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Dos de cada cinco hogares tiene a una mujer como cabeza de familia El impulso a la igualdad se ha estancado con la crisis, advierte el Consejo Económico y Social.- Las tareas del hogar siguen siendo una dedicación femenina MARÍA R. SAHUQUILLO - Madrid - 01/12/2011

El impulso a la igualdad se ha estancado con la crisis

El impulso a la igualdad se ha estancado con la crisis, advierte el Consejo Económico y Social.- Las tareas del hogar siguen siendo una dedicación femenina

MARÍA R. SAHUQUILLO

La mujer va poco a poco rompiendo las barreras que la alejan de la igualdad con el hombre. Su presencia en el mercado laboral ya es mayoritaria. Su representación en los puestos directivos en la administración ya no es residual; y el número de mujeres jóvenes con estudios superiores supera ya al de hombres jóvenes (45,9 frente a 35,7). Sin embargo, estos avances no han logrado derribar otras diferencias graves. Las tareas domésticas siguen siendo una cuestión de ellas, también son quienes más se acogen a las jornadas laborales reducidas. Además, las mujeres cobran menos que los hombres (también menos paro y pensiones) y tardan más en conseguir su primer empleo. Así se desprende de un análisis del Consejo Económico y Social (CES) hecho público hoy, que alerta también de que estas situaciones suponen un «derroche» de la fuerza laboral.

En su tercer informe sobre la situación de la mujer en la realidad sociolaboral en España, el CES hace una radiografía de todo lo ocurrido desde 2003 hasta ahora. La fotografía muestra avances y cambios importantes, como que actualmente dos de cada cinco hogares tiene a una mujer como cabeza de familia. Sin embargo, revela también que circunstancias como la dedicación al hogar y la conciliación siguen siendo prácticamente cuestión de ellas. El CES advierte además de que la crisis puede tener un efecto enormemente negativo en las políticas de igualdad de género y asegura que las exigencias de austeridad presupuestaria plantean «serios interrogantes» sobre el futuro de estas políticas.

El cambio social es innegable. Al mismo ritmo la situación de la mujer ha ido evolucionando, cuenta el CES. Este órgano consultivo del gobierno -en el que están representados sindicatos, empresarios y organizaciones ciudadanas- expone, sin embargo, que uno de los mejores mecanismos para fomentar la equidad entre los sexos, la ley de igualdad (de 2007), choca con la falta de un marco presupuestario para su realización.

En el escenario que enfoca el CES algunas realidades se han estancado desde su anterior informe (de 2003). Siete años después la conciliación sigue siendo una cuestión puramente femenina. Un ejemplo de ello es el tiempo que dedican hombres y mujeres al cuidado del hogar y la familia. En 2002, las mujeres dedicaban, de media, 4,5 horas al día al hogar y los hombres 2,06 horas. En 2010, pese a su impulso en el mercado laboral, la mujer dedicaba 4,25 horas frente a las 2,28 minutos del hombre, según datos del INE recogidos por el CES. «Las mujeres contribuyen en mayor medida al sostén económico de los hogares, pero los hombres no terminan de asumir su responsabilidad en el ámbito privado, lo que supone una carga de responsabilidades superior en muchas mujeres y una evidente desigualdad de género en términos de calidad de vida», alerta este organismo.

Pero no solo en usos del tiempo se percibe esta desigualdad, según este organismo.

A pesar del irreversible proceso de incorporación y permanencia de las mujeres en el mercado de trabajo en torno al 48% de las mujeres no trabajan o no buscan empleo por estar al cuidado de niños o adultos dependientes o por dedicarse a otras obligaciones familiares. En los hombres, ese porcentaje es del 3,8%. Además, esta prevalencia de la desigualdad conduce a que en los hogares, en el caso de tener que optar por renunciar a los ingresos de alguno de sus miembros, se prime la continuidad de los hombres en el empleo.

La inequidad en la tasa de paro se ha reducido, sobre todo desde que empezó la crisis económica. Sin embargo, ese cambio no responde a una mejora de la situación del empleo de las mujeres, sino a un empeoramiento de la situación de los hombres, alerta el CES. Además, las mujeres que se han quedado en paro cobran una prestación por desempleo inferior a la de los hombres -unos 4,5 euros menos al día-. La diferencia es todavía mayor -ellas cobran 6,6 euros diarios menos- , en el caso de los beneficiarios de la prestación por desempleo que tienen 55 y más años de edad. Así, según datos de 2010, una mujer pensionista percibía al mes una media de 597,21 euros, mientras que la pensión media de un varón era de 971,92. «La segregación laboral por razón de género implica, en el caso de las mujeres, menores salarios y, en consecuencia, menores bases de cotización y menores pensiones futuras de jubilación», concluye el informe.

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