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Escenario territorial y político en España después de la batalla

Rafa Rodríguez

1. La conexión entre la defensa de la plurinacionalidad, la democracia y la izquierda como singularidad histórica

Una de nuestras más importantes singularidades históricas es la conexión entre el reconocimiento institucional y simbólico de la plurinacionalidad del Estado español y la lucha por la democratización del Estado que ha liderado la izquierda.

2.      El proceso independentista catalán ha supuesto un shock de tal magnitud que ha quebrado esa conexión histórica

El proceso independentista catalán a través de la vía unilateral, es decir, rompiendo con la legalidad constitucional, ha supuesto un shock de tal magnitud que ha quebrado esa conexión histórica entre la defensa del pluralismo para democratizar el Estado liderado por la izquierda y por lo tanto con objetivos de conquistar derechos sociales, poniendo en riesgo tanto la construcción de mayorías electorales de izquierda como la conquista que ha supuesto el Estado de las Autonomías.

3.      El proceso independentista catalán ha traído un reforzamiento del nacionalismo español

El proceso independentista catalán a través de la vía unilateral ha traído un reforzamiento del nacionalismo español ligado a una visión centralista del Estado y a valores conservadores que también implican graves obstáculos para avanzar en los consensos mínimos ajustados a la realidad social que necesita la democracia. La derecha está hegemonizando valores que deben ser compartidos pero liderados por la izquierda, como la defensa de la legalidad constitucional o del proyecto europeo.

4.      Este shock debe provocar una catarsis en la izquierda

Hoy una izquierda irrealista, una izquierda que en vez de estar “dentro de la multitud” practica el solipsismo no solo es inútil sino que es perjudicial porque favorece a la derecha. La izquierda que crea su propia realidad paralela está siendo expulsada del tablero electoral con enormes costes políticos y personales, más cuanto más fuerza haya podido alcanzar.

5.      El realismo implica cambios estructurales y democracia

El realismo hoy implica dos axiomas: que necesitamos cambios estructurales y no solo políticas redistributivas (que también) y que esos cambios solo se pueden alcanzar a través de la defensa de la democracia como fin y como medio. Consolidar y extender la democracia a todos los ámbitos, sociales, económicos y territoriales, debe ser el principal objetivo de la izquierda.

6.      Incorporar el consenso plurinacional

Es preciso aclarar la relación de la izquierda con el nacionalismo. Tan nefasta es la izquierda que niega la realidad nacional como la que abraza el nacionalismo excluyente. Negar la realidad nacional en la práctica es alinearse con la ideología nacionalista españolista, con el centralismo y los valores conservadores, porque no hay política sin sentimientos nacionales. Abrazar el nacionalismo excluyente es situarse fuera de los valores democráticos y por lo tanto de la realidad política. Defender el nacionalismo republicano implica defender la diversidad cultural y nacional, un concepto pluralista y no exclusivista de nación que impugna la vieja ecuación: “Un estado, una nación” (estado nacional) y su espejo: “Una nación, un estado” (Principio de las nacionalidades).

7.      Federalizar el Estado

La construcción plurinacional de España necesita un cambio de dirección. Hay que pasar de la cantidad a la cualidad. El objetivo prioritario a reformar no son las CC.AA. sino el Estado central. Hay que federalizar el Estado. El Estado central no puede estar al margen de las CC.AA. sino que tiene que estar participado por ellas. Ese es el principal fallo de sistema del actual Estado autonómico que impide un adecuado funcionamiento institucional del conjunto del sistema con efectos tan perversos como el aumento de la desigualdad territorial. Al mismo tiempo, es necesario avanzar en una consideración jurídica coherente de las CC.AA. como Estado.

8.      La urgencia de un nuevo modelo de financiación autonómica

Salir de la crisis que ha provocado el proceso independentista catalán por  su opción por la vía de la ruptura con la legalidad constitucional implica, en primer lugar la necesidad de renovar el sistema de financiación autonómica que incumple esta prevision legal de renovación desde hace ya cuatro años.

La financiación autonómica no puede seguir modelos de federalismo fiscal por dos poderosas razones: porque no hay en el Estado una estructura federal y por la enorme desigualdad económica y por lo tanto fiscal entre las CC.AA. Necesitamos un modelo que garantice la igualdad de financiación por población ajustada y al mismo tiempo necesitamos un Estado que se tome en serio la convergencia económica entre los territorios.

9.      El comienzo de la reforma federal de la Constitución

La reforma de la Constitución es la prueba de la capacidad que tenemos para defender la democracia. La transformación del Estado de las Autonomías en un Estado federal tiene como eje central un nuevo Senado. Ese es debe ser el centro del poder y la articulación federal. Un Senado que conecte los distintos niveles territoriales es la garantía de que el sistema funciona, es decir que produce igualdad y seguridad para la ciudadanía, pero para ello es imprescindible la eliminación de la provincia como circunscripción electoral (artículo 69.1 de la CE). La provincia como circunscripción electoral tanto en el Congreso (68.2) como en el Senado es la “cuña antifederal y antirrepresentación proporcional” que es imprescindible remover para superar los fallos de sistema actuales.

 

10.  Andalucía tiene que tener representación política propia

Andalucía es la Comunidad más poblada del Estado. Tiene una formación social que presenta unas características diferenciadas de los demás territorios del Estado español, producto de una historia extensa y singular, con rasgos propios en la estructura económica, cultural y social. Fue quién durante la transición imprimió al Estado una dinámica federal frenada tras el golpe del Estado del 23F de 1981. A pesar de los avances experimentados en el Estado de las Autonomías padecemos una desigualdad estructural porque nuestra estructura económica es desarticulada y dependiente. Para reequilibrar el Estado política y económicamente Andalucía, y el propio Estado, necesitan que tengamos representación política propia como expresión de nuestra nacionalidad.

 

11.  Es el momento de construir las bases para un gobierno de izquierda que lidere el cambio en el Estado

La derecha española a pesar de los beneficios obtenidos por la deriva antidemocrática del proceso independentista catalán está muy debilitada. En primer lugar por vez primera está dividida entre el PP y Ciudadanos. Y además cada uno de ellos tiene problemas estructurales. El PP está corroído por la corrupción y sabe que cuando haya sentencias judiciales que ratifiquen esta corrupción generalizada estarán desacreditados para seguir gobernando. Esta perspectiva explica los errores que está cometiendo en la gestión (ej. Dirección general de Tráfico), ante la situación de Cataluña (confusión entre decisiones políticas y judiciales), la parálisis de gobierno (no aprobación de los Presupuestos Generales del Estado) o en las declaraciones del propio Rajoy (el escándalo de avalar la desigualdad salarial entre hombres y mujeres). Por su parte Ciudadanos puede liderar la fracción de la opinión pública españolista y centralista pero no puede ser un partido de gobierno que articule territorialmente al Estado.

Por eso es la hora de que la izquierda democrática apueste por el cambio y la izquierda del cambio apueste por la democracia.

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