La Comisión Europea había fijado para 2014 el fin de las aceiteras rellenables, una vieja aspiración del sector oleícola andaluz. Dentro de su plan de lucha contra el fraude en el sector oleícola, 15 países de la Comisión Europea, entre ellos los principales productores de aceite como España, Italia, Grecia y Portugal, han apoyado el plan del comisario de Agricultura, Dacián Ciolos, para poner fin a las aceiteras rellenables en bares y restaurantes. La medida contó con el voto en contra de nueve países, entre ellos Finlandia, Suecia y Dinamarca, y la abstención de otros tres, que en todo caso impide una mayoría suficiente para bloquear la decisión de la Comisión.
El plan de lucha contra el fraude incluye controles de calidad más estrictos y un etiquetado más claro para el consumidor para que el producto exponga de manera visible y legible su denominación y origen. Y en este marco destaca la disposición especial para el sector hostelero para que el aceite de oliva que presente a sus clientes esté embotellado con un sistema de protección que impida que el envase pueda ser reutilizado con otro aceite distinto al etiquetado, de menor calidad que el original. Y es que, Bruselas considera que la imagen de marca del aceite de oliva europeo es un valor añadido que hay que proteger y advierte de que esta imagen está muy ligada al respeto de la calidad del producto.
Sin embargo, la prensa más crítica con Bruselas había dado con el tema perfecto. Algo directo, que afecta a todo el mundo y que puede presentarse como un resumen de los defectos de la maquinaria institucional europea. El primer ministro británico, David Cameron, la describía como “el ejemplo del tipo de cosas sobre las que Europa no debería ni siquiera discutir”, mientras que el periódico alemán conservador Die Welt la resumía como “un síntoma más de la inflación del aparato de la UE”. Tras la presión ejercida por Gobiernos del norte y consumidores —también septentrionales—, Bruselas dio ayer marcha atrás.
El cambio anunciado por el comisario de Agricultura, Dacian Ciolos, indignó a los productores, entre los que destaca el sector aceitunero de Andalucía, Comunidad que aporta el 80% de la producción española de aceite de oliva y el 40% de la mundial. Pese a que el Gobierno español no considera definitiva la decisión del comisario Ciolos, fuentes comunitarias insistieron en que el proyecto se ha abandonado, y no hay ninguna perspectiva de retomarlo.
“Desde el pasado viernes, he visto y oído puntos de vista contrarios procedentes principalmente de los países consumidores. Está claro que esta medida, que trataba de ayudar, proteger e informar a los consumidores, no ha encontrado su apoyo”, reconocía el responsable europeo de Agricultura, en un giro evidente del discurso que hasta entonces mantenían los responsables comunitarios.
Ciolos se reunirá el sector hostelero y con consumidores para presentar una nueva propuesta. Pero la obligación a partir de 2014 de que los bares y restaurantes de toda la UE ofrezcan botellas individuales de aceite se aleja irremisiblemente.
Además de España, otros 14 países —entre los que estaban Francia, Italia, Portugal y Grecia— habían apoyado la iniciativa en un comité técnico la semana pasada. Pese a las críticas tan duras lanzadas por Cameron y su equipo, Reino Unido se había abstenido, en lugar de votar en contra, como sí hicieron Estados como Alemania, Bélgica, Holanda, Austria, Suecia o Dinamarca. La decisión sorprendió porque cuando se anunció apenas habían transcurrido 10 días desde que la Comisión Europea había puesto fecha de caducidad a las aceiteras rellenables. La Junta espera todavía una rectificación de Bruselas.
La prohibición de las aceiteras rellenables en bares y restaurantes a escala europea es una medida de gran importancia para dar valor al producto y ayudar a aumentar las rentas del sector olivarero. En Jaén, la principal provincia productora, ya se está aplicando una experiencia piloto en una decena de restaurantes, que sustituyen las garrafas por envases con etiquetado de origen y tapón no rellenable.
Hacemos un llamamiento para que esta iniciativa no caiga en el olvido la presión de los grandes grupos de la distribución de aceite, que tienen su centro de operaciones en el centro y norte de Europa, empiece a aplicarse ya en Andalucía y en el resto del Estado y continúe la contrapresión en defensa de la autenticidad de nuestros productos y de los intereses de los consumidores.
(* Información compilada de varias agencias)
¿Qué impide aprobar esta norma a nivel nacional?¿Por qué es necesaria la aprobación de la UE? El consumo en sala del aceite de oliva en el Norte de Europa es residual. El impacto importante sería en España.
Portugal e Italia ya tiene sus respectivas normas. Nosotros los últimos como siempre, siendo como somos el principal productor mundial