Por Marco Terranova Tenorio.
La caída del muro de Berlín (comunismo real) trajo consigo una certeza falsa sin fundamento. El fin de la historia (Francis Fukuyama) o el fin de las ideologías del profesor emérito Daniel Bell.
El transcurso de los acontecimientos históricos parecía estar a favor del “gran vencedor” de la guerra fría. El CAPITALISMO. El capitalismo no se transformó pero si adoptó diversos nombres los cuáles ocultaba su cara verdadera. Así aparecieron nombres como neoliberalismo, ultracapitalismo, turbo-capitalismo, capitalismo del mercado, pero que todos al final buscaban lo mismo. La defensa a ultranza de los privilegios de unas minorías por encima del bienestar o felicidad de una inmensa mayoría.
El despertar ha sido duro, el primer golpe que aún no ha llegado será peor. Hoy vemos la descomposición del sistema actual en diversas formas: Corrupción generalizada, ocaso de las estructuras pseudo-parlamentarias del gobierno representativo (Stuart Mill), caída de valores, individualismo feroz y violento y la emergencia del “estado de naturaleza” o “guerra del hombre contra el hombre” (Hobbes).
En fin, notamos e intuimos que los gobiernos y los políticos son actores peligrosos para el propio progreso del país y que los partidos han dejado de representarnos.
La búsqueda de imponer las 65 horas al mes, que trabajemos hasta los 67 años (imagínense lo peligroso de esta medida y piensen si se queda a dos o 4 años de jubilarse y no encuentran trabajo las repercusiones que tendremos), el buscar despidos baratos, salario mínimo interprofesional de vergüenza (gracias a la colaboración de sindicatos hoy corruptos y que no defienden al trabajador prueba de ello es que seguimos con 640 euros mensuales de salario mínimo y una subida este año del 1 por ciento tan diferente a los mil euros de Europa).
Hoy la crisis, nos puede ayudar a reflexionar hacia adonde queremos ir, que tipo de felicidad queremos, que modelo de vida, que entendemos por calidad de vida y en fin, cual es el camino que debemos emprender todos a nivel individual para construir un objetivo común de mejora constante para todos, y no solo para unos cuantos (banqueros, especuladores, políticos, grandes empresarios, etc…
Solon Σόλων (c. 638 a. C.–558 a. C.) fue un político sabio griego que emprendió grandes reformas para sanear la decadente democracia la cual estaba sucumbiendo por el enorme poder de las oligarquías(ricos) por encima de la clase media y clases productoras.
Una de sus frases llevada a la práctica y que iba dirigido a las oligarquías fue: Satisfaced vuestro orgullo con moderación, pues no toleraremos en exceso ni resultarán las cosas según vuestro deseo…
La crisis que estaba llevándose a la democracia ateniense por culpa de los oligarcas necesitaba de una mano firme, fuerte pero sin necesidad de “fuerza”. Necesitaba de políticas Sabias para fortalecer la felicidad común y un modelo de vida nuevo basado en la libertad, en la responsabilidad social y en la solidaridad entre ciudadanos y generaciones.
Eunomía o buen orden significa un nuevo camino, lejos de los aventurismos utópicos y lejos de las metas-ideologías las cuales todas son perfectas en el papel, pero en la realidad fracasan y sucumben por no tener en cuenta la realidad de las cosas y entre ellas de la misma naturaleza del hombre.
Comienza así la Eunomía o buen orden, aceptando que somos hombres, con nuestros defectos y virtudes, con nuestro talento y estupidez. Solo así el comienzo puede ser duradero y las bases fuertes.
Un edificio sólido por muy buenos materiales que tenga y por muy buenos arquitectos que lo hayan diseñados, se hundirá sin remedio si la tierra es arcillosa o pantanosa.
La Eunomía es algo fácil de entender, es el camino contrario a las ideologías o a los grandes proyectos teóricos donde al final el hombre acaba siendo instrumento y siervo de una idea, y donde al final la idea acaba siendo un enemigo del mismo hombre.
Partiendo de lo que somos, término medio entre el mundo animal y entre las esferas celestes, podemos decir que el hombre en si puede construir un gran futuro, pero partiendo que tenemos una naturaleza que no es perfecta y jamás cambiará ni para peor ni para mejor, pero sí podemos crear instrumentos para que esos defectos desaparezcan.
Si la naturaleza no nos dio ala para volar, el ingenio del hombre las creó. Si la naturaleza tiende a la corrupción, al individualismo ciego y al mal, el ingenio creará instrumento para su neutralización como es la virtud, las leyes, las mismas religiones positivas, los sentimientos de solidaridad y empatía etc….
Quisiera terminar señalando que los problemas de hoy ya fueron del pasado, de hace miles de años y que hay que escuchar y que hay que aplicar las políticas clásicas de los Sabios (sean del país que sean) para crear no una sociedad perfecta pero sí en Armonía pues era lo que buscaba la Eunomía.