Francisco Garrido. Los derechos humanos universales , la democracia, el Estado de Derecho y todos estos ideales civilizatorias han a formado, en un grado u otro, parte del consenso ilustrado mientras que subsistió la utopía del crecimiento sin límites. Los ricos podían seguir siendo mucho mas rico sin que eso supusiera una codena a muerte o a la miseria de los pobres; era la doctrina del derrame Lo mismo que el trabajador podía aspirar a ser propietario (movilidad social se llamaba); los pueblos subdesarrollados podían aspirar a ser desarrollados ( se les llamo en “vías de desarrollo”) Había para todos, aunque en magnitudes desiguales.
Este imaginario era óptimo para el consumo de masas y el Estado de bienestar ; los dos objetivos populares de los discursos liberal y socialdemócratas respectivita mente. La desigualdad no importaba a los trabajadores por que el Estado de Bienestar había liberad rentas para el consumo al cubrir el sector publico necesidades básicas tales como la educación, la salud, el desempleo o la jubilación.
Pero resultó que los recursos naturales eran finitos, que los capacidad de absorción de la biosfera de los residuos también es limitada y que la desigualdad si importaba, La crisis ecológica provoco que este consenso ilustrado saltara por los aires; no hay para todos en cualquier orden de magnitud. O cambiamos el discurso (universalismo democrático) o cambiamos el modo producción (capitalismo productivista). O producimos un nuevo discurso que legitime la desigualdad radical ( incluía la de los derechos formales) o construimos un modo de producción sostenible y equitativo.
Lo primero es la estrategia de la derecha biopolítica (racistas), y lo segundo es la estrategia de la izquierda impolítica. La crisis ecológica y la ingeniera genética nos ha metido de lleno en la era de la biopolítica, donde “la vida” se ha convertido. para bien (ecologismo) o para mal (racismo), en la principal categoría política del XXI . ¿O cambiamos el discurso (consenso ilustrado) o cambiamos el metabolismo social (capitalismo)?
En las elecciones austriaca del pasado domingo sea evidenciado de manera incluso obscena, este escenario de guerra entre la derecha y la izquierda biopolítca. Al final, curiosa paradoja, el ecologismo se ha comportado como el verdadero heredero y albacea de ese proyecto incompleto que es la ilustración. En Austria han ganado los buenos pero esta guerra biopolítica se libra en muchos frentes y con muchos nombres.. En Viena , la patria de Freud, el inconsciente colectivo occidental ha tenido un lapsus linguae.