, en el 2008, y a causa del aumento de los precios del petróleo, hubo una escalada mundial del precio de los alimentos que incrementó el proceso de hambruna que padecen habitualmente las poblaciones más desprotegidas de Asia, África y América Latina.
En un segundo capítulo, con el desarrollo de la crisis recesiva global, ese proceso se agudizó arrojando a más población desposeída a la marginalidad y a la carencia de alimentos para subsistir aunque sólo sea a escala precaria.
Por su parte, la Agencia Internacional de Energía dijo que los altos precios del petróleo están empezando a hacer mella en el crecimiento de la demanda de crudo.
La AIE agregó, sin embargo, que los precios podrían moderarse como consecuencia de una desaceleración económica global.
«La mayoría de los analistas ve improbable una respuesta más formal de la OPEP en política (producción)… eso abre el camino a una ruta menos potable hacia la moderación de los precios, en otras palabras una desaceleración económica y un crecimiento de la demanda más débil», dijo la Agencia en su informe mensual.
«Hay riesgos reales de que un mantenimiento del precio sobre los 100 dólares por barril sea incompatible con el ritmo de recuperación económica esperado actualmente», agregó.
Las proyecciones del FMI y las recomendaciones de política sientan las bases para las negociaciones entre los ministros de finanzas y ejecutivos de bancos centrales en la reunión del Grupo de los 20 países industrializados y en desarrollo que se realizará esta semana.
La recuperación global está en dudas, lo que ha debilitado la voluntad política de los líderes mundiales para abordar algunas de las vulnerabilidades fundamentales de la economía global.
Las recomendaciones de políticas presentadas el año pasado a países desarrollados por el FMI «hasta ahora sólo han sido consideradas parcialmente», señaló Olivier Blanchard, economista principal del FMI. «En general, la agenda de macro política para la economía mundial sigue siendo la misma, pero con el paso del tiempo, es más urgente», señaló.
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IAR Noticias