La presidenta de la Junta de Andalucía está exultante. A pesar de haber sido sobrepasada por el PP y de que su partido ha perdido seis millones de votos desde 2008 y cinco escaños con respecto al 20D, Unidos Podemos no ha ganado las elecciones ni tampoco ha adelantado al PSOE en España. Es comprensible su cara de felicidad, se ha pasado toda la campaña electoral a la contra de la coalición Unidos Podemos, con argumentos de derechas, reaccionarios y contrarios al cambio.
La Rita Barberá del Sur está feliz, pobre, sin saber que en su discurso lleva su propia penitencia. Hablando como la derecha, situándose del lado de la reacción y el conservadurismo, lo único que está haciendo es fortalecer el miedo contra lo nuevo, promoviendo el voto útil contra Unidos Podemos en lugar de contra el PP.
Es este voto útil contra Unidos Podemos, basado en mentiras, odio y miedo, el que le ha hecho perder las elecciones y el que, de seguir así, propiciará que la derecha gane las próximas elecciones autonómicas. Es fácil de entender: si hablas como la derecha, la gente votará al original y no a la copia. Además, estás abonando el campo de ideas conservadoras, de reacción y contrarias al cambio, en lugar de sembrarlo de ideas progresistas que se supone que debería defender una líder de un partido que se apellida socialista.
Esto se explica muy bien en un libro pequeñito, llamado ‘No pienses en un elefante’, de un lingüista norteamericano que tiempo atrás era un referente para la socialdemocracia. George Lakoff cuenta en este libro, lectura ligera ideal para el verano, que la izquierda nunca puede pretender ganar hablando como la derecha y haciéndole el juego sucio a ésta en su campaña de miedo y difamación contra lo nuevo.
Que el PP haya vencido en Andalucía, sacando tres escaños más que el PSOE, no es casual, ha ocurrido porque, en lugar de plantear un referéndum sobre las políticas de empobrecimiento del PP, lo que han hecho los socialistas, especialmente Susana Díaz, es acotar las elecciones del 26J en un plebiscito sobre Unidos Podemos.
Susana Díaz ha usado todas las armas tradicionales de la derecha en su batalla contra Unidos Podemos. Desde cargar infamemente contra el movimiento jornalero, que reivindica una reforma agraria que ponga a producir miles y miles de hectáreas en barbecho en pueblos andaluces con un 50% de paro, aliño de anticomunismo y anticatalanismo, y llamar «populistas», la misma noche electoral, a los más de cinco millones de votantes de Unidos Podemos, que han votado esta opción con las mismas ganas de justicia e igualdad por la que muchos de ellos un día votaron al PSOE.
«En Andalucía hemos frenado el populismo», dijo la misma noche en la que el PP andaluz celebraba haber quedado por encima del PSOE. Un argumento que perfectamente le podría haber comprado Mariano Rajoy o María Dolores de Cospedal. Es urgente que la presidenta de la Junta de Andalucía se lea ‘No pienses en un elefante’ para que se dé cuenta hasta qué punto su discurso está siéndole de una utilidad espantosa al PP. Y, sobre todo, hasta qué punto está sembrando Andalucía de la semilla perfecta para que el PP gane las próximas elecciones autonómicas, gracias al apoyo inestimable de una líder que presume de ser hija de un fontanero pero habla como si fuera la heredera de la Casa de Alba.