1. El 15M y el soberanismo catalán en los orígenes de la reacción a la crisis del Estado español
El movimiento 15M y el movimiento soberanista catalán fueron las reacciones sociales mas importantes ante la crisis del Estado español. Esta crisis, tras la decepción de los gobiernos de Rodríguez Zapatero, había provocado una desafección sin precedentes de una parte muy importante de la ciudadanía frente a las instituciones políticas por el hundimiento del modelo de desarrollo económico que había compartido el bipartidismo en los últimos treinta años y que, tras la crisis global, había mostrado todas sus consecuencias negativas, expulsando a la marginalidad, la precariedad o, al menos, a la inseguridad a las clases trabajadoras y medias.
La crisis del Estado se agudizó con el gobierno del PP hasta el punto de amenazar a las instituciones básicas del actual sistema como la propia monarquía.
2. Comienza el cambio institucional
El ciclo electoral, que comenzó con las elecciones europeas y que ha continuado con las elecciones autonómicas y municipales, ha abierto un camino de integración para una parte importante de la ciudadanía, sobre todo jóvenes, al ampliarse el campo efectivo de la oferta política gracias en particular al éxito político de Podemos y a las distintas alternativas y plataformas ciudadanas que han obtenido resultados electorales impensables hace tan solo un año.
Así, aunque persiste la crisis objetiva del Estado (500.000 desahucios, 25% de paro, 100% deuda pública, etc.),, una nueva esperanza política (y una coyuntura económica internacional favorable para España) ha permitido que el sufrimiento social no se haya proyectado en sentimientos antidemocrático y xenófobo sino en un sentimiento de cambio político democrático y de justicia social.
3. Entre la esperanza y las dificultades
Sin embargo, el cambio se mueve en un difícil equilibrio: una respuesta subjetiva de la ciudadanía extraordinariamente madura, a pesar de carecer de estructuras favorables para la formación de la opinión pública, pero también una realidad económica extraordinariamente adversa, porque a la crisis estructural (que no se puede confundir con episodios de aparente gravedad) que afecta al modo que en esta nueva época ha adoptado la reproducción sociometabólica del capital, se suma la crisis de la zona euro y la crisis diferencial española y andaluza en particular.
Un factor clave es construir una alternativa de reestructuración política del Estado desde el pluripartidismo, la plurinacionalidad y el paradigma social y sostenible que lógicamente exigirá un modelo mucho mas plural tanto por parte de los sujetos políticos como territoriales porque un modelo distinto determina una articulación diferente.
4. Sustituir al PSOE como soporte de la articulación del Estado
El PSOE ha sido el partido que ha sostenido materialmente la estructura del Estado porque ha sido el único que ha podido gobernar en el Estado central y en todas las CCAA (en algunas como Andalucía desde el comienzo de nuestra Autonomía hasta ahora) y el que hizo posible los consensos sociales en torno a los contenidos definidores del sistema político español, ahora en crisis. Ese sistema se sustentaba en tres grandes ejes que necesitan tener nuevas alternativas: el modelo político bipartidista (que debe ser sustituido por la gestión del pluripartidismo); el modelo territorial descentralizado pero uninacional de Comunidades Autónomas (que debe ser sustituido por un modelo plurinacional de federalismo cooperativo) y el modelo económico liberal y desarrollista (que debe ser sustituido por un modelo social y sostenible).
Esta función del PSOE como articulador del Estado entró definitivamente en crisis, tras el hundimiento de la economía, por la Sentencia 31/2010, de 28 de junio de 2010, del Tribunal Constitucional, que declaraba inconstitucional parte del estatuto de Cataluña, (ruptura del consenso con Cataluña) y la modificación, en septiembre de 2011, del artículo 135 de la Constitución, pactado entre el PSOE y el PP y tramitada de forma urgente por decisión del gobierno de Rodríguez Zapatero (ruptura de los consensos políticos y territoriales).
Las próximas elecciones generales deben permitir sustituir este sistema, que se inició en 1982, cuando la victoria por mayoría absoluta del PSOE determinó la España que hay conocemos.
5. Las fuerzas del cambio
La incorporación a la vida política democrática de mucha gente que había roto sus vínculos emocionales con las instituciones y el giro a la izquierda del electorado ha hecho posible el éxito de las plataformas ciudadanas en las grandes ciudades, de las proyecciones de los partidos que formaron Espacio Plural, como Compromis; y la consolidación de Podemos como una fuerza política que puede gobernar o participar en gobiernos en el estado y en todas las CC.AA.
6. Es posible culminar el cambio
Con carácter general, los pactos alcanzados por los partidos de izquierda y centro izquierda y las plataformas ciudadanas han logrado desplazar al PP en la mayoría de CC.AA. y municipios y puesto las bases para culminar el cambio político en las elecciones generales. Así, más allá de retóricas tácticas, el concepto amplio de izquierda permite proporcionar una enorme coherencia a la política y diferenciar claramente la medida de los adversarios, empezando por el PP.
7. Andalucía ha sido la excepción
Andalucía presenta notables excepciones en la actual dinámica de cambios. El más llamativo es que no se ha producido el acuerdo entre el PSOE y los partidos de izquierda (Podemos e IU) sino con Ciudadanos a pesar de representar una opción ultracentralista (y por lo tanto condiciona la Autonomía andaluza en su relación con el Gobierno central) y claramente neoliberal. Además, en las elecciones municipales Andalucía apenas se ha sumado a la dinámica unitaria de las plataformas ciudadanas habiéndose producido muchas tensiones entre Podemos e IU en el procesos de convergencia, con excepciones importantes como Cádiz, La Zubia, Peligros, etc.
(*) La foto que ilustra al artículo es de una escultura del escultor Juan Muñoz.