El Gobierno Municipal del Ayuntamiento de Córdoba, con mayoría absoluta del PP, hace aguas. Su ineficacia y falta de orientación en la gestión municipal son notorias. Faltan ideas y las propuestas para impulsar el desarrollo de nuestra ciudad no se plantean desde el ejecutivo local. La ciudad de Córdoba vive un momento histórico difícil. El pasado mes de septiembre hemos superado ya la escandalosa cifra de 46.000 personas sin trabajo, según datos recogidos en informes técnicos elaborados en el Instituto Municipal de Desarrollo Económico y Empleo de Córdoba, organismo que se creó en 2004 cuando en Córdoba gobernaba la izquierda, y que ahora el Gobierno Municipal de PP quiere recortar despidiendo a parte de su plantilla, y posteriormente liquidar.
Córdoba sufrió en los dos últimos decenios del pasado siglo XX un proceso muy fuerte de desindustrialización, centrándose actualmente la economía local fundamentalmente en el sector servicios (los nuevos contratos de trabajo que se están firmando corresponden a este sector económico en una media cercana al 70%). Y dentro de este sector terciario de la economía local, están siendo actividades vinculadas al turismo y la hostelería las que están soportando el peso real del sector productivo de la ciudad de Córdoba, gracias fundamentalmente a nuestro inmenso patrimonio cultural y arquitectónico, y en particular, a nuestra Mezquita, el símbolo de la ciudad de Córdoba, motivo fundamental para las personas que nos visitan, y consumen esos servicios de la hostelería.
Por otra parte, en los más de treinta años de democracia local, el Ayuntamiento de Córdoba ha ido construyendo un importante sector público local (empresas públicas y organismos autónomos), generador de varios miles de puestos de trabajo, y que ha supuesto la oferta desde lo público de importantes y modélicas prestaciones en medio ambiente, transporte público, ordenación del territorio, fomento del deporte a nivel local, servicios sociales, y ya en los primeros años del siglo XXI, con un organismo autónomo para el empleo y desarrollo económico, dada la delicada situación económica y laboral en la que había entrado la capital cordobesa, el mencionado anteriormente Instituto Municipal de Desarrollo Económico y Empleo.
En todo este período, los gobiernos locales han correspondido fundamentalmente a la izquierda. Primero fue el Partido Comunista, con Julio Anguita como primer edil de la democracia (elegido en la primavera de 1979), en las dos primeras Corporaciones Locales, luego surgió Izquierda Unida y gobernó hasta 1995, fecha en la que se constituyó el primer gobierno del Partido Popular, que duró una “legislatura”. Le siguieron tres mandatos municipales de colaboración entre Izquierda Unida y Partido Socialista (1999-2011), y desde junio del pasado año 2011 ha vuelto, por segunda vez, el Partido Popular al gobierno local.
Pues bien, en los últimos meses, ese sector público local está siendo atacado ferozmente por el gobierno del Partido Popular en el Ayuntamiento de Córdoba. En este mes de octubre, ya han sido despedidos 28 trabajadore/as en el Instituto Municipal de Deportes, y en cambio, a su gerente (cargo de confianza del PP, designado a dedo) se le sube de manera escandalosa el sueldo por cumplimiento de objetivos, es decir, despedir empleados municipales. También se han planteado ya posibles despidos en el Instituto Municipal de Desarrollo Económico y Empleo, así como su posterior liquidación, haciendo desaparecer el organismo municipal que tiene por misión facilitar actividad económica y empleo, simplemente por ser un organismo creado desde otra perspectiva política y de compromiso social con las personas que sufren el desempleo.
Todas estas nefastas medidas que está desarrollando el Gobierno del PP en el Ayuntamiento de Córdoba se están materializando sin ningún tipo de diálogo social, incumpliendo sus promesas electorales de mantenimiento del empleo, en muchos casos fruto de decisiones arbitrarias y de claro sesgo partidario. La mayoría absoluta del PP en Córdoba se está convirtiendo en un antidemocrático poder absoluto que está teniendo ya rechazo generalizado de empleados municipales, de organizaciones sindicales y de todos los partidos políticos de la oposición. El PP se ha quedado solo en este camino de la destrucción del sector público local de la Ciudad de Córdoba, ejemplar y modélico en la prestación de servicios públicos avanzados y comprometidos con los que sufren, con los débiles. Sin duda, la ciudadanía de Córdoba está tomando buena nota de su ineficacia y de su falta de compromiso democrático. En la primavera de 2015 tendremos la oportunidad de juzgar electoralmente esta nefasta gestión para los intereses generales de la Ciudad de Córdoba.
Gracias, «Abderrahmán III», pero dado su sincero acto de contrición, me temo que hubiera quedado mejor otros seudónimos más merecedores de arrepentimiento, aun imposible, por ejemplo Fernando III (el bizco) o Torquemada (el quemasangre). El nombre de nuestro primer califa, el Victorioso, protagonista del primer Renacimiento europero, el andalusí (antes que el italiano), solo merece recuerdos de homenajes y festivos, excepto para espíritus adocenados de sacristía, claro.
La falta de docencia política, a una ciudadanía huerfana de lideres personalistas cuando no populistas, es más que evidente, la desafección de los partidos tradicionales no es casualidad.
Hoy comienza una juventud a la hemos achacado, de «narcotizada» por el aburguesamiento que nosotros padres incautos les hemos transmitido, comienzan a despertar con la «metadona» de una revolución sin las imposturas de una falsa transición a la democracia, como fue nuestro caso.
Que no seremos sus líderes,que nadie lo dude, espero que tampoco seamos los hipocritas maestros, que no supimos dar soluciones a su futuro.
Comprenderéis perfectamente la mezquina actitud de ese alcalde-monaguillo del Cabildo, visionando el siguiente vídeo, especialmente a partir del minuto 8.25, donde aparecerá en momentos estelares la Mezquita de Córdoba y Cajasur:
http://www.youtube.com/watch?v=Y2d_sXt1EBY