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El nacimiento de Izquierda Andalucista y la segunda transición

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Héctor J. Lagier

El pasado 23 de Abril, día de marcado simbolismo, en el Teatro Quintero de Sevilla se inició el proceso constituyente de una nueva formación política, o más bien sociopolítica, Izquierda Andalucista. Las mujeres y los hombres que nos reunimos allí lo hicimos porque compartimos un cuádruple análisis y una conclusión:
Primero: La economía andaluza carece de una base sólida y de una falta de inversión evidente en la cualificación de sus factores productivos; hemos pasado del subdesarrollismo en el centralismo español a la dependencia como territorio periférico de la Unión Europea. Esta situación nos lleva a que suframos una doble brecha, la propia de la desigualdad interna empeorada por la crisis estructural del sistema neoliberal y la desigualdad con el resto del Estado y la U.E.. Nuestros ratios diferenciales en desempleo, índice de pobreza y calidad de vida, no sólo no disminuyen sino que empeoran.
Segundo: Andalucía sufre una democracia de baja calidad; nadie duda de la legitimidad y la legalidad de los gobiernos del PSOE, pero nos parece un síntoma de democracia endeble un periodo de 34 años sin alternancia en el gobierno de la Junta; y esta situación denota una sociedad escasamente estructurada, con actores sociales de poco peso específico y en muchos casos acomodaticios para con el poder.
Tercero: El 4D de 1.977 el pueblo andaluz parió una Nación; desde ese momento tenemos un corpus político que nos coloca en igualdad con el resto de las naciones de este Estado plurinacional llamado España. Sin embargo este formidable legado y esa formidable maquinaria política y legal llamada Junta de Andalucía ha sido desaprovechada en un alto porcentaje por los ininterrumpidos gobiernos de un PSOE que no creé en Andalucía como pueblo y que utiliza los resortes del andalucismo sociológico como meros elementos de marketing electoral.
Cuarto: La crisis del sistema neoliberal, los recortes impuestos desde una Europa controlada por el Bundesbank y aplicados por los gobiernos desde Madrid y el saqueo de las arcas públicas realizado por buena parte de la clase política que detenta poder, provocaron el estallido social del 15 M del 2.011. Desde ese momento nada es igual; el empoderamiento ciudadano que ha surgido ha provocado nuevas formas de hacer política, nuevas estructuras de representación directa que rompen con los partidos políticos tradicionales.
Estos breves análisis nos llevan a una conclusión. Andalucía no es un territorio cualquiera, no es un país cualquiera, sus circunstancias no son las del Condado de Essex, o las del länder de Renania-Palatinado, ni siquiera las de Euskadi, La Rioja o Murcia; su entornos, su economía, su cultura, son diferentes, por lo tanto necesita una respuesta diferente, soluciones diferentes, y estas sólo puede venir desde una opción ideológica propia, y esa opción en nuestro país se llama andalucismo, entendido no como una formulación política aislada sino en relación con la sociedad, la cultura, la economía y el territorio; como una conjunción entre un espacio, un tiempo y un pueblo.
Un andalucismo enraizado en el pensamiento Infantiano pero no anclado en el pasado, un nacionalismo atípico, no territorialista, no etnicista, no excluyente, un nacionalismo humanista, universalista, libertario, radical demócrata, anti sistema, que busca la transversalidad asumiendo los principios de la izquierda crítica, el ecologismo político y el feminismo.
En definitiva un andalucismo adaptado al siglo XXI y que en esta segunda transición en la que estamos inmersos quiere ser tan útil a nuestra gente como lo fue el PSA de la transición democrática; capaz de generar un debate específico andaluz. Debate que no ha existido en las últimas elecciones generales, y permitidme que aquí enlace con el objetivo inmediato que nos hemos propuesto desde Izquierda Andalucista.
No es necesario resaltar como en las elecciones de Diciembre ha habido opciones políticas y confluencias territoriales que de una u otra manera han tenido voz en el debate electoral y representación diversa en esta corta legislatura. Andalucía, sin embargo no ha existido; esto demuestra significativamente la falta de pulsión de nuestro país y más concretamente, no ya la evidente desaparición de un partido netamente andalucista, sino la falta de conciencia andalucista de opciones políticas de izquierda que en otros territorios del Estado si han buscado un espacio autónomo: Podemos en Catalunya, Galiza y el País Valenciá e Izquierda Unida en Catalunya, Galiza y Aragón. Aquí, ambas formaciones fueron dóciles a sus direcciones de Madrid y no plantearon opciones diferenciales.
Desde Izquierda Andalucista somos conscientes de nuestra realidad, un partido político que está naciendo, que no cuenta con padrinos financieros o mediáticos, ni los quiere, ni líderes mesiánicos, afortunadamente, que somos una organización que se está creando de abajo a arriba, desde lo local, desde el asamblearismo y la participación, en definitiva somos conscientes de nuestra debilidad actual para presentarnos independientemente a las elecciones generales a las que la torpeza de muchos nos han llevado el próximo 26 de Junio . Pero sí tenemos un mandato asambleario que cumplir, el trabajar por la creación de un espacio de debate propio, de un sujeto político andaluz que participe activamente en el proceso electoral, con un programa autóctono y que, de alguna manera, tenga expresión política en el próximo Congreso de los Diputados. Cámara legislativa, que no olvidemos, va a debatir asuntos que van a influir trascendentalmente en el presente y el futuro de Andalucía.
Es por ello por lo que estamos trabajando en una posible confluencia de las izquierdas andaluzas, con sede en Madrid o no, una opción electoral que propicie que el andaluz pueda votar por una marca propia y diferenciada de las estatales. Sin egoísmos, sin oportunismos, sin cortoplacismos, sin buscar un hueco en las listas, sino planteándonos la política como un compromiso con nuestra gente y mirando al horizonte sin miopías quizás seamos capaces de construir elementos útiles para Andalucía.
Está naciendo Izquierda Andalucista, un medio, no un fin, para construir una Andalucía Libre.
Héctor J. Lagier
Comisión Coordinadora Nacional
Izquierda Andalucista